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james dean, leyenda sin pausa


[Kenneth Turan] Talento, pinta, astuta campaña de imagen -eso y algunos roles protagonistas fue todo lo que necesitó James Dean para crear la imagen que le sobrevivió.
Si el tiempo se presta, como suele ocurrir en esta temporada del año, meterse a la Carretera 46 de California desde Lost Hills hasta Paso Robles, es vivir una sensación casi indefinible de bienestar. La carretera se desliza colina abajo hacia la ciudad de Cholame con una seductora gentileza que conquista incluso los conductores que no gustan de la velocidad.
James Dean, al que le gustaba la velocidad y que había pagado su ticket dos horas antes, tenía otras razones más allá de los placeres de la ruta, entonces llamada Carrtera 46, para sentirse bien esa tarde del 30 de septiembre de 1955.
No solamente le esperaba una carrera de coches en uno que adoraba, un Porsche 550 Spyder, un plateado coche deportivo que acababa de comprar; había terminado ‘Gigante', su película más larga, con Elizabeth Taylor y Rock Hudson. Su película debut como estrella del cine, ‘Al este del Edén', había estrenado con gran éxito pocos meses antes y su segunda, ‘Rebelde sin causa', iba en camino de las salas. Para un actor de 24 años, las cosas no podían ser mejores. Diez minutos después, James Dean estaba muerto.
Esa muerte, el resultado de un choque frontal con el Ford coupe blanco y negro de Don Turnupseed que hizo un desafortunado giro a la izquierda, se transformó en el elemento final de una perfecta tormenta de celebridad. Catapultó a Dean a un nivel de fama del tipo ‘vive rápido, muere joven' tan extraordinario -incluyendo dos nominaciones póstumas sin precedentes e inigualadas desde entonces- que incluso el ambicioso actor mismo no podía haber imaginado.
La joven edad de Dean y su atractivo, su capacidad actoral y en lo que tenía más experiencia, todo se combinó en el catastrófico modo en que murió para causar una conmoción que todavía no se ha apaciguado. Mientras otros actores son celebrados en el aniversario de su nacimiento, con Dean la muerte siempre engaña a la vida, y este año, el 50 después del accidente, va a presenciar un estallido sin precedentes de atención de los medios de comunicación por un hombre cuya carrera en Hollywood duró apenas 16 meses.
Aunque abundan los libros sobre Dean (mis favoritos personales incluyen ‘The Unabridged James Dean: His Life and Legacy from A to Z' [James Dean Íntegro: Su Vida y Legado de A a Z] y otro titulado ‘James Dean's Sexsational Lurid Afterlife in the Fan Magazines' [La Sexacional y Escabrosa Vida en el Más Allá de James Dean en las Revistas de Fans], se publicarán al menos dos libros nuevos. ‘James Dean', de George Perry, está generosamente ilustrado y autorizado por los herederos de Dean, mientras ‘James Dean: Fifty Years Ago' [Hace Cincuenta Años] se concentra en la extraordinaria serie de retratos realizados por el fotógrafo de Magnum, Dennis Stock.
También hay dos documentales importantes y bastante diferentes en los bastidores. El 11 de mayo debuta en PBS ‘James Dean: Sense Memories', una poética película dirigida por Gail Levin para la serie American Masters que descansa fuertemente en entrevistas con gente que conoció al actor.
En el Festival de Cine de Cannes en mayo se exhibirá ‘James Dean: Forever Young' [Siempre Joven], un filme que ha tomado 10 años de producción y que incluye fascinantes cortos tanto de los inaccesibles trabajos para la televisión de Dean (se han recuperado 29 de sus 37 programas) como de apariciones en películas todavía anteriores, como ‘Con la bayoneta calada', de Sam Fuller, y ‘¡Vaya par de marinos!', con Jerry Lewis como protagonista.
‘Forever Young' tendrá su debut americano en lo que se ha anunciado como el cine digital al aire libre más grande del mundo, que se instalará en Marion, Indiana (‘Where Cool Was Born'), el pueblo natal de Dean, justo a tiempo para el Festival James Dean, un evento anual que se espera que atraiga a 100.000 fans de todo el mundo entre el 3 y el 5 de junio. El Nuart Theater local exhibirá el doble ‘Edén' y ‘Rebelde' del 10 al 16 de junio.
La condición sine qua non de todos estos tributos será el trío de películas de Dean, que será lanzado el 31 de mayo por Warner Bros. como ‘The Complete James Dean Collection', un paquete de DVD para regalos. Las tres películas también podrán ser compradas separadamente y todas tendrán un disco adicional con los elementos especiales habituales (incluyendo escenas dejadas de lado, pruebas de vestuario y documentales), pero la joya de la corona es ‘Al este del Edén', nunca antes en DVD e inaccesible en cualquier formato durante 10 años.

