blancas como el marfil
[Jia-Rui Chong] Algunas mujeres asiático-americanas gastan miles de dólares en la búsqueda de la tradicionalmente ideal piel blanca. Otros advierten en ello el lado oscuro del prejuicio.
Para muchos habitantes de California del Sur, el verano es la temporada de las playas, de tumbonas y del bronceado perfecto.
No para Margaret Qiu. Ella, y miles de otras mujeres asiático-americanas, hacen cualquier cosa para evitar el sol -luchando por conservar o mejorar sus claras complexiones con caras cremas, máscaras, guantes, limpiezas de cara profesionales y tratamientos médicos.
Para estas mujeres, el ideal femenino es tener una cara blanca como la porcelana, y refleja una antigua creencia de que la piel clara representa una vida confortable. También creen que pueden ocultar las imperfecciones físicas.
"Se dice que con la piel blanca, puedes ocultar mil fealdades", dijo Qiu, 36, inmigrante china que vive en Alhambra.
Qiu se somete a un régimen de productos para blanquear la piel dos veces al día. Es una de las numerosas clientes que han convertido las cremas y lociones blanqueadoras asiáticas en una industria de varios millones de dólares en Estados Unidos.
Pero eso es sólo el principio.
Dad una vuelta en coche a través de los enclaves de inmigrantes asiáticos, como el Monterrey Park y veréis mujeres tratando de protegerse con paraguas -incluso para el corto trayecto que va del estacionamiento al supermercado. Mientras conducen, muchas llevan "guantes infrarrojos" especiales -que se parecen a los largos guantes de los trajes de gala- para proteger sus antebrazos, y llevan viseras envolventes que parecen máscaras de soldadores.
En los salones de belleza las mujeres se apiñan en torno a los mostradores de cosmética, preguntando sobre los últimos limpiadores y lociones que dicen que controlan la producción de melanina en las células de la piel, pagando a menudo más de 100 dólares por un paquete. Cosmetólogos hacen pingües negocios con terapias de blanqueamiento de 65 dólares. Las mujeres se retocan la cara con frutas ácidas, que se supone que destruyen las células viejas que envejecen la piel, y se colocan máscaras de polvo de perla u otros ingredientes que creen que blanquean la piel.
Hay doctores que, por unos mil dólares, usarán un campo eléctrico para aplicar vitaminas, cremas hidratantes y agentes blanqueadores a la cara de las mujeres como parte de un tratamiento conocido como "mesofacial".
Los productos blanqueadores han sido un pilar en Asia durante décadas, pero empleados de la industria cosmética dijeron que se han convertido en un negocio beneficioso en Estados Unidos solamente en los últimos cuatro años. Ahora los productos blanqueadores llegan a 10 millones de dólares en ventas, de acuerdo a la forma de investigación de mercado Euromonitor.
Pero su popularidad ha encendido un debate en la comunidad asiático-americana sobre la política del blanqueo. Qui y otras dicen que la búsqueda de la piel blanca es una tradición china. Pero otras -asiáticas más jóvenes, nacidas en Estados Unidos- se preguntan si la obsesión por la piel de marfil no tendrá más que ver con fundirse en la cultura americana blanca o incluso con un sutil prejuicio contra la gente de piel más oscura.
La firma de investigaciones de mercado dice que las compañías de cosmética han tomado nota de la sensibilidad, diciendo que sus productos asiáticos para la piel en Estados Unidos no la "blanquean" sino que la "iluminan".
"No es un término políticamente correcto porque parece implicar que tener aspecto caucasiano vía una complexión blanca es la meta de belleza deseada", dijo Virginia Lee, una analista de Euromonitor.
Qiu, 36, de Xi'an, China, piensa que no hay nada de políticamente incorrecto en el uso de productos que aclaran la piel, que son conocidos en mandarín como mei bai, o "belleza blanca".
Qiu, que vende suplementos herbales, ha usado cremas blanqueadoras durante cinco años y visitó la tienda de cosmética Vitativ, en Monterey Park, para re-abastecerse.
