HOLANDA IMPLANTA RÉGIMEN DE SEGREGACIÓN DE MUSULMANES - hans steketee
Que en Holanda ocurriera "algo terrible" no sorprende a la comisión británica para la integración racial. El presidente, Phillips, opina que Holanda es autoritaria y la compara con la segregación norteamericana de los años cincuenta.
Oxford, Reino Unido. Actos violentos como el asesinato de Theo van Gogh son una consecuencia directa del aislamiento social que ha impuesto Holanda a los musulmanes que viven en su país. Eso dice Trevor Phillips, presidente de la Comisión para la Igualdad Racial CRE, el órgano oficial británico para fomentar la integración étnica.
"Siempre pensamos en Holanda como un país secular y liberal", según Phillips ayer por la noche en una charla en el nuevo instituto de estudios musulmanes de la Universidad de Oxford.
"Pero no podríamos estar más equivocados. Esta sociedad es igual de religiosa que represiva; la mayoría de la gente se reúne en torno a escuelas, barrios y asociaciones que son definidas por su legado religioso. Los políticos holandeses han tratado de aplicar este modelo de segregación a los musulmanes y les ha estallado en la cara".
Según Phillips, ex presidente del consejo coordinador del ayuntamiento de Londres y antiguo periodista de televisión, Holanda combina la segregación que se practicaba entre negros y blancos en Estados Unidos con la política autoritaria de Francia. La prohibición francesa de llevar pañuelos de cabeza no hace que "los musulmanes sean más franceses, sino crea una nación descontenta dentro de una nación", según Phillips. La política oficial holandesa se, igual que en Francia, "en el miedo a aparecer como blando' contra los musulmanes. Y se hace con el fin de apaciguar a la extrema derecha", dice.
Dice que no está "sorprendido de que Holanda pasara algo terrible". Phillips criticó entre otros la política del alcalde amsterdamés Cohen y del antiguo ministro van Boxtel (Urbanización, D66), ya que por sus medidas especiales contra los marroquíes "están al borde del racismo". A principios de este año participó en un debate con la diputado del VVD Ayaan Hirsi Ali, a la que reprocha sus perjudiciales generalizaciones. "Que en la práctica algunos musulmanes sean crueles y misóginos no significa necesariamente que deba caracterizarse como inaceptable toda una religión", dijo.
Estigmatizar al islam, como lo hace la diputado del VVD Ayaan Hirsi Ali periódicamente con sus generalizaciones, "conduce a comunidades divididas en las que muchos musulmanes se ven obligados a optar entre su credo y su país".
Holanda sufre, según Phillips, de una combinación de un estado secular débil con una sociedad que todavía opera por fragmentación ideológica. "Ese modelo funcionó mientras no había más que protestantes y católicos, pero con un tercer grupo, los musulmanes, la simetría se estropeó", según Phillips en una conversación con este diario en Oxford. "Al pretender que el credo no jugaba ningún papel, el estado no ha podido hacerse de los medios para detener la conducta indeseable, ni para obligar a los ciudadanos a comportarse".
El estado británico logra enfatizar mucho mejor la contribución de los inmigrantes. "Nuestras tradiciones de tolerancia y apertura son nuestras mejores defensas contra un mundo inestable y angustiante".
Phillips dice que justamente debido a los errores cometidos por Holanda se ha podido apreciar mejor que la sociedad británica también corre el peligro de encasillar a los musulmanes en un segmento aparte.
En abril de este año dijo que la política británica multi-cultural estaba sobrepasado, porque fomenta la segregación. Por eso argumentó que los musulmanes sean tratados más enfáticamente como británicos y a favor de mantener "un núcleo básico de britanidad'" en la sociedad. "Debemos debatir sobre cómo podemos lograr una sociedad integrada donde seamos todos iguales ante la ley, con algunos valores compartidos", según Phillips entonces. Según sus críticos esas britanidad' no se puede imponer desde arriba.
La integración según Phillips se ha hecho más difícil con el terror de los extremistas musulmanes. Estos pueden ser derrotados solamente "si no cedemos ante el terror que nos quieren imponer", dijo ayer.
