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[Doug Struck] Grupos católicos rechazan autoridad del Papa.
Gananoque, Ontario, Canadá. Nueve mujeres en sotanas blancas se arrodillaron en la cubierta de un crucero el lunes en ceremonias religiosas que dicen que las convertirá en las primeras sacerdotisas y diáconos católicas ordenadas en América del Norte.
La Iglesia Católica rechazó de inmediato su pretensión. En 2002, el Vaticano excomulgó a un grupo de mujeres que participaron en una ceremonia de ordenación similar en Europa.
Las mujeres aquí dicen que esperan la misma del reacción del Vaticano, pero creen que están a la vanguardia de un cambio social que impondrá la igualdad de las mujeres en el clero católico.
"Tenemos más que suficiente del separatismo", dijo una de las mujeres, Michele Birch-Conery, 65, ex monja de Vancouver Island, British Columbia. "Es hora de que solucionemos los problemas de nuestra iglesia".
Las mujeres, ocho de las cuales son de Estados Unidos, alquilaron un crucero en la pintoresca región de las Mil Islas del río de San Lorenzo, a 160 kilómetros al sudoeste de Ottawa. Dijeron que querían celebrar las ceremonias en aguas internacionales para evitar un enfrentamiento con las autoridades eclesiásticas de alguna jurisdicción.
Pero el arzobispo Anthony Meagher, de Kingston, Ontario, dijo en una declaración el lunes que las mujeres "no tenían autoridad" para realizar lo que llamó "intentos de ordenación".
"Intentar crear una ambigüedad geográfica en un esfuerzo por legitimar el fracaso de la comunión con la iglesia local, es profundamente contrario tanto al espíritu como a la letra de las leyes de la iglesia", dijo Meagher.
El monseñor Frank Maniscalco, portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, dijo por teléfono desde Washington, que "las enseñanzas de la iglesia son claras" en cuanto a que las mujeres no pueden llegar a ser sacerdotes.
En las ceremonias del lunes, cuatro de las mujeres recibieron el cálice como parte del proceso de ordenación para el sacerdocio, y cinco pasaron el ritual para ser diáconos, para ser ordenadas sacerdotisas el próximo año. Oficiando el servicio había tres mujeres, las que dijeron que habían sido ordenadas obispos por clérigos católicos en ceremonias secretas.
De acuerdo a Birch-Conery, son unas de las 21 mujeres que desde 2002 han pasado por ceremonias para convertirse en diáconos, sacerdotes u obispos. Algunas de las ceremonias fueron "ordenaciones de catacumba", realizadas en secreto para evitar las represalias de la iglesia, dijo.
La mayoría de las mujeres aquí no están tratando de formar facciones separatistas de la iglesia, pero realizarán sus ministerios sacerdotales en sus casas y darán sacramentos a los que lo soliciten.
"Estamos haciendo desobediencia eclesiástica", dijo una de las nueve mujeres que participó el lunes, una profesora de biología de 61 años, de Alaska. Dijo que usa un seudónimo, Rebecca McGuyver, para sus actividades en la iglesia "porque dos de mis hijos participan activamente en la iglesia y no quiero fastidiarlos". Sin embargo, permitió salir en una fotografía.
"Yo he estado tratando de hacer esto desde que tenía ocho años", dijo otra mujer, Kathleen Strack, 60, antigua contable que está estudiando psicología y sigue una formación como seminarista. "Lo llevo en lo más profundo de mi alma".
Varias de las mujeres que participaron en las ceremonias del lunes son divorciadas y tienen hijos.
El primer grupo de siete mujeres que proclamaron que habían sido ordenadas, lo hicieron en el río Danubio, entre Austria y Alemania en 2002. Dagmar Celeste, 63, fue una de ellas.
Todas fueron excomulgadas por "herejes" por el Vaticano.
Celeste, divorciada del ex gobernador de Ohio, Richard Celeste, y madre de seis hijos restauró una vieja casa en Cleveland como un "retiro" para administrar a los necesitados, dijo, independientemente del decreto de la iglesia.
"La iglesia terminará cambiando. Es sólo una cuestión de tiempo", dijo. Más de 400 partidarios de ese cambio se reunieron el fin de semana pasada en Ottawa para apoyar la ordenación de las mujeres y el matrimonio de los sacerdotes.
La Iglesia Episcopal y otras ramas de la iglesia anglicana ordenan a mujeres. Pero el Vaticano ha endurecido su posición con una carta apostólica del Papa Juan Pablo II de 1994, en la que declara enfáticamente que "la Iglesia no tiene ninguna autoridad para ordenar como sacerdotes a mujeres".
Muchos en la iglesia han interpretado esta declaración como si prohibiera toda discusión del asunto. "Pero, por supuesto, eso es lo único de lo que habla la gente", dijo Evelyn Hunt, ex monja y presidente de la Conferencia para la Ordenación de las Mujeres, que organizó el encuentro del fin de semana.
Robert Royal, presidente del Instituto Fe y Razón en Washington, que estudia asuntos de la iglesia, dijo que creía que el activismo de las mujeres podría ser contraproducente.
"Como golpe publicitario, tiene su encanto", dijo en una entrevista. "Pero este es el tipo de evasión que convencerá a la gente en Roma que esta gente no quiere realmente adaptarse a la iglesia. Lo que quieren es imponer sus propias opiniones, y eso no resultará".

Alan Cooperman en Washington contribuyó a este reportaje.

26 de julio de 2005
©washington post
©traducción mQh


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