Cuando pagaba por un paquete de lociones UV Blancas' Shiseido, Qiu dijo que se había sorprendido cuando llegó la primera vez a Estados Unidos y vio a tantas jóvenes haciendo ostentación de sus bronceados.
Se dio cuenta de que las ideas orientales y occidentales de belleza eran diferentes. Aquí, dijo, "cuando te ves oscura, piensan que era muy rica. Que tienes un bote. Que tienes suficiente tiempo como para ir a la playa".
Está bien que las mujeres estadounidenses sean más morenas, dijo su marido Lei Sun, 36, chef de sushi. "Es parte del estilo deportivo".
Pero Lei Sun prefiere a las mujeres asiáticas de piel más clara, diciendo que personifican el ideal tradicional conocido como si si wen wen. Miró a su esposa para explicar el concepto.
"Eso significa que una mujer debe ser de piel blanca y muy educada, y no hacer demasiado ruido al reír", dijo Qiu.
Las mujeres con la piel clara son más delicadas, más femeninas y se ve que no tienen que trabajar, explicó Qiu.
"La piel más clara también significa una clase más alta", dijo.
Todos los días, mañana y noche, Qiu gasta unos minutos aplicándose lociones blanqueadoras.
"Nunca compro los más baratos", dijo una mañana mientras se retocaba la cara con una crema humectante blanqueadora en el blanco cuarto de servicios de su casa en Alhambra. "A veces, con esos productos baratos tu cuello y tu cara quedan de color diferente y la gente se da cuenta de que no es tu verdadera piel".
Algunos de los productos más baratos pueden ser peligrosos, dijo.
En 2002, los diarios informaron que en Hong Kong algunas mujeres fueron hospitalizadas por envenenamiento con mercurio causado por tres marcas de cremas blanqueadoras.
En California, funcionarios del ministerio de Servicios Sanitarios del estado y el ministerio de Asuntos del Consumidor dijeron que no han recibido quejas y no han emitido ninguna advertencia sobre los cosméticos o tratamientos blanqueadores.
Los productos vendidos en Estados Unidos y Asia incluyen ingredientes como extracto de regaliz y té verde, que supuestamente controlan la producción de melanina de la piel.
Para Qiu y otras, es importante encontrar la sombra correcta de blanco. La mayoría de los productos no prometen convertir el color de la piel de una mujer en blanca como papel, sino algo apenas una sombra más clara y más delicada -digamos, como la parte interior del brazo de una mujer.
Más blanco que eso, dijo Qiu, y te verías de aspecto enfermizo.
"Y mira cómo se ve Mickael Jackson", dijo. "Se ve terrible".
Sarah Mar, de Irvine, no usa cosméticos blanqueadores, pero ha ideado un puñado de otras estrategias para mantener clara su cara, tales como usar un enorme visor cuando conduce. En la última temporada navideña, pidió a su familia que olvidara las cicatrices y le hicieran un regalo que podría usar todos los días: un bronceador de prescripción.
"Los niños hacen eso -se queman a sí mismos- pero no yo", dijo Mar, agregando que su aversión a la luz del sol directa mantiene su piel clara y la protege del cáncer a la piel.
Mar, que creció en Taiwán y supervisó la Asociación Debutante China-Americana en Irvine durante unos años, dijo que hace lo que puede para mantenerse adentro entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde. Lo mismo hacen sus amigas, con las que sale a menudo a pasear en las mañanas.
En actividades al aire libre como el picnic, dijo Mar, nunca le cuesta demasiado ubicar a sus amigas: Están todas acurrucadas debajo de un árbol o debajo de una paraguas gigantesco.
Catherine, la hija de Mar, nunca compartió la búsqueda de una piel blanca de su madre y pasó la mayor parte de sus años adolescentes con un dorado bronceado. Pero provocó la risa de su madre y otros familiares hace unos años cuando volvió para Navidad desde la Universidad de Boston. Separada durante todo un semestre del sol de California del Sur, tenía una complexión perfectamente blanca.
"Su prima tenía que marcharse a Stanford y era muy morena", dijo Mar. "En Navidad, sus abuelos dijeron: ¡Mira, mira! La niña de Oriente se ve mejor porque su cara es más blanca".
