manual restringe torturas
[Eric Schmitt] El ejército norteamericano dice que prohíbe torturas en interrogatorios.
Washington, Estados Unidos. El ejército está preparando la publicación de su nuevo manual de interrogatorios que prohíbe expresamente los duros métodos revelados en el escándalo de las torturas a prisioneros en la cárcel de Abu Ghraib, e incluye garantías ideadas para impedir en el futuro esas conductas en centros de detención militares, dijeron el miércoles oficiales del ejército.
El nuevo manual, la primera revisión en 13 años, prohibirá explícitamente prácticas como la de desnudar a los prisioneros, obligarlos a adoptar posturas corporales estresantes durante mucho tiempo, imponerles restricciones alimentarias, intimidarlos con perros policiales y usar la privación de sueño como una herramienta para obligarlos a hablar, dijeron los oficiales.
Esas prácticas no estaban incluidas en el manual en uso cuando ocurrió la mayoría de los abusos en Abu Ghraib en Iraq en el otoño de 2003, pero tampoco habían sido prohibidas específicamente.
Las investigaciones militares han responsabilizado a funcionarios de alto nivel -incluyendo al ministro de Defensa Donald H. Rumsfeld y al teniente general Ricardo S. Sánchez, el ex comandante en jefe en Iraq- por contribuir a la confusión autorizando y luego anulando el uso limitado de métodos severos que iban más allá de lo permitido en el manual.
Junto al nuevo manual, que tiene más de 200 páginas, habrá un documento de adiestramiento separado y clasificado que ilustra docenas de casos de interrogatorios y trata en detalle qué métodos pueden ser o no usados y en qué circunstancias.
Como ejemplo de las nuevas reglas Thomas A. Gandy, director de inteligencia y contrainteligencia humana del Ejército, dijo que los interrogadores interrogando a un prisionero en un cuarto pequeño podrían arrojar una silla contra la pared en una explosión de rabia simulada para asustar al detenido, una técnica llamada meter miedo'. Pero bajo ninguna circunstancia puede el interrogador, dijo, lanzar la silla contra el prisionero o amenazarlo directamente.
Los interrogadores del Ejército no han tenido nunca un conjunto de instrucciones específicas para ayudarles a mantener la línea correcta entre los interrogatorios legales e ilegales.
"Se tratará de autorizaciones y negativas específicas", dijo Gandy, un agente de carrera de la inteligencia militar, en una entrevista. Proporcionó detalles del borrador definitivo del manual y enfatizó que el documento requerirá la adherencia a las Convenciones de Ginebra, tal como lo hace el manual en curso.
El manual de interrogatorios sólo se aplica las fuerzas del Ejército, pero este controla la inmensa mayoría de las operaciones con detenidos en lugares como Iraq y Afganistán, y Gandy dijo que se hicieron esfuerzos por sincronizar los métodos del Ejército con las prácticas de otras ramas de las fuerzas armadas.
El nuevo manual no se usará en los interrogatorios de la CIA en sus centros de detención. Pero a cambio prohíbe expresamente que la CIA retenga a prisioneros no registrados, los llamados detenidos fantasmas', en prisiones del ejército como Abu Ghraib.
Gandy dijo que el nuevo documento prohibía la tortura física o mental, las bofetadas y las humillaciones. Pero se negó a ofrecer más ejemplos de métodos específicos que serán permitidos, diciendo que no quería informar a prisioneros potenciales de lo que les esperaba. "La clave de los interrogatorios es la incertidumbre y llevar a los tipos al límite", dijo. "No queremos decirles dónde está el límite".
El renovado manual, titulado Operaciones de Recabamiento de Inteligencia Humana', forma parte de una amplia revisión de los métodos y operaciones de interrogatorio y detención utilizados por el Ejército y las fuerzas armadas en general. El Ejército, por ejemplo, se ha embarcado en una sistemática renovación del adiestramiento y doctrina de la policía militar y agentes de inteligencia.
El Ejército planea crear 35 unidades adicionales adiestradas especialmente para operaciones de detención en los próximos tres años. También está preparando agregar 9.000 puestos a la inteligencia militar, entre ellos 3.000 interrogadores, agentes de caso para manejar redes de informantes y otros llamados agentes de inteligencia humana. El último adiestramiento de los interrogadores durará unos 11 días, en lugar de 5, dijo Gandy.
En Abu Ghraib, el comando americano en Bagdad ha implementado un nuevo conjunto de normas de adiestramiento. Los interrogadores recién llegados pasarán dos semanas de orientación sobre métodos y prácticas. Antes de realizar interrogatorios por cuenta propia, deben interrogar a los prisioneros junto a otro interrogador más experimentado.
Todos los interrogadores son observados durante las sesiones de interrogatorio para cerciorarse de que actúan conforme a las instrucciones. Los interrogadores recibían adiestramiento de actualización obligatorio cada 90 días.
