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copias verdaderas de china


[Keith Bradsher] De obras de arte occidentales.
Shenzhen, China. Zhang Libing ha pintado más van Goghs que van Gogh mismo.
Zhang, 26, calcula que ha pintado hasta 20.000 copias de obras de van Gogh, dice en la buhardilla de un tercer piso salpicada de pintura donde calcetines recién lavados y telas recién pintadas se secan lado a lado en el balcón.

A una manzana, Ye Xiaodong, 25, está completando 200 pinturas de un paisaje de flores rosadas y blancas en otra buhardilla en un tercer piso. Y más abajo en la calle, Huang Yihong, también de 25, está parado en una bodega llena de arte y pinta una cascada que cae graciosamente en un charco, mezclando las pinturas en una paleta oval.
Los bajos salarios de China y la sed de exportaciones ya han cambiado a muchas industrias, desde de muebles a ropa interior. El mundo del arte, al menos el arte para las masas, parece ser el siguiente, y está emergiendo como un estudio de caso en miniatura de la exitosa expansión de China en una larga lista de pequeñas y oscuras industrias que, cuando se las considera juntas, representan una importante actividad económica.
China está ampliando rápidamente los institutos de arte, produciendo decenas de miles de artistas profesionales cada año dispuestos a trabajar por poco dinero. Internet permite que estas pinturas de cadena de montaje sean vendidas en todo el mundo; la misma tecnología que permite a familias en Estados Unidos encargar sus retratos en la costa de China.
Como en Estados Unidos y Europa, un puñado de artistas contemporáneos en China pueden ganar cientos de miles e incluso millones de dólares por cada uno de sus trabajos altamente creativos -artistas como Chen Yifei, Zhao Wuji y Wu Guanzhong. Pero el principal objetivo de China es el mercado más amplio de piezas que se venden a 500 dólares o menos, con pintores que trabajan con postales o imágenes de internet o, como en el caso de Zhang, un enorme, manoseado ejemplar de un libro de arte en inglés sobre van Gogh.
La habilidad de China de convertir lo que ha sido durante largo tiempo un arte individual en una industria de producción de masa, puede afectar a los artistas de pequeña escala de las Escaleras Españolas de Roma y los de las playas de Santa Mónica en California, así como a galerías de arte y colonias artísticas entre ellos.
Grupos de artistas en Estados Unidos están empezando a preocuparse, cuestionando la originalidad de algunas pinturas chinas y si respetan las leyes estadounidenses sobre los derechos de reproducción.
Wal-Mart, de acuerdo a Bill Wertz, un portavoz de la compañía, ha optado no vender pinturas chinas esta temporada. Pero vendedores de Pier 1 to Bed, Bath & Beyond, están importando óleos chinos, así como sitios en internet como Oilpaintings.com
Estadísticas de aduanas estadounidenses muestran que las importaciones de pinturas chinas se han casi triplicado de 1996 a 2004, con embarques a granel que llegan a los 30.5 millones de dólares el año pasado. Las ventas al detalle son varias veces ese monto, ya que los datos de aduanas se basan en el precio que pagan los empresarios por compras a granel.
El principal mercado para los óleos de China son los condominios en Florida y otras segundas residencias construidas como parte del auge del mercado inmobiliario global. También hoteles y restaurantes compran grandes partidas de pinturas chinas. Muchas de las pinturas describen escenas que los artistas chinos no han visto nunca. "Entre nosotros, los paisajes europeos como el Mediterráneo o Venecia o París son éxitos de venta", dijo en una conferencia telefónica Moses Ben Herut, presidente de Oilpaintings.com, de Alpharetta, Georgia.
El sitio en la web de Herut no publicita el hecho de que compra muchas de sus pinturas en Xiamen, en la costa sudeste de China, y coloca "Georgia, Estados Unidos" arriba de su página de inicio, en rojo, blanco y azul para enfatizar que es una extensión de una galería de arte local.
Esta primavera en la Feria de Muestras Cantonal de Guangzhou, exportadores rodeados de pinturas ocupaban toda una hilera de las exhibiciones. Adrian Goldberg, presidente del Grupo Ziganof, un mayorista de Manchester, Inglaterra, entró en una de las cabinas y en menos de una hora había colocado un pedido de contenedores marítimos de 12 metros llenos de pinturas para ser entregadas este otoño en puertos de Europa y Estados Unidos.
Parado frente a la cabina mientras masas de compradores y vendedores pasaban a su lado, Goldberg explicó que pagaba entre 25 y 30 dólares por cada pintura, incluyendo los marcos, y 1 dólar de costes de embarco por pintura.
Planea vender las pinturas principalmente a tiendas de muebles a 35 o 40 dólares cada pintura, y predijo que los compradores eventualmente pagarán 100 a 125 dólares por pieza en Europa, y hasta 160 dólares en Estados Unidos.