Para Theresa Lin-Cheng, 50, evitar el sol y aplicarse cremas por la noche no era suficientes. Lin-Cheng, que es anfitriona de un programa de cocina en chino en televisión y radio por cable, se mudó a Chino Hills hace nueve años desde Taiwán y pronto se dio cuenta de que el sol de California del Sur le estaba poniendo la piel más oscura y más seca.
Sus amigas le hablaron del Dr. George Sun, de Arcadia, que ofrece un tratamiento llamado "RF fotofacial", que usa intensos pulsos de luz y frecuencias radiales para intervenir en la producción de melanina de la piel.
Cuando el doctor Sun -que se ríe entre dientes de la ironía de su apellido, pero dice que quiere decir "descendiente" en chino- introdujo el mesofacial hace unos ocho meses, ella también siguió ese tratamiento. Lin-Cheng dice que gasta varios cientos de dólares al mes en tratamientos de la piel en el consultorio de Sun.
Lin-Cheng, cuya piel se parece a una blanca peonía, dice que sus amigas la felicitan por su aspecto.
"Sé que nunca me pareceré a ella, pero Nicole Kidman es mi ídolo", dijo.
Lin-Cheng se aplica religiosamente filtro solar para bebés y utiliza su visor opaco, que llama su "casco de soldador", en todas partes. Compró el casco hace poco en un viaje a Taiwán, y trajo cascos adicionales para las "amigas que quieren verse guapas". Se veía mejor que su hija Jessica con uno de sus cascos, y la mujer de 22 años lo usaba diariamente para hacer el trayecto desde su apartamento en Westwood hacia la Universidad de California en Los Angeles.
Sun, cirujano plástico, empezó a tratar mujeres por "problemas de pigmentación" en 1996 después de que sus clientes le preguntaran cómo podían aclarar su piel y eliminar las manchas solares y las manchas oscuras. Sun dijo que ahora atiende a unas 30 mujeres a la semana.
"Es como un Botox", dijo. "¿Crees que en el pasado la gente tenía interés en sacarse las arrugas? Sí. ¿Pero podían hacer algo? Las preocupaciones de las mujeres y su deseo de verse mejor están finalmente en manos de especialistas".
Pero la idea de mujeres asiáticas obsesionadas con la piel blanca preocupa a Glen Mimura, 37, profesor de estudios asiático-americanos en la Universidad de California en Irvine.
"Parece estar vinculado fundamentalmente con la historia colonial, esa fascinación con la blancura", dijo. "La piel morena es asociada con el trabajo manual, las comunidades agrarias, con ser menos cosmopolita".
La búsqueda de la piel clara es todavía más inquietante porque parece reforzar antiguos prejuicios en Asia contra compatriotas de piel más morena, dijo Mimura. Dado el coste de los tratamientos de blanqueamiento, agregó, mantener ese perfecto destello lechoso parece estar reservado a las mujeres que pueden pagarlo.
"Creo que estas mujeres ven el blanqueamiento de la piel de la misma manera que uno compra un bolso Louis Vuitton", dijo.
Anna Park, editor de Audrey, una revista de estilo y belleza para las mujeres asiático-americanas, de Gardena, no está segura de que el auge del blanqueamiento tenga que ver con los ideales europeos de belleza.
"Si miras fotografías, antiguas, pinturas antiguas de lo que era considerado bello en Corea o Japón, todas sus caras eran realmente pálidas", dijo Park, 35.
Para entender en qué tipo de fenómeno se ha convertido el blanqueamiento en las comunidades asiático-americanas, entré al salón de bronceados de Rick Armstrong, Casal del Sol, en Irvine.
Armstrong ha instalado un elegante aparato con una máscara en forma de herraduras de caballo que cubre la cara de una persona. En lugar de usar luz para broncear la piel, como otras máquinas en su salón, utiliza la luz para estirar las arrugas e iluminar las manchas que salen con la edad.
"En Japón hay salones con unidades faciales y le colocan una gel blanqueadora", dice Armstrong. "Para la sesión no tienes más que sentarte".
Supone que el aparato se hará popular entre los asiáticos, así como entre otros clientes que quieren mantener lisas sus caras.
