aniversario de lo que el viento se llevó
[Pablo Marín] Secretos, claves y aciertos de una epopeya dura de matar. La cinta ganadora de 10 Oscar regresa en digital, tras una cuidada restauración. Lo que el viento se llevó', uno de los productos más taquilleros y perdurables de los que Hollywood tenga memoria, cumplió 65 años.
De riguroso negro por la muerte de su hija, Scarlett O'Hara (Vivian Leigh) mira desesperadamente a Rhett Butler (Clark Gable), su tercer marido, que se va de casa y no piensa volver. Ella cae tarde en la cuenta de que lo necesita más que a nadie en el mundo: "Si te vas, ¿dónde iré? ¿Qué haré?". Y él sólo contesta: "Frankly, my dear, I don't give a damn" ("Francamente, querida, me importa un bledo").
El uso de la célebre frase se tradujo en una multa de cinco mil dólares, por blasfemar', a Selznick International Pictures, que la llevó al cine (poca cosa si se piensa en los millones que la cinta viene recaudando desde entonces y que la hacen -según Variety- la más taquillera de todos los tiempos). Pero, sobre todo, se convirtió en sello de uno de los acontecimientos en los anales de Hollywood: un producto que, antes del estreno, se presentaba como "la película más ansiosamente esperada en la historia del entretenimiento moderno".
Hace algunas semanas este hito cumplió 65 años, celebrados con la edición de un mastodóntico set con cuatro devedés. Tanto la cuidada recuperación de los colores originales como los extras incluidos, permiten revivir la fascinación que aún produce el filme, empaparse de la singular historia de sus orígenes (una travesía a ratos casi tan épica como la historia de la película) y sumergirse en su tremendo impacto, que reverbera hasta nuestros días.
El Factor DOS
Tratándose de una alegre conmemoración, los bonos documentales de la edición digital tienden a ignorar los trapos sucios. De todos modos, son una instancia impagable para reconstruir una leyenda cuyo punto de partida tiene nombre y apellido: David O. Selznick.
Hijo de uno de los grandes directores y productores del cine mudo, DOS -como se le llegó a conocer-, ocupó altos puestos en Paramount y RKO, de la que fue presidente. En 1933 regresó a Metro Goldwyn Mayer para convertirse en uno de los "productores creativos" que cambiaron el rostro de Hollywood. Famoso por intervenir en los más mínimos detalles de los filmes bajo su tutela, acostumbraba hacer sombra a los directores, apareciendo con frecuencia en los sets y enviando infinitos memorandos con observaciones que redefinían el rumbo de las cintas.
Pero DOS quería la independencia y, en 1936, fundó Selznick International Pictures. El mismo año compró, en 50 mil dólares, los derechos de la recién aparecida novela de Margaret Mitchell. El único libro de la autora era un florido retablo del Viejo Sur del siglo XIX, un mundo tradicional sustentado en las plantaciones de algodón y que llegó a su fin con la Guerra de Secesión (1861-1865).
Tras la cifra récord pagada por la novela, la prensa comenzó a hablar de la "locura de Selznick", quien en efecto procuraba crear una obra monumental, como no se había visto. Llamó por los medios a un casting nacional para encontrar a Scarlett -la niña mimada que se obsesiona con un hombre casado-, al tiempo que hacía todo tipo de malabares para financiar un producto que, en su calidad de independiente, difícilmente podía costear.
En los tres eternos años que pasaron hasta que el filme vio la luz -época en que se bromeó con que Scarlett terminaría siendo encarnada por la pequeña Shirley Temple-, Selznick se valió de cinco directores y 15 guionistas. El principal de todos, sin embargo, fue él mismo, que no se cansaba de reescribir escenas y ordenar nuevas tomas. Y que, con más de 150 kilómetros de cinta impresa al final de los cutro meses de accidentado rodaje, comandó sesiones de hasta 20 horas en la sala de montaje. Pero la intuición no le falló.
