Blogia
mQh

indie, agresivo y barato


[Alberto Duque López] El género indie no suele llegar a las grandes salas, aunque cuenta con grandes películas, directores y actores.
Madrugada. En uno de los peores suburbios de Cleveland, cuatro ladrones mediocres, tristes y derrotados, untados de fango y hollín nos miran fijamente en busca de compasión, ternura y amistad. Son los protagonistas de una comedia sensacional, ‘Pandilla de fracasados', escrita y dirigida por Anthonny y Joe Russo.
Gracias a ellos aprendemos dos palabras que nos dejan marcados: Mullinski y Bellini, vitales en la jerga de los maleantes callejeros, quienes forman parte de la desoladora galería de personajes que con frecuencia nos llegan con las películas Indies (palabra para memorizar) que se estrenan, la mayoría de las veces, en los circuitos no comerciales.
Para los espectadores colombianos este ha sido un buen año para conocer mejor ese fenómeno cultural, financiero y contagioso, que supuestamente no depende de los grandes estudios de Hollywood ni para su producción ni su distribución.
Luego de películas indies como ‘Elefante', de Gus Van Sant; ‘American Splendor', de Robert Pulcini y Shari Springer Berman; ‘Perdidos en Tokio', de Sofia Coppola; ‘Eterno resplandor', de Michel Gondry; 9/11, de Michael Moore; ‘Diarios de motocicleta', de Walter Salles (financiada por Robert Redford) y ‘Diarios de una pasión', de Nick Cassavetes; entre otras estrenadas en los últimos meses. ‘Pandilla de fracasados' es una auténtica perla de este género.
La cinta fue producida por George Clooney –quien ya tiene una película indie como director: ‘Confesiones de una mente peligrosa'– y Steven Soderbergh –quien estremeció al mundo del cine en 1989 al ganarse en Cannes con ‘Sexo, mentiras y videos', anticipándose a otros indies, David Lynch y Quentin Tarantino, con ‘Wild at Heart' y ‘Pulp Ficttion'.

Género De Tiempo Atrás
El indie siempre ha existido pero con menos protagonismo, afirma Ricardo Silva Romero. Y, habría que distinguir sus categorías: quiénes lo son en términos reales; por sentido financiero; por razones políticas; por motivos personales o generales; los independientes-independientes (los más rabiosos) y quiénes defienden esa condición como gatos boca arriba (los que nunca ceden, como Jim Jarmusch).
También habría que citar a Ida Lupino, actriz y directora en los 40 y 50; Roger Corman; John Cassavetes; Peter Fonda y Dennis Hopper con ‘Busco mi destino', 1969.
También existe una categoría curiosa: indies ‘multimillonarias' como ‘La bruja de Blair', de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999, costó menos de 10.000 dólares y recaudó más de 250 millones, y ‘Mi boda griega', que recibió la misma suma y costó menos de cinco millones. Son dos excepciones.
Otros independientes, favoritos de los festivales, además de Neil LaBute, Van Sant, Lynch y Spike Lee, son los actores famosos que deciden colocarse detrás de las cámaras (Clint Eastwood es caso aparte, lo mismo que Kenneth Branagh y Laurence Olivier) como Clooney, Sean Penn, Denzel Washington, Nicholas Cage y John Malkovich, no todos ellos, excelentes directores.

La Ayuda De Sundace
No es que el indie sea pobre a propósito y cuando los grandes estudios descubren a uno de estos genios en Sundance, lo contratan y lo frustran como ocurrió con Robert Rodríguez, quien después de sorprender con ‘El mariachi' realizó dos secuelas decepcionantes.
Hay otra categoría. Directores indies fieles a sus principios con películas sombrías e inquietantes pero más costosas, como Spike Jonze con ‘El ladrón de orquídeas' y John Sayles con ‘Silver City'. Hay una principiante para seguirle la pista, Shainee Gabel con ‘A love song for Bobby Long' protagonizada por John Travolta.
Una pregunta ingenua: si Woody Allen siempre hace lo que quiere, donde quiere y con quien quiere, ¿eso lo convierten en el director más independiente de todos? Especialmente con ‘Melinda y Melinda'. Y, ¿dónde colocamos a Orson Welles?

5 november 2004
©el espectador

0 comentarios