Gandy dijo que el nuevo manual formalizaría prácticas que en algunos casos han sido implementadas en el terreno durante unos meses. Algunos detalles del manual fueron dados a conocer por el Baltimore Sun el mes pasado. Capítulo tras capítulo trata de aclarar las ambigüedades que los investigadores militares dicen que contribuyeron a las torturas de prisioneros en Iraq.
El manual, por ejemplo, prohíbe a la policía militar que participe en los interrogatorios, pero permite a personal de la inteligencia militar interrogar a guardias sobre sus observaciones de prisioneros específicos. Algunos agentes de la policía militar en Abu Ghraib dijeron que se les habían pedido ablandar a los prisioneros antes de los interrogatorios para ayudar a los interrogadores a extraer más información de los insurgentes.
El manual también pide varias garantías, incluyendo exigir a los soldados que informen de cualquier cosa que pase que viole tratados internacionales o normas de conducta humanitaria.
Gandy dijo que el nuevo manual prohibía a los interrogadores y otros agentes de inteligencia de hacerse pasar por médicos, periodistas o capellanes para sonsacar información de los detenidos. Pero sí están autorizados a usar artimañas, como por ejemplo prometer falsamente liberar a un detenido a cambio de información, dijo.
El manual debe ser aprobado por el general de división Barbara G. Fast, que dirige el Centro de Inteligencia del Ejército en Fort Huachuca, Arizona. La general Fast sirvió en Iraq de julio de 2003 a junio de 2004 como encargada de inteligencia del general Sánchez, y jugó un importante papel en la elaboración de métodos y práctica de interrogación en Abu Ghraib. Una investigación del inspector general del Ejército la exoneró recientemente de cualquier responsabilidad en los abusos.
Grupos de derechos humanos reaccionaron con cautela ante los informes sobre el nuevo manual, en parte debido a que no lo han leído. "He estado nervioso sobre este proceso", dijo Tom Malinowski, el director en Washington de Human Rights Watch. "El manual existente era claro. Fueron las excepciones las que causaron problemas".
El mes pasado el vice-almirante Albert T. Church III fue el último investigador en responsabilizar a funcionarios estadounidenses de alto rango por su fracaso en implementar procedimientos claros para interrogar a prisioneros en Iraq y Afganistán.
Mientras que los más infames de los abusos grabados en video -implicando a la policía militar de Abu Ghraib- no implicaban a interrogadores, una comisión independiente encabezada por el antiguo ministro de Defensa James R. Schlesinger confirmó en agosto pasado que de los 66 casos de abusos hasta ese momento, alrededor de un tercio se relacionaban con el interrogatorio de prisioneros.
28 de abril de 2005
©new york times
©traducción mQh
El nuevo manual, la primera revisión en 13 años, prohibirá explícitamente prácticas como la de desnudar a los prisioneros, obligarlos a adoptar posturas corporales estresantes durante mucho tiempo, imponerles restricciones alimentarias, intimidarlos con perros policiales y usar la privación de sueño como una herramienta para obligarlos a hablar, dijeron los oficiales.
Esas prácticas no estaban incluidas en el manual en uso cuando ocurrió la mayoría de los abusos en Abu Ghraib en Iraq en el otoño de 2003, pero tampoco habían sido prohibidas específicamente.
Las investigaciones militares han responsabilizado a funcionarios de alto nivel -incluyendo al ministro de Defensa Donald H. Rumsfeld y al teniente general Ricardo S. Sánchez, el ex comandante en jefe en Iraq- por contribuir a la confusión autorizando y luego anulando el uso limitado de métodos severos que iban más allá de lo permitido en el manual.
Junto al nuevo manual, que tiene más de 200 páginas, habrá un documento de adiestramiento separado y clasificado que ilustra docenas de casos de interrogatorios y trata en detalle qué métodos pueden ser o no usados y en qué circunstancias.
Como ejemplo de las nuevas reglas Thomas A. Gandy, director de inteligencia y contrainteligencia humana del Ejército, dijo que los interrogadores interrogando a un prisionero en un cuarto pequeño podrían arrojar una silla contra la pared en una explosión de rabia simulada para asustar al detenido, una técnica llamada meter miedo'. Pero bajo ninguna circunstancia puede el interrogador, dijo, lanzar la silla contra el prisionero o amenazarlo directamente.
Los interrogadores del Ejército no han tenido nunca un conjunto de instrucciones específicas para ayudarles a mantener la línea correcta entre los interrogatorios legales e ilegales.
"Se tratará de autorizaciones y negativas específicas", dijo Gandy, un agente de carrera de la inteligencia militar, en una entrevista. Proporcionó detalles del borrador definitivo del manual y enfatizó que el documento requerirá la adherencia a las Convenciones de Ginebra, tal como lo hace el manual en curso.
