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¿dónde están los deportados?


columna de mérici
Ayer nos enteramos, por televisión -no por la prensa escrita, que no dice palabra sobre el asunto- que de los 26.000 refugiados que deben ser deportados, varios miles de ellos ya han sido efectivamente deportados. Unos 2.500 de entre ellos recibieron finalmente un permiso de residencia, después de que la ministro Verdonk, la hija de Hitler, reconsiderara sus casos. Cerca de mil o mil quinientos habrían vuelto voluntariamente a sus países de origen. Varios cientos -no recuerdo cuántos, quizás 600- han "entrado en la clandestinidad" y cerca de 2.000 han "partido del país con destino desconocido".
El servicio de inmigración, que ha sido acusado de intolerables y increíbles violencias y abusos contra los refugiados, pretende que su responsabilidad termina una vez que los deportados cruzan las fronteras. De gran parte de la gente retornada o deportada, y de las personas desaparecidas, dice el servicio no saber nada. Esto no es solamente negligencia; es también una violación de las leyes y tratados internacionales que protegen a los refugiados y a las personas que necesitan ayuda y asilo por correr sus vidas peligro en sus países de origen por razones diversas. El derecho de asilo se estableció con ese fin. Y se protege por su medio a personas perseguidas por razones políticas, étnicas, religiosas, raciales e incluso de definición sexual. Es un derecho antiguo, que viene del derecho de gentes de la antigüedad. Y es reconocidamente un buen derecho, y una buena ley.

La responsabilidad del servicio de inmigración no termina cuando los deportados cruzan la frontera. Debe además cerciorarse de que esas personas, obligadas en realidad a volver, no sufran la persecución ni las violencias de las que debieron escapar en primer lugar. El gobierno holandés no puede garantizar que a esas personas no se las perseguirá. Sólo en los casos reconocidos de personas que pidieron asilo por razones exclusivamente económicas se puede esperar que no sean perseguidas o molestadas, y aún en esos casos es dudoso que no sufran algún tipo de acoso. Además, el gobierno holandés tiene una responsabilidad adicional, porque esas personas vivieron en Holanda durante al menos cinco años, y han dejado aquí sus ambientes sociales, sus redes de amigos e incluso hasta familiares.

Dicho esto, volvamos al asunto. De los refugiados desaparecidos de los archivos del servicio de inmigración hay unos 600 que "entraron en la clandestinidad", que es una categoría usada por el propio servicio. Vale decir, se fugaron de los ‘centros de detención de refugiados' y están probablemente en Holanda en lugares desconocidos. Se supone que están en Holanda porque, sin tener pasaporte ni otros documentos de identidad, es imposible que hayan podido salir del país.
La categoría que más extraña es la esos 2.000 refugiados que "han partido con destino desconocido". ¿Qué quiere decir? Si, como todos los demás refugiados, no tiene pasaportes ni documentos de identidad, ¿cómo han podido "partir", vale decir, salir del país? Que han "partido con destino desconocido" significa que no se han fugado de los centros de detención, como los que han "entrado en la clandestinidad". Si han salido del país, no pueden haberlo hecho sin pasaporte, debido a que sin él no habrían podido comprar un billete de avión. Se puede salir de Holanda por tren o autobús, pero en las fronteras hay fuertes controles de los documentos de identidad, sobre todo en las fronteras, y ciertamente habrían sido sorprendidos y devueltos a los centros de detención. Si han salido por avión, quiere decir que el servicio de inmigración les devolvió sus documentos; pero si es así, y salieron del país por avión o por tren o por autobús con documentos de identidad, entonces su destino no es desconocido. Sin embargo, el servicio de inmigración dice no saber dónde están.
Y esa es la pregunta que la prensa holandesa no plantea y que el servicio de inmigración no quiere responder: ¿Dónde están esos refugiados?

Según otras informaciones, Holanda ha llegado a un acuerdo secreto con Nigeria y varios otros países africanos según el cual esos países se comprometen a recibir en su territorio a refugiados deportados aún si no provienen de esos países originalmente, a cambio de fondos e incluso a cambio de ayuda al desarrollo. De ser así, es esta igualmente una violación del derecho internacional, sobre todo porque Holanda asume que, una vez los deportados fuera del país, ya no es responsabilidad suya saber qué ocurre o ha ocurrido con ellos. Es bastante posible, así, que esas personas estén encarceladas o hayan sido incluso asesinadas.
Es una perspectiva espantosa, pero no debemos desdeñarla. En 2003, dos somalíes deportados a Nigeria fueron asesinados a poco de llegar a ese país. Entonces el servicio de inmigración se lavó las manos. Aquí nadie dijo nada. La prensa calló y ningún parlamentario hizo preguntas sobre el asunto. Se trataba nada más que de dos casos.
Ahora se trata de 2.000 mil casos, y una gran parte de esas personas han sido declaradas ahora "desaparecidas". Según se supone, una gran parte de esos refugiados "partidos con destino desconocido" han sido en realidad deportados a Nigeria y otros países africanos. Pero no se sabe qué ha ocurrido con ellos en esos países. Esos refugiados están desaparecidos.

Es escalofriante recordar que el gobierno holandés que colaboró con los nazis en la Segunda Guerra Mundial argumentaba lo mismo que argumenta ahora el servicio de inmigración. Las autoridades holandesas eran responsables de los judíos sólo hasta la frontera; lo que ocurriera con ellos después de cruzar la frontera no era su responsabilidad. También "desaparecían con destino desconocido". En realidad, eran entregados a los alemanes, que los trasladaban a campos de concentración y exterminio. La gran mayoría de ellos fueron asesinados por los nazis. La policía holandesa que les deportó no fue nunca castigada.

Es urgente que la comunidad internacional tome cartas en el asunto. Es urgente que se investigue sobre el destino de esas personas y es urgente que el mundo obligue al gobierno holandés a revelar dónde están esos refugiados. Es urgente que la comunidad internacional, y la Unión Europea en primer lugar, ponga fin a las prácticas represivas, inhumanas e ilegales del gobierno holandés en su tratamiento de los refugiados. Es urgente que la comunidad internacional obligue al gobierno holandés y a la hija de Hitler a decirnos dónde están esos refugiados.

* Terminando de escribir esta crónica, se informa en la prensa -que sin embargo nada ha dicho sobre la desaparición de los refugiados- que el servicio de inmigración de Holanda acaba de admitir a 150 refugiados africanos. Curioso. Ciertamente es una decisión loable y hemos de alegrarnos que esas 150 personas estén ahora libre de peligro y puedan rehacer sus vidas. Pero la pregunta anterior se hace todavía, si se quiere, más pertinente: ¿Dónde están los deportados desaparecidos en Nigeria y otros países africanos? Es quizás demasiada coincidencia que el gobierno holandés aparezca con estos refugiados admitidos justo en los momentos en que se descubre la desaparición de 2.000 refugiados deportados.

©mérici

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