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chicas malas de bollywood


[Anupama Chopra] Actrices de Bollywood cada vez más malas: asaltantes de bancos, vampiresas y lascivas. En una de las últimas producciones, una mujer mala mantiene una cárcel privada de amantes.
Bombay, India. A mitad de camino de ‘Aitraaz' [Objeción], una versión bollywoodense de ‘Revelación', de Barry Levinson, Sonia se aferra a Raj. Habían sido amantes. Pero cuando Sonia, una ambiciosa modelo, optó por un aborto en lugar del matrimonio y los hijos, Raj la abandonó. Ahora ella es su patrona. Sonia empieza a desnudarlo, susurrando: "Muéstrame el animal que eres". Cuando él se niega y se aleja, ella grita: "No te estoy pidiendo que dejes a tu mujer. Sólo quiero una relación física. Si yo no tengo objeciones, ¿por qué las tienes tú?"
La actriz Priyanka Chopra la pasó difícil con esta escena. Una antigua Miss Mundo, Chopra era una elegante celebridad mundial y se había preparado para el papel estudiando la calculada seducción de Sharon Stone en ‘Bajos Instintos'. Pero el día que se rodó la escena, Chopra sufrió una crisis nerviosa y se echó a llorar. Los directores, unos hermanos conocidos como Abbas-Mustan, tuvieron que pasar un par de horas para convencerla de que sólo estaba representando a un personaje. El rodaje no se reinició sino tarde ese día.
Chopra no estaba solamente siendo melodramática. Es una actriz de Bollywood, y como tal, está preparada para hacer de encantadora y virginal muñeca, no una agresora sexual. Por tradición, una heroína de Bollywood es una creación unidimensional que puede llevar sugestivos sujetadores o retorcerse apasionadamente cuando canta debajo de la lluvia. Pero es infaliblemente virtuosa. Sea novia, esposa o madre, es la depositaria de los valores morales indios. En la antigua épica ‘Ramayana', el héroe Lakshman hizo un surco en la tierra, la Línea de Lakshman, que representa los límites de la conducta femenina adecuada, y pide que su cuñada Sita no los cruce. Como haciendo caso a su exhortación, las heroínas de Bollywood han rara vez cruzado esta línea, ni siquiera con un beso.
Pero una agitación cultural de una década ha volcado los estereotipos en India. En 1991, la amenaza de un colapso fiscal forzó al gobierno a introducir amplias reformas económicas y autorizó a empresas multinacionales a operar en India. Ese mismo año, llevó la televisión por satélite. Hoy, el consumismo, la globalización, la proliferación de cuerpos semi-desnudos en prensa y televisión, y la emergencia de una audiencia más cosmopolita, han redefinido los límites de lo que es permisible. El sexo ha sido sacado del clóset y los actores han estado dispuestos a experimentar con su imagen. Las últimas heroínas de Bollywood parecen estar aprendiendo del libro de Mae West: cuando son buenas, son muy buenas, pero cuando son malas, son mejores.
Mallika Sherawat, 24, una escultural actriz, no necesitó ser convencida para abandonar el estereotipo. Sherawat hizo su debut como actriz protagonista en 2003 con ‘Khwahish' [Deseo], que llegó a primera plana por sus 17 besos. La secuela fue todavía más apasionada. ‘Murder' [Asesinato], lanzada el año pasado, es una versión de ‘Unfaithful' [Infiel] de Adrian Lyne donde es una solitaria ama de casa en Bangkok que vive una apasionada aventura con un ex novio. Sherawat se acercó al borde del contenido sexual permitido por la Comisión de Censura India. Las escenas eróticas muestran espaldas desnudas, escote y fervorosos besos.
Todavía más osada era la idea de que una respetable mujer de clase media pudiera tener deseos sexuales y engañar a su marido -y no sufrir las consecuencias. ‘Murder' recuperó varias veces su inversión, aproximadamente 750.000 dólares. Ashish Rajadhyaksha, investigador del Centro de Estudios de la Sociedad y la Cultura, de Bangalore, dijo que la película había consagrado a Sherawat como un "icono post-feminista" india. La auto-ungida "reina de los besos de India" tiene ahora ambiciones más grandes. Hace de princesa india en una película de Hong Kong de próxima aparición, ‘El Mito', con Jackie Chan como protagonista. Después de causar sensación del brazo de Chan en el Festival de Cine de Cannes, está, dice, negociando con la Agencia de Artistas Creativos para que la represente.