Su Influencia en la Cultura
Esas películas guardan la llave de la pregunta esencial sobre Dean: ¿Por qué toda esta conmoción? Si dejamos de lado esa sorprendente muerte en la cúspide de la fama a temprana edad, ¿por qué ha Dean recibido y conservado toda esa atención? ¿Cuáles son los factores que le permitieron vivir tanto tiempo, como dicen las revistas de fans, más allá de la tumba?
Empieza con lo fundamental, incluyendo una reputación tan limpia e impecable, y el atractivo intemporal y casi andrógino de Dean. Y no sólo en las películas.
Pues mientras otros actores eran tan fotogénicos en la pantalla como Dean, incluyendo a Elizabeth Taylor, la co-protagonista de ‘Gigante', es difícil pensar en otra estrella que haya causado semejante impacto con sus fotografías. Dean fue no solamente fotografiado casi incesantemente, sino además se ve extraordinariamente bien en cada foto. Y eso no fue accidente.
Mientras a otras estrellas no les gusta ser fotografiados fuera del plató, a Dean, preternaturalmente sofisticado en la creación de imágenes, le encantaba. Y si es raro el actor que construya un vínculo con siquiera un fotógrafo, Dean forjó relaciones íntimas con al menos cuatro fotógrafos de fama mundial: Stock, Phil Stern, Sanford Roth y Roy Schatt.
Se dice que Dean tuvo más influencia en las actitudes que en la actuación, y si ese es el caso, esas fotografías proporcionan la razón del por qué.
Por el lado de actuación, esencial para el éxito de Dean fue la naturaleza de los papeles que representó. Aunque hoy es difícil creerlo, cuando toda la cultura popular americana contiene el aliento a la espera de oír qué piensan los adolescentes, las películas y papeles de Dean en ellas tenían cualidad de revelación en una época en que nadie pensaba prestar atención a las confusiones de la adolescencia.
Lo que hizo Dean fue crear la idea de los adolescentes como una clase oprimida permanentemente descontenta, definir la rebelión adolescente de su época, nuestra época, y el futuro previsible. Trabajando -es importante recordarlo- con los mejores directores, fue capaz de ser a la vez desafiante y sensible, infantil y peligroso. Con su habilidad para nutrirse de rabia interior que Marlon Brando llamó "una energía sutil y una intangible cualidad de resentimiento", Dean nos permitió hacer nuestro su propio dolor, lamentar las conexiones perdidas y desilusiones de sus personajes debido a que nos recuerdan cosas que hemos vivido nosotros mismos.
Nunca fue más verdad que en ‘Al este del Edén', dirigida por Elia Kazan en base a la adaptación de Paul Osborn de la novela de John Steinbeck. Una historia de Caín y Abel escenificada en Salinas y Monterrey antes y durante la Primera Guerra Mundial, es no solamente una de las más ricas películas de Kazan y el primer papel importante de Dean, sino también la mejor actuación del actor, la película que formó la plantilla de lo que vendría después.
Dean hace de Cal Trask, la oveja negra de la familia, el solitario intruso que quiere desesperadamente ser aceptado y amado por su padre, Raymond Massey, aunque se comporta a veces como si no le importara. La transparente y franca angustia de Cal, su ansia de palabras reconfortantes, alcanza su clímax en la celebrada escena en la que, cuando su padre rechaza su regalo de cumpleaños, las necesidades y desilusiones del hijo son tan grandes que exhala un gemido aparentemente arrancado del alma. Como lo dice Julie Harris en otra escena: "Es terrible no ser amado. Es lo peor que hay en el mundo".
Transformando la interacción Dean-Massey como el conflicto generacional paradigmático en el cine americano es el decidido modo en que Kazan explotó los problemas personales que tenían los actores entre sí. "Este fue un antagonismo que no traté de ocultar; lo empeoré", escribe el director en su autobiografía. "No se lo oculté a Jimmy ni a Ray lo que pensaban uno del otro, se los dije claramente. La pantalla adquiría vida precisamente con lo que yo quería: Se odiaban".

