xenofobia y violencia en italia
4 de octubre de 2008
Esta muerte se produce tras la reciente ola de ataques racistas en Italia que están aumentando la preocupación sobre la violencia contra las minorías, y un potencial contragolpe para los que creen que son tratados injustamente como ciudadanos de segunda clase.
"Estos son los frutos ponzoñosos de un proceso que empezó a principio de los años noventa, cuando llegaron desde Albania los primeros botes con inmigrantes", dice Jean Leonard Touadi, miembro del parlamento y de origen afro-italiano nacido en el Congo. "Desde entonces el síndrome de la invasión, alimentada por los extremistas, se ha extendido hacia el público más amplio, pese a que hasta hace poco Italia tenía una tasa de inmigración más baja que el resto de Europa".
Las tensiones entre italianos e inmigrantes han aumentado este año. El 18 de agosto, el hijo de un diplomático angoleño fue atacado por un grupo de neo-nazis en Roma. Durante el verano, varios campamentos de gitanos fueron incendiados en las cercanías de Nápoles. En septiembre en una pequeña ciudad en el centro de Italia, seis inmigrante africanos fueron asesinados, aunque algunos informes dicen que fueron ultimados por la mafia.
"Desgraciadamente, la vida de alguien que es percibido como diferente no vale mucho en estos días", dice Touadi, que agrega que está profundamente preocupado por lo que define como "un clima de creciente xenofobia".
Touadi acusa a elementos del gobierno de extrema derecha, que incluye al partido anti-inmigración Liga del Norte, de responsabilizar a los extranjeros de las dificultades económicas y sociales de los italianos. En 2008 han sido detenidos cerca de 120 mil inmigrantes ilegales. El gobierno aprobó hace poco una serie de medidas contra la delincuencia que parecen destinadas a atacar a los inmigrantes y otras minorías.
En julio, las autoridades italianas empezaron a realizar un censo de los gitanos, creando expedientes de los gitanos que viven en los cerca de setecientos campamentos en todo el país. La medida fue considerada discriminatoria por algunas organizaciones de derechos humanos, ya que muchos gitanos poseen la nacionalidad italiana. Pero el sesenta por ciento de los italianos apoyaron el censo, de acuerdo a una encuesta.
Este verano, las fuerzas armadas empezaron a dirigir los dieciséis centros de detención de inmigrantes de Italia, donde se retiene a los extranjeros que han sido deportados o que han pedido asilo, en respuesta a la declaración de "estado de emergencia" por la inmigración. El gobierno también introdujo una ley que permite que los inmigrantes ilegales sentenciados a penas de prisión sean mantenidos en la cárcel por un período un tercio más largo que los italianos condenados por los mismos delitos.
Los tenderos han admitido haber golpeado a Guibre, que nació en Burkina Faso, pero niegan haber tenido motivos racistas, diciendo que lo persiguieron solamente para que devolviera el dinero. Los hombres fueron acusados de homicidio involuntario, y no acusados de participar en un ataque por motivos racistas, lo que podría significarles una sentencia más severa.
La comunidad africana de Milán, que incluye tantos a inmigrantes como a ciudadanos italianos, recibió indignada la decisión del ministro. El 20 de septiembre cerca de siete mil africanos participaron en una manifestación de protesta en el centro de la ciudad. Aunque la protesta fue por lo general pacífica, algunos jóvenes negros dañaron motocicletas y contenedores de basura. Se informó de disturbios en Cernusco, un suburbio de Milán con una importante población negra, donde vivía Guibre.
"El riesgo de disturbios raciales es alto. Hoy Milán me recuerda a París durante la revuelta de los suburbios [Banlieue] en 2005, o las de Brixton, en Londres, en 2001", dice la escritora Nicoletta Vallorani, refiriéndose a las hostilidades entre las autoridades y jóvenes extranjeros marginados que vivieron varias ciudades europeas hace algunas décadas.
En Italia estos enfrentamientos raciales no eran frecuentes. Pero eso está cambiando, especialmente en el norte industrial, donde desde principios de los años noventa una sólida economía ha atraído a trabajadores extranjeros, la mayoría de ellos del norte de África y de Europa del Este. Hoy los inmigrantes y sus familias constituyen cerca del cinco porciento de la población del país. En Milán, los inmigrantes son más del doce por ciento.
1 de octubre de 2008
©christian science monitor
cc traducción mQh
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