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[Daniel Williams] Candidato egipcio sigue encarcelado a pesar de promesas de reforma.
El Cairo, Egipto. Dos semanas después de que el presidente Hosni Mubarak anunciara que Egipto convocaría a elecciones presidenciales con múltiples candidatos, el primer político que dijo que se presentaría como candidato sigue en la cárcel.
El recluso número 1.387 de la cárcel de Tora es Ayman Nour, abogado y diputado. Su residencia normal es un ático decorado con chucherías en bronce estilo Imperio, gigantescos espejos dorados y una figura en yeso de Marilyn Monroe con su falda levantada.
Nour, cuyo pequeño Partido del Mañana fue legalizado en octubre y ocupa seis escaños entre los 454 miembros del parlamento egipcio, es sólo uno de los miles de personajes políticos egipcios encarcelados durante décadas de régimen autoritario. Sin embargo, desde su detención el 29 de enero por sospechas de falsificar documentos oficiales, su destino se ha entrelazado con el destino de los cambios políticos en Egipto.
Funcionarios del ministerio de Relaciones Exteriores de Estados Unidos y de la Unión Europea, todos ejerciendo presión por una reforma democrática, se han quejado de su detención. Reformistas pro-gobierno que discuten con Nour sobre los detalles y ritmo de los cambios expresaron sin embargo preocupación de que su encarcelamiento desacredite sus propios esfuerzos. Funcionarios de gobierno rechazaron las quejas de que Nour está siendo perseguido e insistieron en que su caso es un asunto jurídico interno en el que no debe mezclarse el mundo exterior. Y la gente de El Cairo, legendariamente indiferente a la política, están discutiendo la justicia de su caso.
Es difícil medir la popularidad de Nour: no han habido sondeos sobre los posibles candidatos presidenciales. Mustafa Kamel Sayed, profesor de ciencias políticas en la Universidad de El Cairo, dijo recientemente que Nour podría obtener un 20 o 30 por ciento de los votos en una candidatura contra Mubarak.
Independientemente de eso, su detención expone la incertidumbre de un gobierno que se siente sitiado, dicen observadores. El gobierno de Bush considera a Egipto más que maduro para las reformas. Los manifestantes políticos son cada vez más ruidosos y anti-Mubarak, aunque son ampliamente superados por las falanges de agentes de policía. El gobierno parece reluctante a correr el riesgo de permitir que un candidato independiente se presente a las elecciones.
"El miedo provoca errores políticos. Todo está en el aire, y habrá más casos como el de Nour", dice Hala Mustafa, editora jefe de la al-Ahram Democracy Review, que forma parte de un grupo de investigación sobre las reformas respaldado por el gobierno. Se negó a comentar los méritos del caso de Nour.
Aida Seif Dawla, un activista de izquierda y de derechos humanos de larga trayectoria, dijo que era un "momento extremadamente débil para el gobierno. No se trata solamente de Nour. Lejos de esto. Detienen a gente que repartía folletos en la feria del libro. El gobierno quiere dar la impresión de que está empezando de nuevo, pero no va a correr ningún riesgo".
A primera vista, Nour parece un mártir político improbable. Hizo campaña en las elecciones presidenciales competitivas, pero está lejos de ser un revolucionario. En una entrevista dos días antes de su detención, predijo que cualquiera fueran las condiciones, las elecciones de este año simplemente extenderían el reino de 24 años de Mubarak durante otros seis años. En octubre dijo a un periodista: "Queremos y apreciamos al presidente Mubarak, pero también queremos a este país y nos gustaría que se desarrollara como otros".
Said Gamila Ismail, esposa y asesora política de Nour: "Ayman fue el más sorprendido de todos por su detención. Nunca lo había pensado".
Sin embargo, Nour ha tomado posiciones recientemente que son osadas en el marco del discurso político egipcio. En vísperas de un encuentro entre el gobernante Partido Nacional Democrático de Egipto y los grupos de oposición, envió una carta exigiendo que Mubarak asistiera a la conferencia; de otro modo Nour no participaría. Esta exigencia de igualdad irritó al presidente, dijeron miembros del partido. Nour fue encarcelado tres días antes de la apertura de la conferencia.
Los asociados de Nour dicen que también les dijo que pensaba que la esposa de Mubarak estaba presionando a su marido para que instalara a su hijo Gamal como su sucesor.
Ese tipo de afirmaciones son arriesgadas, a pesar de que la mitigación de la represión ha llevado vida a la escena política todavía restringida por leyes de emergencia de hace 25 años. Agentes de seguridad telefonearon a los ayudantes egipcios de los corresponsales extranjeros para preguntar con quién están hablando y sobre qué. Esta semana, cuando el Partido del Mañana publicó la primera edición de su diario -en el que Nour anunció su candidatura-, la policía impidió su distribución durante un día para revisar los artículos.