"Nadie tiene la cara perfecta".
26 de julio de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
No para Margaret Qiu. Ella, y miles de otras mujeres asiático-americanas, hacen cualquier cosa para evitar el sol -luchando por conservar o mejorar sus claras complexiones con caras cremas, máscaras, guantes, limpiezas de cara profesionales y tratamientos médicos.
Para estas mujeres, el ideal femenino es tener una cara blanca como la porcelana, y refleja una antigua creencia de que la piel clara representa una vida confortable. También creen que pueden ocultar las imperfecciones físicas.
"Se dice que con la piel blanca, puedes ocultar mil fealdades", dijo Qiu, 36, inmigrante china que vive en Alhambra.
Qiu se somete a un régimen de productos para blanquear la piel dos veces al día. Es una de las numerosas clientes que han convertido las cremas y lociones blanqueadoras asiáticas en una industria de varios millones de dólares en Estados Unidos.
Pero eso es sólo el principio.
Dad una vuelta en coche a través de los enclaves de inmigrantes asiáticos, como el Monterrey Park y veréis mujeres tratando de protegerse con paraguas -incluso para el corto trayecto que va del estacionamiento al supermercado. Mientras conducen, muchas llevan "guantes infrarrojos" especiales -que se parecen a los largos guantes de los trajes de gala- para proteger sus antebrazos, y llevan viseras envolventes que parecen máscaras de soldadores.
En los salones de belleza las mujeres se apiñan en torno a los mostradores de cosmética, preguntando sobre los últimos limpiadores y lociones que dicen que controlan la producción de melanina en las células de la piel, pagando a menudo más de 100 dólares por un paquete. Cosmetólogos hacen pingües negocios con terapias de blanqueamiento de 65 dólares. Las mujeres se retocan la cara con frutas ácidas, que se supone que destruyen las células viejas que envejecen la piel, y se colocan máscaras de polvo de perla u otros ingredientes que creen que blanquean la piel.
Hay doctores que, por unos mil dólares, usarán un campo eléctrico para aplicar vitaminas, cremas hidratantes y agentes blanqueadores a la cara de las mujeres como parte de un tratamiento conocido como "mesofacial".
Los productos blanqueadores han sido un pilar en Asia durante décadas, pero empleados de la industria cosmética dijeron que se han convertido en un negocio beneficioso en Estados Unidos solamente en los últimos cuatro años. Ahora los productos blanqueadores llegan a 10 millones de dólares en ventas, de acuerdo a la forma de investigación de mercado Euromonitor.
Pero su popularidad ha encendido un debate en la comunidad asiático-americana sobre la política del blanqueo. Qui y otras dicen que la búsqueda de la piel blanca es una tradición china. Pero otras -asiáticas más jóvenes, nacidas en Estados Unidos- se preguntan si la obsesión por la piel de marfil no tendrá más que ver con fundirse en la cultura americana blanca o incluso con un sutil prejuicio contra la gente de piel más oscura.
La firma de investigaciones de mercado dice que las compañías de cosmética han tomado nota de la sensibilidad, diciendo que sus productos asiáticos para la piel en Estados Unidos no la "blanquean" sino que la "iluminan".
"No es un término políticamente correcto porque parece implicar que tener aspecto caucasiano vía una complexión blanca es la meta de belleza deseada", dijo Virginia Lee, una analista de Euromonitor.
Qiu, 36, de Xi'an, China, piensa que no hay nada de políticamente incorrecto en el uso de productos que aclaran la piel, que son conocidos en mandarín como mei bai, o "belleza blanca".
Qiu, que vende suplementos herbales, ha usado cremas blanqueadoras durante cinco años y visitó la tienda de cosmética Vitativ, en Monterey Park, para re-abastecerse.
Cuando pagaba por un paquete de lociones UV Blancas' Shiseido, Qiu dijo que se había sorprendido cuando llegó la primera vez a Estados Unidos y vio a tantas jóvenes haciendo ostentación de sus bronceados.
