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prohíben libro de saddam


[Hassan M. Fattah] Prohibido, Saddam Hussein triunfa como escritor.
Amman, Jordania. La novela inédita ‘¡Lárguense, Malditos!' no ganará ningún premio literario. Un libro de literatura barata, digno del olvido, gira sobre un traidor intrigante, un ejército invasor de infieles cristianos y sionistas y un libertador árabe. Lo único que diferencia a esta novela de numerosas otras en las librerías árabes es su autor: Saddam Hussein.
Cuando Raghad Saddam Hussein, la hija exiliada de Hussein, anunció antes esta semana planes de publicar en Amman la novela de 186 páginas, se desató un furioso debate sobre el legado de Hussein. La prensa jordana y las publicaciones ministeriales prohibieron rápidamente el libro. Las copias pirateadas se agotaron.
Los expertos dijeron que Hussein, tenido durante mucho tiempo en alta estima por muchos jordanos, retuvo su popularidad incluso cuando se reunían evidencias para su procesamiento en Iraq.
"Hay un montón de gente que todavía lo estima, y todavía goza de popularidad", dijo Suleiman al-Horani, propietario del diminuto Kiosco Horani en el centro de Amman. A las horas de prohibido el libro, dice Horani, vendió 50 ejemplares piratas. "Su popularidad está creciendo debido al éxito que está teniendo la resistencia en Iraq".
La continuada turbulencia en Iraq ha servido para justificar su apretado control del país durante su gobierno de 30 años, dicen aquí expertos. Los errores americanos, los escándalos de las prisiones y una creciente corrupción han contribuido a su mayor popularidad.
"La gente está comparando el antiguo régimen con el nuevo, y la idea es que las cosas han empeorado", dijo Muhammad Abu Hdeib, miembro del parlamento jordano y presidente de su comité árabe y de asuntos internacionales. "Todo esto ha hecho que la gente vea la propaganda americana como escandalosas mentiras".
La novela, que se dice que Hussein terminó de escribir en vísperas de la invasión americana de 2003, es vista como una imagen anticipada de la ocupación de Iraq.
Empieza con un narrador parece estar modelado sobre la historia de la advertencia de Abraham a sus nietos sobre el poder de Satanás en Babilonia.
La historia gira sobre Ezequiel, un codicioso intrigante con planes para derrocar al jeque de una tribu con la ayuda de un poderoso enemigo que quiere conquistar y aniquilar a los árabes, pero es a fin de cuentas derrotado por la hija del jeque con la ayuda de un guerrero árabe. La historia es considerada como una metáfora de la conspiración cristiano-sionista contra los árabes y los musulmanes.
"Sólo los que los rechazan a su país y son fieles a Dios pueden ser victoriosos", advierte el narrador sobre Satanás, la superpotencia.
Poco después de su compleción, el libro empezó a circular clandestinamente, sin el nombre del autor. En 2004 el diario pan-árabe Al Sharq al Awsat publicó el libro por entregas y se imprimieron numerosas copias en Beirut y otros lugares, vendiéndose por el equivalente de 5 dólares con una fotografía de Hussein en la portada. La primera página del manuscrito, informó el periódico, está datada y firmada al 18 de marzo de 2003, cuando empezó la invasión norteamericana.
Muchos ven el anuncio de la señorita Hussein de sus planes de publicación como parte de una campaña orquestada para coincidir con el aniversario del primer año del traspaso de la soberanía y la aceleración de un tribunal especial que debe juzgar a Hussein por cargos de crímenes de guerra. La señorita Hussein ha participado activamente en el diseño de la portada del libro y en la edición, y escribió una nota en el libro en elogio de su padre.
"El objetivo era volver a poner a Saddam bajo la atención del público", dijo Mousa Barhouma, editor ejecutivo de Al Ghad, un diario jordano independiente, que escribe sobre cultura. "Se había transformado en una cosa del pasado, y este puede ser un intento de reforzar los sentimientos nacionalistas y volver a colocarlo en el centro de la atención".
Ataques de la insurgencia iraquí se han sumado al revuelo, dijo, y la prohibición del libro lo ha hecho todavía más misterioso.
El gobierno se puso nervioso con el libro.
"Pensamos que la publicación del libro podría entorpecer los lazos jordano-iraquíes que Jordania está tratando de construir", dijo Ahmad al-Qadah, director de prensa y publicaciones oficiales, el censor local. "Jordania no quiere que la historia se publique aquí, y no hay ninguna necesidad que crear problemas".
Es la cuarta novela de Hussein. Su primera, ‘Zabiba y el rey', publicada en 2001, gira sobre un rey heroico, parecido a Hussein, una mujer llamada Zabiba, que simboliza al pueblo iraquí, y un hombre tiránico que representa a Estados Unidos -y viola a Zabiba.
La segunda, ‘Fortaleza amurallada', publicada poco después, gira sobre un héroe que defiende a Iraq de enemigos extranjeros. Y en 2002 publicó ‘Los hombres y la ciudad', un trabajo autobiográfico que busca adornar las credenciales nacionalistas de Hussein describiendo cómo su abuelo luchó contra los turcos durante el Imperio Otomano. Un vendedor de libros en Amman observó que los libros se vendieron bien, pero no a la escala de las ediciones piratas de la última novela de Hussein.
Nunca se ha establecido si Hussein es en realidad el autor de los libros, o si los ha escrito un escritor fantasma. Pero en el mundo árabe, donde la educación y la capacidad de escribir en prosa son altamente valoradas, se supone que las novelas contribuyen a la imagen de Hussein como un gran líder y pensador árabe. Ahora que está preso, el libro parece ser un intento de retocar esa imagen.
Las reacciones en torno al libro, así como imágenes recientes de Hussein en el tribunal y en fotografías de él en la celda de su prisión reflejan las percepciones diversas en Occidente y el mundo árabe del antiguo presidente iraquí.
Mientras en Occidente Hussein parece cansado y desvanecido, muchos aquí elogian su postura desafiante frente a una considerable presión internacional. Que un presidente árabe pudiera ser fotografiado lavando su propia ropa en la cárcel, entretanto, sólo reforzó su imagen cuidadosamente trabajada como un hombre de a pie.
"Lo ven como a un gran hombre, que piensa volver", dijo Barhouma, el editor del diario. "Saddam fue ofrecido como un sacrificio en una época en que nadie podía decir no a Estados Unidos".
No todos los jordanos lo ven de esa manera.
"Alguna gente encuentra una causa y se aferra a ella", dijo Yacoub al-Khateeb, 25, contable, que dice que el apoyo de Hussein proviene en gran parte de jordanos más viejos que apoyaban la causa del nacionalismo árabe. "Ve a tu universidad, habla con alguna gente educada, y te darás cuenta de que Saddam no juega ningún papel en sus vidas'.
Con la caída de su gobierno, y su encarcelamiento, Hussein perdió algo de su visibilidad aquí, incluso entre sus partidarios. Eso puede estar cambiando.

Suha Maayeh contribuyó con el reportaje para este artículo.

2 de julio de 2005
©new york times
©traducción mQh

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