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buenos muchachos


[Rodrigo González] Los cuatro capítulos del documental ‘Inside the Mafia' incluyen las palabras de Joe Pistone, el agente encubierto del FBI cuyo caso fue llevado al cine en ‘Donnie Brasco'. Y también los recuerdos de Henry Hill, quien inspiró el filme ‘Buenos Muchachos', cuyo protagonista -Ray Liotta- oficia de narrador.
"A mi padre le pedían favores como darle su merecido al tipo que engañaba a la esposa o pagarle el hospital a un enfermo que no tenía dinero. Eran cosas de ese tipo, ayudas que él daba a los vecinos dos veces por semana", explica Bill Bonanno, hijo del capo criminal Joseph Bonanno (1905-2002), más conocido como ‘Joe Bananas'. Aún es un mafioso y se siente orgulloso de ello, abriendo las puertas de su hogar a las cámaras del National Geographic Channel. Para Bonnano Jr., el crimen organizado se mueve por lealtades y códigos de honor que parecen sacados de la mistificación acunada en la mente de Mario Puzo, lejos de la cruda realidad actual impuesta por exhibicionistas como el desaparecido John Gotti -el ‘Don de Teflón'- y el brutal jefe siciliano Salvatore ‘'La Bestia' Riina.
‘Inside The Mafia', serie de cuatro capítulos de una hora, se caracteriza precisamente por este tipo de acceso a fuentes, entregando un retrato íntimo del crimen organizado de raíces italianas en Estados Unidos.
Atractivos relevantes los proveen los testimonios de algunos destacados del universo mafioso: Henry Hill, el traficante de origen ítalo-irlandés que inspiró el filme ‘Buenos Muchachos' (1989); Joseph Pistone, agente del FBI que bajo el nombre de Donnie Brasco se infiltró en el circuito criminal y cuyo caso fue llevado al cine en la película homónima, y Dominick Montiglio, uno de los ‘soldados' de la poderosa familia Gambino.
El recorrido efectuado por la serie va desde los orígenes sicilianos hasta nuestros días, dibujando un paralelo histórico entre las organizaciones criminales de Estados Unidos e Italia.
Buena parte de esta crónica ha sido generosamente detallada en innumerables libros y películas. Aún así, no dejan de ser interesantes los retratos de personalidades como Charles ‘Lucky' Luciano (1896-1962) -el hombre que le dio ‘institucionalidad' a la mafia a través de la formación del sindicato nacional del crimen- y Carmine Galante (1910-1979), quien en nombre de la familia Bonanno hizo la unión con los mafiosos de Marsella, en lo que se conoció como la ‘conexión francesa'.

El Crimen por Dentro
Hay un aspecto que atrae y repele en el trabajo gangsteril: la naturalidad con que los hechos de sangre forman parte de un oficio ‘como cualquier otro'. Al respecto, el testimonio de Dominick Montiglio es iluminador: "Un día, el baño tenía la puerta semiabierta y se veían dos cuerpos colgando con las gargantas cortadas... Todo el mundo tenía equipos de carnicería para cortar los brazos y las cabezas", explica el ex miembro de la familia Gambino.
Montiglio -que testificó contra sus ex camaradas para acceder a una condena reducida- también cuenta detalles de infancia. "Me crié con mi tío y desde pequeño me di cuenta que mi familia era diferente en el vecindario. De repente, llegaba el FBI y botaba todas las puertas. La gente nos miraba asustada", afirma.
Henry Hill explica cómo, de un momento a otro, se transformó en un tipo con fortuna. "La cantidad de dinero que podías hacer era astronómica. Podías vender (heroína) 20 mil o 30 mil dólares al día. No tenía lugar en casa para guardar tantas bolsas. Acumulabas tanto que tu estilo de vida se transformaba completamente".
Sobre sus acciones de rutina, Hill se explaya: "Habitualmente enterrábamos los cuerpos, pero algunas veces los dejábamos tirados en el estacionamiento. O cortados en pedazos en un auto, al fondo de un sitio eriazo. Un par de veces me tocó colocarlos en un baúl y enviarlos a Japón, donde creo que los transformaron en ceniceros. Sin embargo, lo más seguro era enterrar los cuerpos en nuestros propios clubes, en el sótano. Después de unos meses, todo el mundo se olvidaba".
A mediados de los 80, Hill se acogió a un programa de protección de testigos, delatando a varios de sus compañeros. Esa época, sintomáticamente, coincidió con el fin de un período dorado en la historia del crimen organizado.

9 de julio de 2005
3 de julio de 2005
©tercera
©traducción mQh

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