La economía de la industria de óleos china -internacionalmente se transan muy pocas acuarelas o pasteles- es impresionante. Zhang y Ye, que ambos aprendieron a pintar tras dos años de aprendizaje después de la secundaria, ganan cada uno menos de 200 dólares al mes, más una modesta habitación y pensión. Huang, que tiene un diploma de una maestría de cuatro años de la Universidad Normal de Jiangxi, en China central-este, dijo que le pagaban 360 dólares al mes, pero pagaba su propia comida y cuarto.
Las pinturas, pinceles, telas, marcos y otros materiales se encuentran todos a bajo precio aquí en el barrio de artistas de Dafen -más de una docena de manzanas de tiendas de pinturas con los talleres arriba- justo al otro lado de la frontera de Hong Kong.
Wang Yuankang, el empresario de pinturas en la Feria de Muestras Cantonal que recibió el pedido de Goldberg, dijo que su taller tenía 10 "diseñadores" que hacían pinturas originales y 300 que copiaban originales. Otros 200 trabajadores colocaban los marcos, dijo.
Algunas operaciones son incluso más grandes. Vicky Leung, el gerente comercial de la Compañía de Artes y Oficios Chaozhou Hongjia, con una cabina cerca de Wang, dijo que la compañía tenía dos talleres con un total de 10 diseñadores, 250 pintores y más de 500 colocadores de marcos y ayudantes de los pintores.
Una ventaja de las operaciones más importantes es que permiten la especialización, con cadenas de montaje como las que introdujo Henry Ford en la industria automotriz.
Los talleres más grandes tienen pintores que se especializan en árboles, otros en cielos, en flores, etcétera, un método que no solamente aumenta la "calidad", sino también la producción y reduce los costes.
Ye, que trabaja como autónomo en una buhardilla, tiene un método similar: una tarde reciente estaba pintando la parte de arriba de una docena de flores blancas de una serie de telas.
"Es más rápido hacerlo así, y mientras se seca la pintura, yo hago el resto", dijo mientras mezclaba una sombra ligeramente más oscura de crema para pintar la parte de abajo, ensombreciendo la mitad de cada flor.
Pintores más experimentados de Xiamen, a 643 kilómetros al nordeste de aquí, produce retratos de familias americanas a partir de fotografías que recogen en internet. Cerca de una décima parte de las pinturas chinas que vende Herut, el empresario de arte de Georgia, son devueltas por las familias, que dicen que no se encuentran parecidos; Herut ordena que se vuelvan a hacer.
Nueva Jersey del Norte tenía un pequeño pero bullente grupo de negocios con artistas que producían pinturas baratas para restaurantes, hoteles y casas en todo el país. Pero estas empresas se han pasado a las importaciones, como la Dae Ryung Company, que hace dos décadas tenía 7 pintores en un taller junto a sus oficinas en Hackensack, Nueva Jersey, y dejó marcharse al último hace cuatro años, sin buscar su remplazo.
"Al principio era mejor, porque podíamos venderles exactamente lo que queríamos", dijo Helen Cho, la gerente de compras y contabilidad de la compañía. "Pero después de un tiempo, los chinos se recuperaron".
Exportadores de pinturas chinas dicen que aunque las pinturas a menudo imitan obras de arte bien conocidas, las copias eran inherentemente diferentes porque eran hechas a mano, y por tanto no violaban los derechos de reproducción.
Robert Panzer, presidente de la Asociación de Artistas Gráficos y Galerías de Arte, un grupo industrial de Nueva York, rechazó la idea. Dijo que la gran mayoría de las pinturas producidas antes del siglo 20 eran de dominio público y podían ser copiadas y comercializadas libremente. Pero no es legal vender una pintura que parece a una persona razonable una copia de obras más recientes y sujetas al pago de derechos, dijo.
De cualquier manera, China está creando un ejército cada vez más creciente de artistas profesionales que producen copias y obras originales. El arte se ha convertido en una maestría tan popular en China, que el número de graduados de arte de las universidades subió en picado en un 59 por ciento el año pasado a 20.031 pintores, de acuerdo al ministerio de educación de China.
Ese crecimiento ocurrió a pesar de que las universidades chinas, olfateando la oportunidad económica, subieron al doble las matrículas anuales para las maestrías de arte e ingeniería, dijo Jin Baoping, profesor de arte de la Universidad de Shenzhen.
Zhang y Mr. Ye dijeron que no les importaba pintar cientos de copias.
Pero Huang, el graduado universitario en la calle de tiendas, aspira a alturas mayores.
"Nunca he hecho más de cuatro copias" de la misma pintura, dijo con orgullo, agregando que hacer más sería "aburrido y agotador".

16 de julio de 2005
©new york times
©traducción mQh


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