excusas por linchamientos
[Frank James] Ocurrió en junio: senado estadounidense ofrece excusas por 100 años de linchamientos.
Washington, Estados Unidos. El senado pidió excusas el lunes a las víctimas de linchamientos y sus descendientes, un intento tardío de enmendar lo que algunos parlamentarios reconocieron que fue la vergonzosa historia del senado en los siglos 19 y 20 al bloquear los intentos para poner fin a la espantosa práctica de linchar a afro-americanos.
Con el superviviente de un linchamiento y familias de las víctimas mirando desde la galería de visitantes del senado, la senador Mary Landrieu, una demócrata de Louisiana y principal presentadora de una ley que llama a que el senado ofrezca unas raras disculpas, habló con una inusual ayuda visual. Era la horrible foto de los años 30 de una negro víctima de un linchamiento, colgando de un árbol mientras una turba de blancos, incluyendo niños, miraban la escena, algunos sonriendo.
"El senado cometió un error al no intervenir', dijo, refiriéndose al repetido fracaso de la cámara durante un período de casi 100 años en apoyar los intentos de la Cámara Baja y de siete presidentes para convertir el linchamiento en un delito federal.
Esos intentos fueron frustrados durante décadas por las obstrucciones de senadores sureños, racistas ellos mismo o no dispuestos a enajenarse a los electorados racistas. Archivos disponibles muestran que las turbas, a menudo con la complicidad de funcionarios locales, lincharon al menos a 4.742 personas, tres cuartos de ellos negros, entre 1882 y 1968.
"Fue un error permitir esas turbas", dijo Landrieu. "No faltaba coraje. Quizás hoy no tenemos el coraje que se necesita para hacer lo que debemos.
"Pero sé que hoy podemos ofrecer excusas", dijo. "Podemos ser sinceros cuando ofrezcamos condolencias a las familias, a sus seres queridos, y quizás podemos ahora liberar a esas víctimas y a sus familias, y liberar a nuestro país para que sea mejor de lo que es hoy".
Pero incluso con una mayoría en el senado -80 legisladores para cuando la votación del lunes noche- que aprobó la resolución de Landrieu, había una sensación de trabajo todavía no terminado en Estados Unidos cuando se trata de las relaciones raciales.
Que no todos los 100 senadores hayan firmado unánimemente las excusas pareció ilustrar la frase de William Faulkner de que "el pasado no muere nunca; ni siquiera es pasado".
Como condición para que la resolución de ofrecimiento de excusas fuera aprobada por el senado, sus partidarios tuvieron que contentarse con una votación a viva voz en lugar del más típico voto nominal en el que cada voto es inscrito individualmente. Sin embargo, no hubo oposición audible cuando se realizó la votación.
El senador John Kerry (demócrata de Massachusetts), el candidato presidencial demócrata de 2004, dijo: "Creo que es crítico que demos el paso que estamos tomando y hemos tomado, pero al mismo tiempo no habría sido mucho más extraordinario y significativo si tuviésemos una votación personalizada con todos los 100 senadores? Pero no lo hemos hecho".
Muchos de los senadores citaron el libro Without Sanctuary: Lynching Photography in America', como un espoloneo a la acción.
Landrieu y otros citaron el casual descaro de los espectadores y perpetradores como uno de los aspectos más inquietantes de las fotos porque sugiere que no tenían miedo de ser llevados a justicia. La exposición fotográfica itinerante en que se basa el libro, está siendo expuesta en la Sociedad Histórica de Chicago.
En una de las muchas ironías del día, fueron dos senadores sureños quienes encabezaron el ofrecimiento de excusas: Landrie y el senador George Allen (republicano de Virginia).
"Este solemne cuerpo tiene una mancha en su historia", dijo Allen sobre los intentos previos en el senado de tomar una posición contra los linchamientos. "Y esa mancha son los linchamientos".
