Blogia
mQh

¿gulag americano?


[Pavel Litvinov] ¿Se compara el régimen del gulag soviético con la prisión norteamericana en Bahía Guantánamo?
Hace algunos días recibí una llamada telefónica de un viejo amigo que trabaja hace tiempo para Amnistía Internacional. Me preguntó si yo, como antiguo "prisionero de conciencia" soviético adoptado por Amnistía, apoyaría la declaración de la directora de Amnistía, Irene Kahn, de que la prisión de Bahía Guantánamo en Cuba es el "gulag de nuestra época".
"¿No crees que hay una enorme diferencia?", le pregunté.
"Claro", dijo, "pero después de todo llama la atención sobre el problema de los detenidos en Guantánamo".
La palabra gulag era un acrónimo burocrático para la principal prisión en la Unión Soviética de Stalin. Después de la publicación de ‘El Archipiélago de Gulag', de Alexander Solzhenitsyn, se transformó en un símbolo del sistema de campos de trabajos forzados que fueron un rasgo integral de los países comunistas. Millones de prisioneros confinados en el gulag no habían participado en actos violentos ni cometido ningún delito -estaban ahí porque pertenecían a un grupo social, nacional o político "equivocado", o porque expresaban una opinión "equivocada".
La crueldad y escala del sistema del gulag han sido descritos en numerosos libros, de modo que no es necesario que lo vuelva a contar aquí. Por donde se lo mire, Guantánamo y prisiones similares gestionadas por norteamericanos no se parecen, ni en sus condiciones de detención ni en su escala, al sistema de los campos de concentración que estaba en el núcleo del sistema totalitario comunista.
Por ejemplo, los incidentes de profanación del Corán en Guantánamo por personal norteamericano han sido ampliamente reportados. Pero esos libros no fueron ciertamente llevados a Guantánamo por los prisioneros de Afganistán mismos. Fueron proporcionados por el gobierno norteamericano -a pesar de hecho obvio de que la mayoría de los prisioneros encontraron equivocadamente inspiración en el Corán para su violento odio de Estados Unidos.
En contraste, el autor ruso Andrei Sinyavsky, que fue sentenciado en 1966 a siete años de trabajos forzados por sus escritos, fue abordado una tarde poco después de su llegada a un campo de trabajo, por un prisionero que preguntó si quería escuchar un relato de la versión bíblica del apocalipsis. (La posesión de la Biblia estaba estrictamente prohibida en el gulag). El hombre llevó a Sinyavsky a los hornos, donde un grupo de gente estaba acuclillada en los oscuros rincones. Uno de los hombres se levantó y, a la luz de la llama del horno, empezó a recitar de memoria los pasajes bíblicos. Cuando paró, el fogonero, un viejo, dijo: "Y ahora tú, Fyodor, continúa". Fyodor se levantó y recitó del siguiente capítulo. Todo el testo de la Biblia estaba repartido entre esos prisioneros, rusos corrientes que debían estar de 10 a 25 años en el gulag por sus creencias religiosas. Se sabían los textos de memoria y se reunían periódicamente para repetirlo y no olvidarlos. Y eso pasaba en 1967, cuando el gulag era más pequeño y el régimen soviético más blando de lo que había sido durante Stalin.
Amnistía Internacional, con su aproximación basada en los hechos, objetiva y equilibrada a la defensa de los derechos humanos, ha sido una fuente de esperanza para los disidentes de todas partes. Una idea central de Amnistía ha sido el concepto del prisionero de conciencia como una persona que no utiliza ni aboga por la violencia política. Nada más saber que has sido adoptado como un prisionero de conciencia, de que en algún lugar del mundo hay gente que sabe tu nombre y están trabajando por tu liberación, da esperanzas.
Cuando llegué a Estados Unidos después de cumplir mi sentencia en el exilio siberiano, me reuní con cientos de dedicados activistas de Amnistía en todo el país que escribieron cartas a los presidentes de gobiernos en el mundo exigiendo la liberación de los prisioneros de conciencia. Esta campaña creó una solidaridad especial entre activistas de derechos humanos a través de fronteras nacionales. Naturalmente, los líderes comunistas han denunciado a Amnistía como una fachada de la CIA, y dictadores de extrema derecha llaman a sus miembros militantes comunistas.
Era sólo natural que Amnistía floreciera en Estados Unidos y en Europa Occidental, donde los derechos humanos son tomados en serio y su defensa se convirtió en parte oficial de la política exterior norteamericana, debido en gran parte a los esfuerzos del presidente Jimmy Carter. Hubo heroicos intentos de crear grupos de Amnistía en países con regímenes dictatoriales, incluyendo a la Unión Soviética, pero la mayoría de esos intentos fueron aplastados con detenciones y emigración forzada.
Hay amplios motivos para que Amnistía se muestra crítica de ciertas acciones de Estados Unidos. Pero usando la hipérbole y confundiendo la diferencia entre regímenes represivos y las imperfecciones de la democracia, los portavoces de Amnistía ponen en peligro su autoridad. Las violaciones a los derechos humanos por parte de Estados Unidos parecen casi frívolas en comparación con las cometidas por Cuba, Corea del Sur, Pakistán o Arabia Saudí.
El modo más efectivo para criticar la conducta de Estados Unidos es reconocer francamente que este país debería ser juzgado por normas más altas basándose en su propia constitución, leyes y tradiciones. No podemos cumplir con nuestras responsabilidades como la única superpotencia del mundo sin que se nos perciba como una autoridad moral. A pesar de los riesgos que representa el terrorismo, Estados Unidos no puede detener indefinidamente a gente considerada peligrosa sin garantías apropiadas de sus condiciones de detención y revisiones periódicas de su situación legal.
Las palabras son importantes. Cuando los portavoces de Amnistía usan la palabra gulag para describir las violaciones norteamericanas de los derechos humanos, permiten que el gobierno de Bush rechace críticas justificadas y socave la credibilidad de Amnistía. Amnistía Internacional es demasiado valiosa para que sea secuestrada por líderes políticamente sesgados.

El escritor, que fue un disidente activo de las causas por los derechos humanos en la Unión Soviética, vive ahora en Estados Unidos.

18 de junio de 2005
©washington post
©traducción mQh

1 comentario

Biranta -

Este (Guantanamo) é outro "procedimento" usado pela CIA para produzir terroristas...