Otro Grito de Angustia
‘Rebelde sin causa', la siguiente película de Dean, esta vez bajo la florida dirección de Nicholas Ray, también tiene que ver con una atormentada relación entre padres e hijos, pero de modo diferente, más concentrado en el punto de vista adolescente. Aquí los padres, especialmente el castrante padre de Jim Backus, son retratados como payasos ineptos cuya persistente incomprensión obliga a los adolescentes -Dean, Natalie Wood y Sal Mineo- a formar de hecho una absurda familia propia.
La actuación de Dean no es solamente anunciada encima del título, también redime las incertidumbres del resto de la película. Trabajando con el delicado guión de Stewart Stern, Dean, con vaqueros, camiseta blanca y cazadora roja brillante (escogida después de que Warners cambiara del blanco y negro a colores más a la moda), emite otro grito de angustia pura. Cuando golpea con tanta fuerza sobre el escritorio de una comisaría de policía que tuvo que ser llevado a un hospital después del rodaje, cuando grita su característico: "¡Me estáis destrozando!" a sus pendencieros padres, no cabe duda de que Dean proviene del lugar más realista de toda la película.
Entre los elementos especiales del paquete de ‘Rebelde' se encuentra la más fantasmagórica pieza de recuerdos de Dean, un corto para el Consejo de Seguridad Nacional, rodado menos de dos semanas antes de su muerte, en el que Dean, completo con el vestuario de ‘Gigante', mira a la cámara y dice: "Conduce con tranquilidad. La vida que salvas puede ser la mía".
‘Gigante' fue la última película de Dean, una titánica película de 3 horas y 21 minutos dirigida por George Stevens en base a la adaptación de Fred Guiol e Ivan Moffat de la novela de Edna Ferber que fue el filme más taquillero de la Warner Bros. durante 20 años (hasta que ‘Superman' la destronó). De muchos modos fue la actuación menos exitosa de Dean y no solamente porque la película fue incapaz de envejecer convincentemente al personaje de Dean, el popular buscador de petróleo Jett Rink, el hombre de más de 20 que exigía el guión. "Dean no tenía ninguna técnica", escribió duramente Kazan en su autobiografía. "Cuando trató de representar a un hombre de más edad en los últimos rollos de ‘Gigante', se vio como lo que era: un principiante".
Igual de inquietante es la disposición de Dean de permitirse muchas cosas, de correr el peligro de ser demasiado brusco, demasiado amanerado. Aunque su poder sigue estando intacto, el garbo, indiferencia y desgano amenazan con transformar a Jett Rink en una atracción secundaria. Aunque nadie puede decir qué habría sido de Dean si hubiera vivido, su Jett Rink nos entrega un ejemplo de cómo pueden marchar mal las cosas. Quizás Humphrey Bogart tenía razón cuando dijo de James Byron Dean: "Murió a tiempo. Si hubiera vivido, no habría sido capaz de vivir a la altura de su publicidad".

18 de abril de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

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