Otra ironía fue es que las excusas fueron aprobadas el mismo día en que empezó en Mississippi el juicio de Edgar Ray Killen, un reputado cabecilla del Ku Klux Klan que está acusado de los asesinatos de tres voluntarios por los derechos civiles en 1964. Philip Dray, autor de otro libro sobre linchamientos, At the Hands of Persons Unknown', dijo que no se sabe qué hubiera pasado si el senado hubiese aprobado leyes contra los linchamientos, pero su fracaso tuvo el efecto de galvanizar la oposición a la práctica.Los linchamientos y la inacción legal condujo a la creación de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color. También dio un importante impulso al movimiento por los derechos civiles.
El senador Barack Obama (demócrata de Illinois), el único afro-americano, dijo: "Espero que mientras conmemoramos esta injusticia del pasado, que esta cámara también gaste algún tiempo haciendo algo concreto y tangible para curar la larga sombra de la esclavitud y el legado de la discriminación racial de modo que de aquí a 100 años podamos mirar retrospectivamente y enorgullecernos y no tener que ofrecer excusas nuevamente".
"Hay más modos de perpetrar violencia que el linchamiento", dijo. "Hay la violencia a la que sometemos a los niños cuando no tienen oportunidades, cuando no tienen esperanza... Sobre ese tipo de violencia esta cámara también debería hacer algo".
Los descendientes de las víctimas parecieron inclinados a aceptar la decisión del senado, como hizo James Cameron, 91, de Milwaukee, que fue linchado en Marion, Indiana, en 1930, cuando tenía 16, pero sobrevivió.
"Creemos que las excusas son el principio", dijo Dori Dee Johnson, 44, de Evanston, Illinois. Su tatarabuelo, Anthony Crawfor, era un granjero en Abbeville, Carolina del Sur, y un pilar de la comunidad negra, que fue linchado en 1916 después de una disputa con un granjero blanco.
"Se necesita un montón de gente para admitir que están equivocados", dijo. "Para que lo haga el senado como cuerpo se requiere mucho coraje. No estamos acostumbrados a este tipo de declaraciones".
fjames@tribune.com
16 de julio de 2005
14 de junio de 2005
©chicago tribune
©traducción mQh
Con el superviviente de un linchamiento y familias de las víctimas mirando desde la galería de visitantes del senado, la senador Mary Landrieu, una demócrata de Louisiana y principal presentadora de una ley que llama a que el senado ofrezca unas raras disculpas, habló con una inusual ayuda visual. Era la horrible foto de los años 30 de una negro víctima de un linchamiento, colgando de un árbol mientras una turba de blancos, incluyendo niños, miraban la escena, algunos sonriendo.
"El senado cometió un error al no intervenir', dijo, refiriéndose al repetido fracaso de la cámara durante un período de casi 100 años en apoyar los intentos de la Cámara Baja y de siete presidentes para convertir el linchamiento en un delito federal.
Esos intentos fueron frustrados durante décadas por las obstrucciones de senadores sureños, racistas ellos mismo o no dispuestos a enajenarse a los electorados racistas. Archivos disponibles muestran que las turbas, a menudo con la complicidad de funcionarios locales, lincharon al menos a 4.742 personas, tres cuartos de ellos negros, entre 1882 y 1968.
"Fue un error permitir esas turbas", dijo Landrieu. "No faltaba coraje. Quizás hoy no tenemos el coraje que se necesita para hacer lo que debemos.
"Pero sé que hoy podemos ofrecer excusas", dijo. "Podemos ser sinceros cuando ofrezcamos condolencias a las familias, a sus seres queridos, y quizás podemos ahora liberar a esas víctimas y a sus familias, y liberar a nuestro país para que sea mejor de lo que es hoy".
Pero incluso con una mayoría en el senado -80 legisladores para cuando la votación del lunes noche- que aprobó la resolución de Landrieu, había una sensación de trabajo todavía no terminado en Estados Unidos cuando se trata de las relaciones raciales.