Se dio cuenta de que las ideas orientales y occidentales de belleza eran diferentes. Aquí, dijo, "cuando te ves oscura, piensan que era muy rica. Que tienes un bote. Que tienes suficiente tiempo como para ir a la playa".
Está bien que las mujeres estadounidenses sean más morenas, dijo su marido Lei Sun, 36, chef de sushi. "Es parte del estilo deportivo".
Pero Lei Sun prefiere a las mujeres asiáticas de piel más clara, diciendo que personifican el ideal tradicional conocido como si si wen wen. Miró a su esposa para explicar el concepto.
"Eso significa que una mujer debe ser de piel blanca y muy educada, y no hacer demasiado ruido al reír", dijo Qiu.
Las mujeres con la piel clara son más delicadas, más femeninas y se ve que no tienen que trabajar, explicó Qiu.
"La piel más clara también significa una clase más alta", dijo.
Todos los días, mañana y noche, Qiu gasta unos minutos aplicándose lociones blanqueadoras.
"Nunca compro los más baratos", dijo una mañana mientras se retocaba la cara con una crema humectante blanqueadora en el blanco cuarto de servicios de su casa en Alhambra. "A veces, con esos productos baratos tu cuello y tu cara quedan de color diferente y la gente se da cuenta de que no es tu verdadera piel".
Algunos de los productos más baratos pueden ser peligrosos, dijo.
En 2002, los diarios informaron que en Hong Kong algunas mujeres fueron hospitalizadas por envenenamiento con mercurio causado por tres marcas de cremas blanqueadoras.
En California, funcionarios del ministerio de Servicios Sanitarios del estado y el ministerio de Asuntos del Consumidor dijeron que no han recibido quejas y no han emitido ninguna advertencia sobre los cosméticos o tratamientos blanqueadores.
Los productos vendidos en Estados Unidos y Asia incluyen ingredientes como extracto de regaliz y té verde, que supuestamente controlan la producción de melanina de la piel.
Para Qiu y otras, es importante encontrar la sombra correcta de blanco. La mayoría de los productos no prometen convertir el color de la piel de una mujer en blanca como papel, sino algo apenas una sombra más clara y más delicada -digamos, como la parte interior del brazo de una mujer.
Más blanco que eso, dijo Qiu, y te verías de aspecto enfermizo.
"Y mira cómo se ve Mickael Jackson", dijo. "Se ve terrible".
Sarah Mar, de Irvine, no usa cosméticos blanqueadores, pero ha ideado un puñado de otras estrategias para mantener clara su cara, tales como usar un enorme visor cuando conduce. En la última temporada navideña, pidió a su familia que olvidara las cicatrices y le hicieran un regalo que podría usar todos los días: un bronceador de prescripción.
"Los niños hacen eso -se queman a sí mismos- pero no yo", dijo Mar, agregando que su aversión a la luz del sol directa mantiene su piel clara y la protege del cáncer a la piel.
Mar, que creció en Taiwán y supervisó la Asociación Debutante China-Americana en Irvine durante unos años, dijo que hace lo que puede para mantenerse adentro entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde. Lo mismo hacen sus amigas, con las que sale a menudo a pasear en las mañanas.
En actividades al aire libre como el picnic, dijo Mar, nunca le cuesta demasiado ubicar a sus amigas: Están todas acurrucadas debajo de un árbol o debajo de una paraguas gigantesco.
Catherine, la hija de Mar, nunca compartió la búsqueda de una piel blanca de su madre y pasó la mayor parte de sus años adolescentes con un dorado bronceado. Pero provocó la risa de su madre y otros familiares hace unos años cuando volvió para Navidad desde la Universidad de Boston. Separada durante todo un semestre del sol de California del Sur, tenía una complexión perfectamente blanca.
"Su prima tenía que marcharse a Stanford y era muy morena", dijo Mar. "En Navidad, sus abuelos dijeron: ¡Mira, mira! La niña de Oriente se ve mejor porque su cara es más blanca".
Para Theresa Lin-Cheng, 50, evitar el sol y aplicarse cremas por la noche no era suficientes. Lin-Cheng, que es anfitriona de un programa de cocina en chino en televisión y radio por cable, se mudó a Chino Hills hace nueve años desde Taiwán y pronto se dio cuenta de que el sol de California del Sur le estaba poniendo la piel más oscura y más seca.