El viaje de Sherawat desde un tradicional pequeño pueblo insignificante a símbolo sexual internacional es un cuento de hadas moderno que ha tenido su impacto. (Para Sherawat también tiene un lado negativo: Dice que su padre se niega a hablar con ella). Los estudios de cine aquí en Bombay han sido invadidos por aspirantes a estrellas negociando furiosamente sobre su sexualidad, e incluso actrices establecidas están ahora aprovechando la oportunidad. En ‘Fida' [Loca], lanzada el año pasado, Kareena Kapoor es una intrigante hedonista que convence a su enamorado amante de que asalte un banco por ella. Kapoor, una estrella de cuarta generación, es la aristocracia de Bollywood. Su bisabuelo, Prithviraj Kapoor, era un actor protagonista en los años cuarenta y su abuelo (Raj Kapoor), padres, tíos y hermana son actores famosos. En las audiencias hubo audibles gritos sofocados cuando en ‘Fida' se reveló su verdadera personalidad con una dramática escena: cuando sale de la ducha con un hombre que no es su marido.
Las heroínas no solamente están descubriendo el sexo: además están positivamente deleitándose con su mala conducta. En una película próxima, todavía sin título, Sushmita Sen, una antigua Miss Universo, es una protagonista que "goza siendo negativa", dijo. "Engaña, miente, duerme con hombres, incluso los mata y no le pasa nada. Quiero hacer creíble a esta mujer mala. Tienes que tenerle miedo".
Aishwarya Rai también espera causar miedo. Su etéreo aspecto puede haber sido inmortalizado en cera en el Madame Tussauds de Londres. En el número de julio de la revista inglesa Harpers & Queen aparece en el noveno lugar de las mujeres más bellas del mundo. Pero en ‘Dhoom 2' [Cacofonía 2], que será rodada más tarde este año, hará de vampiresa. Rai no quiso hacer comentarios sobre lo mal que se comportará su personaje. "En esta película no se pueden definir los héroes y los canallas, pero es un personaje que no he hecho nunca antes", dijo. "¿Por qué encasillarse?"
La heroína buena no es el único tipo corriente de Bollywood que ha sido transformado. La vampiresa, la obligada chica mala del cine indio, era tradicionalmente igual de importante como parte de la tipología. Hacía cosas que las niñas indias honestas no se supone que hacen -beber, fumar, tener sexo- y era usualmente vista colgando del brazo de bellacos en chillones antros o en bares llenos de humo, con boas de plumas y reveladores trajes. Pero en los años setenta, una gran cantidad de actrices occidentalizadas se apropiaron del glamour de las vampiresas para usarlo en otras heroínas, adoptando ropas más horteras y un lenguaje corporal más asertivo sexualmente. Hacia los años ochenta, la vampiresa había desaparecido.
Una década después la globalización perturbó aún más las divisiones morales nítidas. "La heroína", dice Gyan Prakash, director del Centro de Estudios Culturales Shelby Cullom Davis, de la Universidad de Princeton, "ahora vestida por un diseñador de moda y colocada en una consumista puesta en escena, ha sido liberada. Puede aparecerse por un club y llevar ropas reveladoras sin perder su reputación".
Pero aunque era sensual, no necesariamente hacía el amor. Sin embargo, en los últimos cinco años la heroína ha cerrado el círculo y superado a la vampiresa. Incluso las heroínas buenas se están poniendo más complejas. Una de las películas más taquilleras del año es ‘Bunty aur Bubli', una versión desinfectada de ‘Bonnie y Clyde', sobre dos maleantes de pueblo que se embarcan en una orgía de robo por toda India. La mujer, Bubli, usa descaradamente su sexualidad para engañar a la gente. Pero no es mala ni predatoria; simplemente está tratando de pasarlo bien. Su desprecio por el papel de ama de casa que se ve obligada a fingir, es cómico. "Morié si tengo que hacer un encurtido más de mango", le dice al agente de policía que detiene a la pareja.
Sin embargo, interpretar a la última avatar de las heroínas del cine indio como feminista puede ser estirar demasiado la verdad. Películas anteriores, como ‘Hunterwali' [La Mujer del Látigo], 1935, y ‘Amar Jyoti' [Llama Eterna], 1936, presentaban imágenes más poderosas de la mujer: una heroína de acción que lucha contra el crimen y blandiendo un látigo, y una pirata que mantiene hombres en cautividad.
El guionista Bhavani Iyer desdeña a las heroínas actuales como "ingenuos intentos de retratar la realidad", pero confiesa que son preferibles a las mujeres deificadas del cine anterior.
De cualquier modo, son sólo el principio. De momento, la línea de Lakshman puede haberse torcido, pero es todavía visible. La taquilla aplaude ocasionalmente los atrevimientos sexuales de Mallika Sherawat, pero como dice el director Karan Johar, que ha hecho varios éxitos de taquilla de familia: "En Bollywood, el primer lugar estará siempre reservado para una chica que puedes presentar a Mamá".
Es por eso que la mayoría de las actrices están afilando sus apuestas. Chopra recibió entusiastas críticas y premios por ‘Aitrazz', pero ha seguido haciendo de chica buena. "No estoy segura de que pueda hacer otra vez personajes tan agresivos sexualmente", dice. "Mi familia y amigos estaban realmente choqueados".

24 de julio de 2005
©new york times
©traducción mQh


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