Que no todos los 100 senadores hayan firmado unánimemente las excusas pareció ilustrar la frase de William Faulkner de que "el pasado no muere nunca; ni siquiera es pasado".
Como condición para que la resolución de ofrecimiento de excusas fuera aprobada por el senado, sus partidarios tuvieron que contentarse con una votación a viva voz en lugar del más típico voto nominal en el que cada voto es inscrito individualmente. Sin embargo, no hubo oposición audible cuando se realizó la votación.
El senador John Kerry (demócrata de Massachusetts), el candidato presidencial demócrata de 2004, dijo: "Creo que es crítico que demos el paso que estamos tomando y hemos tomado, pero al mismo tiempo no habría sido mucho más extraordinario y significativo si tuviésemos una votación personalizada con todos los 100 senadores? Pero no lo hemos hecho".
Muchos de los senadores citaron el libro Without Sanctuary: Lynching Photography in America', como un espoloneo a la acción.
Landrieu y otros citaron el casual descaro de los espectadores y perpetradores como uno de los aspectos más inquietantes de las fotos porque sugiere que no tenían miedo de ser llevados a justicia. La exposición fotográfica itinerante en que se basa el libro, está siendo expuesta en la Sociedad Histórica de Chicago.
En una de las muchas ironías del día, fueron dos senadores sureños quienes encabezaron el ofrecimiento de excusas: Landrie y el senador George Allen (republicano de Virginia).
"Este solemne cuerpo tiene una mancha en su historia", dijo Allen sobre los intentos previos en el senado de tomar una posición contra los linchamientos. "Y esa mancha son los linchamientos".
Otra ironía fue es que las excusas fueron aprobadas el mismo día en que empezó en Mississippi el juicio de Edgar Ray Killen, un reputado cabecilla del Ku Klux Klan que está acusado de los asesinatos de tres voluntarios por los derechos civiles en 1964. Philip Dray, autor de otro libro sobre linchamientos, At the Hands of Persons Unknown', dijo que no se sabe qué hubiera pasado si el senado hubiese aprobado leyes contra los linchamientos, pero su fracaso tuvo el efecto de galvanizar la oposición a la práctica.Los linchamientos y la inacción legal condujo a la creación de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color. También dio un importante impulso al movimiento por los derechos civiles.
El senador Barack Obama (demócrata de Illinois), el único afro-americano, dijo: "Espero que mientras conmemoramos esta injusticia del pasado, que esta cámara también gaste algún tiempo haciendo algo concreto y tangible para curar la larga sombra de la esclavitud y el legado de la discriminación racial de modo que de aquí a 100 años podamos mirar retrospectivamente y enorgullecernos y no tener que ofrecer excusas nuevamente".
"Hay más modos de perpetrar violencia que el linchamiento", dijo. "Hay la violencia a la que sometemos a los niños cuando no tienen oportunidades, cuando no tienen esperanza... Sobre ese tipo de violencia esta cámara también debería hacer algo".
Los descendientes de las víctimas parecieron inclinados a aceptar la decisión del senado, como hizo James Cameron, 91, de Milwaukee, que fue linchado en Marion, Indiana, en 1930, cuando tenía 16, pero sobrevivió.
"Creemos que las excusas son el principio", dijo Dori Dee Johnson, 44, de Evanston, Illinois. Su tatarabuelo, Anthony Crawfor, era un granjero en Abbeville, Carolina del Sur, y un pilar de la comunidad negra, que fue linchado en 1916 después de una disputa con un granjero blanco.
"Se necesita un montón de gente para admitir que están equivocados", dijo. "Para que lo haga el senado como cuerpo se requiere mucho coraje. No estamos acostumbrados a este tipo de declaraciones".
fjames@tribune.com
16 de julio de 2005
14 de junio de 2005
©chicago tribune
©traducción mQh
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Jhon Jairo Grajales Gallego -