desapariciones en chechenia
Rusos asesinan y hacen desaparecer a cientos de miles de civiles.
Cuando las tropas rusas mataron el mes pasado al presidente checheno Aslan Maskhadov, también eliminaron la última esperanza de un acuerdo negociado entre Rusia y las fuerzas separatistas chechenas. El líder checheno sobreviviente, Shamil Basayev, es un terrorista que apoya el asesinato de civiles rusos y con el que las negociaciones son impensables. Maskhadov, al contrario, el presidente elegido de la región separatista del sur de Rusia, era un musulmán laico que llamó repetidas veces a una solución política al devastador conflicto -y fue también repetidamente desairado por el presidente Vladimir Putin.
Ahora un nuevo informe de Human Rights Watch ilustra algunos de los costes humanos de este conflicto sin un fin aparente. En la capital Grozny, el grupo sin fines de lucro informa que ya no hay combates a toda escala, pero lo que sigue es "peor que la guerra", de acuerdo a muchos residentes. La ciudad sigue en las ruinas, sin agua corriente ni electricidad, pero lo que hace que la vida sea verdaderamente insoportable allá y en toda la provincia es la constante amenaza de las "desapariciones". De acuerdo al respetado grupo de derechos humanos ruso, Memorial, han "desaparecido" entre 3.000 y 5.000 civiles desde 1999, cuando tropas rusas entraron a Chechenia por segunda vez en una década. Estadísticas oficiales del gobierno reconocen más de 2.000 desapariciones.
En enero, durante un viaje por Chechenia, investigadores de Human Rights Watch concluyeron que la inmensa mayoría de los secuestros son realizados por fuerzas de seguridad rusas o chechenas pro-rusas. La mayoría de las víctimas son hombres, pero cada vez más mujeres están siendo secuestradas. Las fuerzas de seguridad, a menudo armadas y con el rostro cubierto, a veces borrachos, llegan normalmente a una casa y se llevan a alguien sin explicación. Algunos cuerpos, que muestran signos de tortura, han sido recuperados; en la mayoría de los casos, los parientes no tienen ni idea si sus seres queridos están muertos o vivos. "De acuerdo a un funcionario checheno, se han iniciado 1.814 investigaciones sobre desapariciones forzadas, y sin embargo no se ha condenado todavía a nadie", informa Human Rights Watch.
Por lo general, la gente fuera de Rusia no habla demasiado sobre estos crímenes. Los funcionarios norteamericanos se muestran reluctantes a ejercer presión sobre Putin en el caso de Chechenia, mientras busca su cooperación en otros lugares en el mundo; la vulnerabilidad del gobierno de Bush ante acusaciones de violaciones de derechos humanos en Abu Ghraib y otros lugares es también un factor inhibidor. La mayoría de los funcionarios europeos no se enfrentan a acusaciones comparables de hipocresía, pero motivados por consideraciones comerciales, están todavía menos dispuestos a ofender a Putin hablando sobre sus crímenes contra la humanidad en Chechenia. Y el conflicto parece ser tan intratable, y muchos de los combatientes chechenos son tan antipáticos, que existe la tendencia a encogerse de hombros y cambiar de tema.
Entretanto, los civiles chechenos siguen siendo víctimas de combatientes de los dos lados del conflicto. En el pasado tenía una población de un millón de habitantes; aunque no se sabe con certeza, probablemente cientos de miles han sido asesinados, heridos, "desaparecidos" u obligados a mudarse durante las dos guerras con Rusia (la primera duró de 1994 a 1996). Nadie puede obligar a Putin a negociar para poner fin a la guerra, y de momento quizás nadie pueda conjurar un socio negociador. Pero la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas debería insistir en que se investiguen esas desapariciones y que los funcionarios responsables sean llamados a rendir cuentas.
4 de abril de 2005
©washington post
©traducción mQh
Ahora un nuevo informe de Human Rights Watch ilustra algunos de los costes humanos de este conflicto sin un fin aparente. En la capital Grozny, el grupo sin fines de lucro informa que ya no hay combates a toda escala, pero lo que sigue es "peor que la guerra", de acuerdo a muchos residentes. La ciudad sigue en las ruinas, sin agua corriente ni electricidad, pero lo que hace que la vida sea verdaderamente insoportable allá y en toda la provincia es la constante amenaza de las "desapariciones". De acuerdo al respetado grupo de derechos humanos ruso, Memorial, han "desaparecido" entre 3.000 y 5.000 civiles desde 1999, cuando tropas rusas entraron a Chechenia por segunda vez en una década. Estadísticas oficiales del gobierno reconocen más de 2.000 desapariciones.
En enero, durante un viaje por Chechenia, investigadores de Human Rights Watch concluyeron que la inmensa mayoría de los secuestros son realizados por fuerzas de seguridad rusas o chechenas pro-rusas. La mayoría de las víctimas son hombres, pero cada vez más mujeres están siendo secuestradas. Las fuerzas de seguridad, a menudo armadas y con el rostro cubierto, a veces borrachos, llegan normalmente a una casa y se llevan a alguien sin explicación. Algunos cuerpos, que muestran signos de tortura, han sido recuperados; en la mayoría de los casos, los parientes no tienen ni idea si sus seres queridos están muertos o vivos. "De acuerdo a un funcionario checheno, se han iniciado 1.814 investigaciones sobre desapariciones forzadas, y sin embargo no se ha condenado todavía a nadie", informa Human Rights Watch.
Por lo general, la gente fuera de Rusia no habla demasiado sobre estos crímenes. Los funcionarios norteamericanos se muestran reluctantes a ejercer presión sobre Putin en el caso de Chechenia, mientras busca su cooperación en otros lugares en el mundo; la vulnerabilidad del gobierno de Bush ante acusaciones de violaciones de derechos humanos en Abu Ghraib y otros lugares es también un factor inhibidor. La mayoría de los funcionarios europeos no se enfrentan a acusaciones comparables de hipocresía, pero motivados por consideraciones comerciales, están todavía menos dispuestos a ofender a Putin hablando sobre sus crímenes contra la humanidad en Chechenia. Y el conflicto parece ser tan intratable, y muchos de los combatientes chechenos son tan antipáticos, que existe la tendencia a encogerse de hombros y cambiar de tema.
Entretanto, los civiles chechenos siguen siendo víctimas de combatientes de los dos lados del conflicto. En el pasado tenía una población de un millón de habitantes; aunque no se sabe con certeza, probablemente cientos de miles han sido asesinados, heridos, "desaparecidos" u obligados a mudarse durante las dos guerras con Rusia (la primera duró de 1994 a 1996). Nadie puede obligar a Putin a negociar para poner fin a la guerra, y de momento quizás nadie pueda conjurar un socio negociador. Pero la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas debería insistir en que se investiguen esas desapariciones y que los funcionarios responsables sean llamados a rendir cuentas.
4 de abril de 2005
©washington post
©traducción mQh
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