Fuera el Klan
'El nacimiento de una nación' (1915) fue una de las epopeyas que fundaron el prestigio y la popularidad de la naciente industria hollywoodense. Sin embargo, una película que glorificaba al Ku Klux Klan no era ya aceptable para fines de los '30. Selznick lo tuvo claro desde el principio: eliminó del guión las referencias al Klan incluidas en la novela, mientras expresiones como Negro' (pronúnciese nigrou'), que podían considerarse ofensivas, casi no se oyen.
Igualmente, diseñó un cortometraje en el que se preparaba' al público que vería la película, contando una romántica historia del Sur, de una civilización que el viento se llevó'. Un acto de nostalgia con el que nadie se enojaría.
No fueron los únicos aciertos del productor, quien, iniciado el rodaje, despidió al director George Cukor para contratar a Victor Fleming (quien a su vez dejó el set por estrés). También estuvo su preocupación por ocupar las siete cámaras Technicolor disponibles en el país, de modo de ofrecer un espectáculo suntuoso, coronado por la dirección de arte de William Cameron Menzies.
Otro plus fue vestir con ropaje histórico cuestiones como el adulterio, abordadas con cierto cinismo contemporáneo: el desenfado de Gable y Leigh habla más de los nuevos aires de Hollywood que del Viejo Sur'. Para no mencionar el olfato marketero de DOS, quien pasó años promocionando una cinta aún sin estrenar.
a Trivia Interminable
Aunque aparece firmando como realizador de la cinta, Victor Fleming dirigió menos del 50 por ciento de la misma.
De los personajes estelares, Melanie (Olivia de Havilland) es el único que muere en la película. Paradójicamente, De Havilland es la única que aún sobrevive.
A Alfred Hitchcock le pasaron un rollo con material rodado para que hiciera sus observaciones. Formuló varios comentarios que, al final, no fueron tomados en cuenta.
El gigantesco edificio en llamas, que se derrumba mientras la carreta conducida por Rhett Butler busca escapar de Atlanta, corresponde a una escenografía de King Kong', cinta producida por Selznick.
Para encontrar a Scarlett se hizo un casting nacional (ante todo una herramienta de marketing) y se consideró a actrices como Lana Turner, Paulette Goddard y Katharine Hepburn.
Por su papel en la cinta, Hattie McDaniel (Mammy') fue la primera intérprete de raza negra en recibir un Oscar.
Lo que el Viento se Llevó' (Gone with the Wind)
Ficha Técnica
EE.UU. 1939 Director: Victor Fleming Guión: Sidney Howard, basado en la novela de Margaret Mitchell. Reparto: Vivian Leigh, Clark Gable, Leslie Howard, Olivia de Havilland.
14 de enero de 2005
©la tercera
El uso de la célebre frase se tradujo en una multa de cinco mil dólares, por blasfemar', a Selznick International Pictures, que la llevó al cine (poca cosa si se piensa en los millones que la cinta viene recaudando desde entonces y que la hacen -según Variety- la más taquillera de todos los tiempos). Pero, sobre todo, se convirtió en sello de uno de los acontecimientos en los anales de Hollywood: un producto que, antes del estreno, se presentaba como "la película más ansiosamente esperada en la historia del entretenimiento moderno".
Hace algunas semanas este hito cumplió 65 años, celebrados con la edición de un mastodóntico set con cuatro devedés. Tanto la cuidada recuperación de los colores originales como los extras incluidos, permiten revivir la fascinación que aún produce el filme, empaparse de la singular historia de sus orígenes (una travesía a ratos casi tan épica como la historia de la película) y sumergirse en su tremendo impacto, que reverbera hasta nuestros días.
El Factor DOS
Tratándose de una alegre conmemoración, los bonos documentales de la edición digital tienden a ignorar los trapos sucios. De todos modos, son una instancia impagable para reconstruir una leyenda cuyo punto de partida tiene nombre y apellido: David O. Selznick.
Hijo de uno de los grandes directores y productores del cine mudo, DOS -como se le llegó a conocer-, ocupó altos puestos en Paramount y RKO, de la que fue presidente. En 1933 regresó a Metro Goldwyn Mayer para convertirse en uno de los "productores creativos" que cambiaron el rostro de Hollywood. Famoso por intervenir en los más mínimos detalles de los filmes bajo su tutela, acostumbraba hacer sombra a los directores, apareciendo con frecuencia en los sets y enviando infinitos memorandos con observaciones que redefinían el rumbo de las cintas.