"El problema de Nour es que ha actuado más allá de su influencia política real", dijo Ali Abdel Fattah, funcionario de la Hermandad Musulmana. La Hermandad, una organización islámica asociada en el pasado con hechos violentos en Egipto, ha sido excluida de la política, aunque es considerada la mayor oposición política del país.
La mañana del 29 de enero, Nour recibió una notificación de que su inmunidad como miembro del parlamento había sido revocada. Se apresuró al edificio de la Asamblea del Pueblo y le dijeron que la policía estaba investigando unas falsificaciones entre los documentos que presentó al gobierno el año pasado en su intento de que se legalizara su partido. Cuando los diputados -85 por ciento de los cuales pertenecen al partido de Mubarak- votaron para someter a juicio a Nour, él respondió acaloradamente: "Me pongo a mí mismo en las manos de Dios y del pueblo egipcio. Todos saben que soy inocente". Volvió la cabeza hacia el parlamento y lo calificó de "injusto". La legislatura borró luego esas palabras de las actas.
Pocos minutos después de su detención, la policía allanó su apartamento, mientras su esposa y dos hijos estaban presentes. Los 15 agentes revisaron su ordenador, inspeccionaron su maletín de primeros auxilios y se llevaron muestras del tabaco de su pipa, dijo Ismail.
Los fiscales y el tribunal tienen hasta el martes para decidir si presentar cargos o dejarlo en libertad. El jueves noche los fiscales anunciaron la liberación de un asesor de Nour, Ayman Barakat, que también estaba detenido bajo cargos de falsificación.
De hecho, el ambiente está preparado para poner a prueba los intentos de reforma en Egipto y sus relaciones con Estados Unidos, que provee al país 2 billones de dólares de ayuda anual. El 31 de enero, el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Richard A. Boucher, dijo: "En nuestra opinión, la detención plantea preguntas sobre el proceso democrático en Egipto". Dos semanas más tarde, la ministro de Relaciones Exteriores Condoleeza Rice comunicó al ministro de Exteriores, Ahmed Aboul Gheit las "graves preocupaciones" del gobierno de Bush.
Aunque funcionarios egipcios se han mostrado reluctantes a comentar públicamente sobre el caso, insisten en que las acusaciones son correctas. "El tema de Ayman Nour es un tema relacionado con acusaciones penales", dijo Aboul Gheit en una entrevista. "No hay motivos políticos. El fiscal general debe decidir, sin interferencias de fuerzas extranjeros".
El caso depende de las actividades de un miembro del Partido del Mañana que dijo a la policía que él falsificó numerosos documentos con firmas de gente apoyando la legalización del partido -todo a petición de Nour. Sólo se necesitaban 50 de esas peticiones, pero Nour entregó más de 2.000. Los fiscales contienden que más de 1.000 son falsificaciones.
El abogado de Nour, Amir Salem, activista de derechos humanos que ha sido encarcelado nueve veces, dijo que Nour no falsificó ningún documento y que el informante era un espía. "Nunca vi antes una trampa como esta", dijo.
Nour, 40, ha estado involucrado en política desde la escuela secundaria. Su padre fue un miembro pionero del Partido Wafd, un grupo que se remonta a los años 20. "Recuerdo haberlo visto hace 21 años saliendo de su Mercedes último modelo y meterse directamente en una manifestación estudiantil a hacer política", dijo Mazen Mustafa, miembro del Partido del Mañana, sobre el joven Nour. "Era diferente a los demás. Le gustaba dejar que hablaran los otros".
Hace quince años, Nour publicó un libro presentando al liberalismo como una alternativa a la política islámica. En 1994 obtuvo un escaño en el parlamento representando al distrito de Bab ash-Shariya de El Cairo, un bullente barrio de carniceros y tiendas de suministros agrícolas. Rompió hace cinco años con Wafd porque concluyó que el partido estaba domado, se presentó de candidato en Bab ash-Shariya, y ganó. "Es ambicioso, seguro", dijo Wael Nawara, otro miembro de Mañana.
En el parlamento, Nour llevó a cabo investigaciones sobre todo, desde el precio del pan hasta las torturas, atrayendo a su empobrecido electorado, dicen partidarios. Operaba un centro de beneficencia y un centro comunitario en Bab ash-Shariya que proporcionaban asistencia médica, un salón para bodas gratuitas y clases para los niños.
El miércoles, en un salón de té de Bab ash-Shariya, un jornalero dijo que Nour era sólo culpable de "tratar de ser presidente y demócrata... Él se preocupa de su barrio. Ha pavimentado calles y plantado árboles".
Un crítico llegó y comenzó a elogiar a Mubarak: "Debería ser presidente toda la vida. Ayman Nour tiene que haber hecho algo malo, de otro modo no estaría en la cárcel".
"¿Esto es democracia?", contrarrestó otro jornalero. "Todo el que levante la voz puede terminar con los mismos problemas".
Esa noche, los partidarios de Nour organizaron una vigilia exigiendo su liberación. Participaron unos 50 manifestantes, y al menos 150 agentes de policía.

12 de marzo de 2005
©washington post
©traducción mQh

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