"Nuestra victoria se encuentra en el reconocimiento de sus miedos, principalmente de que las comunidades que los extremistas usan como camuflaje juren lealtad a los valores británicos y musulmanes de respeto mutuo, tolerancia, igualdad y comunidad; y que rechacen el llamado a hacer una traducción violenta del concepto de guerra santa", según Phillips.
17 de noviembre de 2004
©nrc
©traducción mQh
"Siempre pensamos en Holanda como un país secular y liberal", según Phillips ayer por la noche en una charla en el nuevo instituto de estudios musulmanes de la Universidad de Oxford.
"Pero no podríamos estar más equivocados. Esta sociedad es igual de religiosa que represiva; la mayoría de la gente se reúne en torno a escuelas, barrios y asociaciones que son definidas por su legado religioso. Los políticos holandeses han tratado de aplicar este modelo de segregación a los musulmanes y les ha estallado en la cara".
Según Phillips, ex presidente del consejo coordinador del ayuntamiento de Londres y antiguo periodista de televisión, Holanda combina la segregación que se practicaba entre negros y blancos en Estados Unidos con la política autoritaria de Francia. La prohibición francesa de llevar pañuelos de cabeza no hace que "los musulmanes sean más franceses, sino crea una nación descontenta dentro de una nación", según Phillips. La política oficial holandesa se, igual que en Francia, "en el miedo a aparecer como blando' contra los musulmanes. Y se hace con el fin de apaciguar a la extrema derecha", dice.
Dice que no está "sorprendido de que Holanda pasara algo terrible". Phillips criticó entre otros la política del alcalde amsterdamés Cohen y del antiguo ministro van Boxtel (Urbanización, D66), ya que por sus medidas especiales contra los marroquíes "están al borde del racismo". A principios de este año participó en un debate con la diputado del VVD Ayaan Hirsi Ali, a la que reprocha sus perjudiciales generalizaciones. "Que en la práctica algunos musulmanes sean crueles y misóginos no significa necesariamente que deba caracterizarse como inaceptable toda una religión", dijo.
Estigmatizar al islam, como lo hace la diputado del VVD Ayaan Hirsi Ali periódicamente con sus generalizaciones, "conduce a comunidades divididas en las que muchos musulmanes se ven obligados a optar entre su credo y su país".
Holanda sufre, según Phillips, de una combinación de un estado secular débil con una sociedad que todavía opera por fragmentación ideológica. "Ese modelo funcionó mientras no había más que protestantes y católicos, pero con un tercer grupo, los musulmanes, la simetría se estropeó", según Phillips en una conversación con este diario en Oxford. "Al pretender que el credo no jugaba ningún papel, el estado no ha podido hacerse de los medios para detener la conducta indeseable, ni para obligar a los ciudadanos a comportarse".
El estado británico logra enfatizar mucho mejor la contribución de los inmigrantes. "Nuestras tradiciones de tolerancia y apertura son nuestras mejores defensas contra un mundo inestable y angustiante".
Phillips dice que justamente debido a los errores cometidos por Holanda se ha podido apreciar mejor que la sociedad británica también corre el peligro de encasillar a los musulmanes en un segmento aparte.
En abril de este año dijo que la política británica multi-cultural estaba sobrepasado, porque fomenta la segregación. Por eso argumentó que los musulmanes sean tratados más enfáticamente como británicos y a favor de mantener "un núcleo básico de britanidad'" en la sociedad. "Debemos debatir sobre cómo podemos lograr una sociedad integrada donde seamos todos iguales ante la ley, con algunos valores compartidos", según Phillips entonces. Según sus críticos esas britanidad' no se puede imponer desde arriba.
La integración según Phillips se ha hecho más difícil con el terror de los extremistas musulmanes. Estos pueden ser derrotados solamente "si no cedemos ante el terror que nos quieren imponer", dijo ayer.
"Nuestra victoria se encuentra en el reconocimiento de sus miedos, principalmente de que las comunidades que los extremistas usan como camuflaje juren lealtad a los valores británicos y musulmanes de respeto mutuo, tolerancia, igualdad y comunidad; y que rechacen el llamado a hacer una traducción violenta del concepto de guerra santa", según Phillips.
17 de noviembre de 2004
©nrc
©traducción mQh
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