Sus amigas le hablaron del Dr. George Sun, de Arcadia, que ofrece un tratamiento llamado "RF fotofacial", que usa intensos pulsos de luz y frecuencias radiales para intervenir en la producción de melanina de la piel.
Cuando el doctor Sun -que se ríe entre dientes de la ironía de su apellido, pero dice que quiere decir "descendiente" en chino- introdujo el mesofacial hace unos ocho meses, ella también siguió ese tratamiento. Lin-Cheng dice que gasta varios cientos de dólares al mes en tratamientos de la piel en el consultorio de Sun.
Lin-Cheng, cuya piel se parece a una blanca peonía, dice que sus amigas la felicitan por su aspecto.
"Sé que nunca me pareceré a ella, pero Nicole Kidman es mi ídolo", dijo.
Lin-Cheng se aplica religiosamente filtro solar para bebés y utiliza su visor opaco, que llama su "casco de soldador", en todas partes. Compró el casco hace poco en un viaje a Taiwán, y trajo cascos adicionales para las "amigas que quieren verse guapas". Se veía mejor que su hija Jessica con uno de sus cascos, y la mujer de 22 años lo usaba diariamente para hacer el trayecto desde su apartamento en Westwood hacia la Universidad de California en Los Angeles.
Sun, cirujano plástico, empezó a tratar mujeres por "problemas de pigmentación" en 1996 después de que sus clientes le preguntaran cómo podían aclarar su piel y eliminar las manchas solares y las manchas oscuras. Sun dijo que ahora atiende a unas 30 mujeres a la semana.
"Es como un Botox", dijo. "¿Crees que en el pasado la gente tenía interés en sacarse las arrugas? Sí. ¿Pero podían hacer algo? Las preocupaciones de las mujeres y su deseo de verse mejor están finalmente en manos de especialistas".
Pero la idea de mujeres asiáticas obsesionadas con la piel blanca preocupa a Glen Mimura, 37, profesor de estudios asiático-americanos en la Universidad de California en Irvine.
"Parece estar vinculado fundamentalmente con la historia colonial, esa fascinación con la blancura", dijo. "La piel morena es asociada con el trabajo manual, las comunidades agrarias, con ser menos cosmopolita".
La búsqueda de la piel clara es todavía más inquietante porque parece reforzar antiguos prejuicios en Asia contra compatriotas de piel más morena, dijo Mimura. Dado el coste de los tratamientos de blanqueamiento, agregó, mantener ese perfecto destello lechoso parece estar reservado a las mujeres que pueden pagarlo.
"Creo que estas mujeres ven el blanqueamiento de la piel de la misma manera que uno compra un bolso Louis Vuitton", dijo.
Anna Park, editor de Audrey, una revista de estilo y belleza para las mujeres asiático-americanas, de Gardena, no está segura de que el auge del blanqueamiento tenga que ver con los ideales europeos de belleza.
"Si miras fotografías, antiguas, pinturas antiguas de lo que era considerado bello en Corea o Japón, todas sus caras eran realmente pálidas", dijo Park, 35.
Para entender en qué tipo de fenómeno se ha convertido el blanqueamiento en las comunidades asiático-americanas, entré al salón de bronceados de Rick Armstrong, Casal del Sol, en Irvine.
Armstrong ha instalado un elegante aparato con una máscara en forma de herraduras de caballo que cubre la cara de una persona. En lugar de usar luz para broncear la piel, como otras máquinas en su salón, utiliza la luz para estirar las arrugas e iluminar las manchas que salen con la edad.
"En Japón hay salones con unidades faciales y le colocan una gel blanqueadora", dice Armstrong. "Para la sesión no tienes más que sentarte".
Supone que el aparato se hará popular entre los asiáticos, así como entre otros clientes que quieren mantener lisas sus caras.
"Nadie tiene la cara perfecta".
26 de julio de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
5 comentarios
nike shox saya -
Anónimo -
para la negra -
alejandra gonzalez -
Anónimo -