Pero DOS quería la independencia y, en 1936, fundó Selznick International Pictures. El mismo año compró, en 50 mil dólares, los derechos de la recién aparecida novela de Margaret Mitchell. El único libro de la autora era un florido retablo del Viejo Sur del siglo XIX, un mundo tradicional sustentado en las plantaciones de algodón y que llegó a su fin con la Guerra de Secesión (1861-1865).
Tras la cifra récord pagada por la novela, la prensa comenzó a hablar de la "locura de Selznick", quien en efecto procuraba crear una obra monumental, como no se había visto. Llamó por los medios a un casting nacional para encontrar a Scarlett -la niña mimada que se obsesiona con un hombre casado-, al tiempo que hacía todo tipo de malabares para financiar un producto que, en su calidad de independiente, difícilmente podía costear.
En los tres eternos años que pasaron hasta que el filme vio la luz -época en que se bromeó con que Scarlett terminaría siendo encarnada por la pequeña Shirley Temple-, Selznick se valió de cinco directores y 15 guionistas. El principal de todos, sin embargo, fue él mismo, que no se cansaba de reescribir escenas y ordenar nuevas tomas. Y que, con más de 150 kilómetros de cinta impresa al final de los cutro meses de accidentado rodaje, comandó sesiones de hasta 20 horas en la sala de montaje. Pero la intuición no le falló.
Fuera el Klan
'El nacimiento de una nación' (1915) fue una de las epopeyas que fundaron el prestigio y la popularidad de la naciente industria hollywoodense. Sin embargo, una película que glorificaba al Ku Klux Klan no era ya aceptable para fines de los '30. Selznick lo tuvo claro desde el principio: eliminó del guión las referencias al Klan incluidas en la novela, mientras expresiones como Negro' (pronúnciese nigrou'), que podían considerarse ofensivas, casi no se oyen.
Igualmente, diseñó un cortometraje en el que se preparaba' al público que vería la película, contando una romántica historia del Sur, de una civilización que el viento se llevó'. Un acto de nostalgia con el que nadie se enojaría.
No fueron los únicos aciertos del productor, quien, iniciado el rodaje, despidió al director George Cukor para contratar a Victor Fleming (quien a su vez dejó el set por estrés). También estuvo su preocupación por ocupar las siete cámaras Technicolor disponibles en el país, de modo de ofrecer un espectáculo suntuoso, coronado por la dirección de arte de William Cameron Menzies.
Otro plus fue vestir con ropaje histórico cuestiones como el adulterio, abordadas con cierto cinismo contemporáneo: el desenfado de Gable y Leigh habla más de los nuevos aires de Hollywood que del Viejo Sur'. Para no mencionar el olfato marketero de DOS, quien pasó años promocionando una cinta aún sin estrenar.
a Trivia Interminable
Aunque aparece firmando como realizador de la cinta, Victor Fleming dirigió menos del 50 por ciento de la misma.
De los personajes estelares, Melanie (Olivia de Havilland) es el único que muere en la película. Paradójicamente, De Havilland es la única que aún sobrevive.
A Alfred Hitchcock le pasaron un rollo con material rodado para que hiciera sus observaciones. Formuló varios comentarios que, al final, no fueron tomados en cuenta.
El gigantesco edificio en llamas, que se derrumba mientras la carreta conducida por Rhett Butler busca escapar de Atlanta, corresponde a una escenografía de King Kong', cinta producida por Selznick.
Para encontrar a Scarlett se hizo un casting nacional (ante todo una herramienta de marketing) y se consideró a actrices como Lana Turner, Paulette Goddard y Katharine Hepburn.
Por su papel en la cinta, Hattie McDaniel (Mammy') fue la primera intérprete de raza negra en recibir un Oscar.
Lo que el Viento se Llevó' (Gone with the Wind)
Ficha Técnica
EE.UU. 1939 Director: Victor Fleming Guión: Sidney Howard, basado en la novela de Margaret Mitchell. Reparto: Vivian Leigh, Clark Gable, Leslie Howard, Olivia de Havilland.
14 de enero de 2005
©la tercera
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