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hija de hitler, hija del demonio


columna de mérici
A la ministro de Extranjería, de Holanda, la llamada ‘hija de Hitler', la inspira el odio y el deseo de causar el mal. Quiere herir a la población musulmana y a la población extranjera en general. No tiene motivos, aunque muchos políticos, periodistas, jueces y ciudadanos aprueben sus actos odiosos.
Su principal argumento: que los extranjeros no están integrados, es falso. La investigación de la comisión Blok, cuyo informe fue presentado en 2003, fue definitiva. Concluyó justamente que los extranjeros estaban bien integrados en Holanda. Concluyó también que los problemas de los extranjeros provienen en su mayor parte de una política casi sistemática de exclusión que practica el estado y de una población generalmente racista.
A la hija de Hitler no les gustaron las conclusiones. De deshizo de la comisión. No pidió ella, ni sus comparsas, una nueva investigación. Simplemente decretó que no estaban los extranjeros integrados y que necesitaba un ministerio y una policía especial para integrarlos. La clase política, en un acto de increíble miseria moral, accedió a sus propósitos.
Desde entonces, ha hecho todo lo que está en su poder por destruir los vestigios de la civilización occidental en este país. Y por destruir una de las aportaciones culturales de Holanda a Europa: la sociedad multi-cultural.
Se ha puesto en la cabeza luchar contra los extranjeros, como si estos representasen algo malo en la sociedad. Tiene la estúpida creencia de que es superior. Son increíbles las estúpidas ilusiones a las que puede llegar un ser contrahecho con el alma llena de odio. ¡La hija de Hitler superior! Vaya idiotez. Si hasta su cara refleja la bajeza de su alma.
Me pregunto sobre ella, como sobre otros seres malvados, qué la mueve a hacer lo que hace. De dónde viene esa voluntad de causar el mal. De perseguir a un grupo. De castigar. De desear la muerte de otros. Espero que no se dude de lo que digo. Cuando la ministro decreta la expulsión a sus países de gente que viene escapando de una muerte segura en manos de otros seres malvados justamente en sus países, lo que manifiesta la ministro es su intención de mandarlos a la muerte. Ese es el fin que persiguen los seres malvados. Entretanto, le bastará con acosarlos, humillarlos, privarlos de todo lo que pueda.
Ahora último ha puesto en marcha planes que terminarán en que a los extranjeros que vivan en el país se les excluirá de los servicios sociales y médicos por los que han estado trabajando durante años. De ahí a la deportación y a la muerte. Es lo que hicieron los nazis con los judíos. Empezaron del mismo modo. Las mismas leyes. Los mismos argumentos.
¿Qué otra cosa persigue? ¿Se verá mejor Holanda sin extranjeros? ¿Podrá sobrevivir Holanda sin extranjeros? A la hija de Hitler no le interesan los argumentos racionales. Ya lo demostró al rechazar las conclusiones de la comisión Blok. Su política lleva al país a un desastre. Es lo que quiere.
Los fascistas saben que su única manera de acceder al poder y mantenerse en él es provocando el desastre. Provocando conflictos y miseria. Así pueden decir que vienen a restablecer el orden.
Se ha demostrado con el asesinato de van Gogh. Entonces el primer ministro, otro ser malvado comparsa de la hija de Hitler, llamó a su gente a la guerra contra los musulmanes. La noche de su infamia se quemaron varias mezquitas en el país. Sus huestes quemaron también templos católicos, para hacernos creer que había una guerra étnico-religiosa. Lo mismo hicieron los nazis en los fatídicos años treinta.
Todavía hay gente que no lo quiere ver ni creer. Sin embargo, las evidencias abundan. Hay señales cada vez más claras de la intención del gobierno de imponer un régimen de apartheid. Como los nazis. Como los sudafricanos.
Los planes de la hija de Hitler no tienen otro fin que causar el mal. Causar dolor y muerte. No tienen otro fin. Nunca ha dicho, por ejemplo, para qué serviría el régimen de apartheid. Nunca ha dicho para qué sirve deportar a los refugiados (26.000 personas que deberán enfrentarse a un destino incierto; la muerte para muchos; la cárcel para otros). Nunca ha dicho qué se persigue con acosar y oprimir a los extranjeros.
Ha creado una situación de conflicto que no existía antes de que apareciera en esta tierra. Esa situación de conflicto creará todavía más conflictos y reacciones que le permitirán decir que tiene razón. Es el modo de actuar de la gente con el alma podrida. Tanto odio tiene en el alma que quiere modificar la realidad para que se adapte a sus propósitos de seguir causando el mal a la humanidad que desprecia y desdeña.
Es ese mal sin propósito lo que caracteriza las acciones del Demonio. Odia a la humanidad. Odia al bien. Odia la civilización. Odia las leyes que la entorpecen. Odia la libertad. La hija de Hitler es también hija del Demonio.
¿Cómo se combate al Mal? Con la defensa de nuestra civilización, de las libertades, de los derechos. Con diálogo. Defendiendo la libertad y dignidad del ser humano. Luchando contra el temor. Con la oración. Con la voluntad. Con comunidad.
©mérici

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