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anti-terrorismo desbocado


Aprobación de leyes anti-terroristas preocupa a prensa liberal en Holanda. Un editorial de NRC-Handelsblad.
No sorprende que ayer una mayoría de la Cámara Baja apoyara las medidas anti-terroristas del gabinete. La Cámara viene exigiendo sistemáticamente por lo demás desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 una estrategia más fuerte contra el terrorismo. Cuando se trata de la ampliación de la capacidad de los servicios policiales y de seguridad, esa petición es correcta.
Pero sí es inquietante que la mayoría de los partidos evitaron la pregunta de si acaso algunas de las medidas administrativas propuestas van demasiado lejos. El hecho de que el ministro Donner (Justicia, CDA) clasificara la justificada preocupación del jefe de bancada Dittrich (D66) sobre los riesgos para el deterioro de los derechos constitucionales y para el estado de derecho como "una especie de pereza de pensar" fue un verdadero descaro. En el centro están en discusión derechos constitucionales como la libertad de expresión y la libertad de credo religioso y, como argumentamos aquí antes, la libertad de movimiento que garantiza el tratado europeo de derechos humanos. Que precisamente un partido de gobierno tomará sobre este punto distancia de los planes del gabinete es doloroso para la coalición. Además Dittrich hace despertar sospechas de que sólo trataba de aumentar la visibilidad de su partido. Antes había en realidad anunciado que él no desdeñaría el problema. Donner lo puso luego fuera del debate como un factor desdeñable: "Usted es miembro de la Cámara, pero no es ella".

De parte de la oposición surgió crítica contra las anunciadas y amplias atribuciones para actuar contra personas sin que se tengan sospechas concretas de ellas, sobre todo de la jefe de bancada de GroenLinks, Halsema. Justamente advirtió sobre el peligro de que "provoque la inseguridad de los ciudadanos respetuosos de la ley". El presidente del PvdA Bos se abstuvo de dar comentarios, aunque dijo que estaba "escéptico y crítico". Sólo lo hará cuando el gabinete envíe las medidas concretas a la Cámara. Esta es una argucia: el jefe del más grande partido de la oposición puede muy bien pronunciarse condicionalmente sobre la dirección en que se va ahora. Boss sin embargo colocó signos de interrogación sobre la "burocratización" de la lucha contra el terrorismo. Ya hay varios servicios de seguridad e informaciones ocupados en este asunto. Además, debido a la intención del ministro de Justicia de engalanarse con suficientes atribuciones con la que sobrepasar en algunos casos a sus colegas, reina poca claridad sobre las responsabilidades.
Todo parece indicar que el CDA y el VVD, con los espolonazos del Grupo Wilders y de la LPF en los flancos, empiezan un galope desbocado en la lucha contra el terrorismo. Para tener más seguridad, se debe sacrificar la libertad. Preguntas críticas sobre esto en el debate de ayer fueron desdeñadas por Donner, Verhagen (CDA) y van Aartsen (VVD) como "detalles". Eso es subestimar la importancia de los valores fundamentales que están en juego.

11 de febrero de 2005
©nrc-handelsblad
©traducción mQh

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