El manual de interrogatorios sólo se aplica las fuerzas del Ejército, pero este controla la inmensa mayoría de las operaciones con detenidos en lugares como Iraq y Afganistán, y Gandy dijo que se hicieron esfuerzos por sincronizar los métodos del Ejército con las prácticas de otras ramas de las fuerzas armadas.
El nuevo manual no se usará en los interrogatorios de la CIA en sus centros de detención. Pero a cambio prohíbe expresamente que la CIA retenga a prisioneros no registrados, los llamados detenidos fantasmas', en prisiones del ejército como Abu Ghraib.
Gandy dijo que el nuevo documento prohibía la tortura física o mental, las bofetadas y las humillaciones. Pero se negó a ofrecer más ejemplos de métodos específicos que serán permitidos, diciendo que no quería informar a prisioneros potenciales de lo que les esperaba. "La clave de los interrogatorios es la incertidumbre y llevar a los tipos al límite", dijo. "No queremos decirles dónde está el límite".
El renovado manual, titulado Operaciones de Recabamiento de Inteligencia Humana', forma parte de una amplia revisión de los métodos y operaciones de interrogatorio y detención utilizados por el Ejército y las fuerzas armadas en general. El Ejército, por ejemplo, se ha embarcado en una sistemática renovación del adiestramiento y doctrina de la policía militar y agentes de inteligencia.
El Ejército planea crear 35 unidades adicionales adiestradas especialmente para operaciones de detención en los próximos tres años. También está preparando agregar 9.000 puestos a la inteligencia militar, entre ellos 3.000 interrogadores, agentes de caso para manejar redes de informantes y otros llamados agentes de inteligencia humana. El último adiestramiento de los interrogadores durará unos 11 días, en lugar de 5, dijo Gandy.
En Abu Ghraib, el comando americano en Bagdad ha implementado un nuevo conjunto de normas de adiestramiento. Los interrogadores recién llegados pasarán dos semanas de orientación sobre métodos y prácticas. Antes de realizar interrogatorios por cuenta propia, deben interrogar a los prisioneros junto a otro interrogador más experimentado.
Todos los interrogadores son observados durante las sesiones de interrogatorio para cerciorarse de que actúan conforme a las instrucciones. Los interrogadores recibían adiestramiento de actualización obligatorio cada 90 días.
Gandy dijo que el nuevo manual formalizaría prácticas que en algunos casos han sido implementadas en el terreno durante unos meses. Algunos detalles del manual fueron dados a conocer por el Baltimore Sun el mes pasado. Capítulo tras capítulo trata de aclarar las ambigüedades que los investigadores militares dicen que contribuyeron a las torturas de prisioneros en Iraq.
El manual, por ejemplo, prohíbe a la policía militar que participe en los interrogatorios, pero permite a personal de la inteligencia militar interrogar a guardias sobre sus observaciones de prisioneros específicos. Algunos agentes de la policía militar en Abu Ghraib dijeron que se les habían pedido ablandar a los prisioneros antes de los interrogatorios para ayudar a los interrogadores a extraer más información de los insurgentes.
El manual también pide varias garantías, incluyendo exigir a los soldados que informen de cualquier cosa que pase que viole tratados internacionales o normas de conducta humanitaria.
Gandy dijo que el nuevo manual prohibía a los interrogadores y otros agentes de inteligencia de hacerse pasar por médicos, periodistas o capellanes para sonsacar información de los detenidos. Pero sí están autorizados a usar artimañas, como por ejemplo prometer falsamente liberar a un detenido a cambio de información, dijo.
El manual debe ser aprobado por el general de división Barbara G. Fast, que dirige el Centro de Inteligencia del Ejército en Fort Huachuca, Arizona. La general Fast sirvió en Iraq de julio de 2003 a junio de 2004 como encargada de inteligencia del general Sánchez, y jugó un importante papel en la elaboración de métodos y práctica de interrogación en Abu Ghraib. Una investigación del inspector general del Ejército la exoneró recientemente de cualquier responsabilidad en los abusos.
Grupos de derechos humanos reaccionaron con cautela ante los informes sobre el nuevo manual, en parte debido a que no lo han leído. "He estado nervioso sobre este proceso", dijo Tom Malinowski, el director en Washington de Human Rights Watch. "El manual existente era claro. Fueron las excepciones las que causaron problemas".
El mes pasado el vice-almirante Albert T. Church III fue el último investigador en responsabilizar a funcionarios estadounidenses de alto rango por su fracaso en implementar procedimientos claros para interrogar a prisioneros en Iraq y Afganistán.
Mientras que los más infames de los abusos grabados en video -implicando a la policía militar de Abu Ghraib- no implicaban a interrogadores, una comisión independiente encabezada por el antiguo ministro de Defensa James R. Schlesinger confirmó en agosto pasado que de los 66 casos de abusos hasta ese momento, alrededor de un tercio se relacionaban con el interrogatorio de prisioneros.
28 de abril de 2005
©new york times
©traducción mQh
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