tropas acosan a tenderos
[Scott Gold] Militares dicen que las tropas exigían alquiler' a vendedores iraquíes.
Tropas de la Guardia Nacional del Ejército en California cobraban un alquiler' no autorizado, ilegal, a negocios de iraquíes en la Zona Verde de Bagdad, en Iraq, para reunir dinero para un "fondo de soldados", dijeron el viernes oficiales militares y fuentes dentro del batallón de tropas.
La revelación es la última de una serie que han salido a superficie de una amplia investigación de la conducta del Primer Batallón del Regimiento 184 de Infantería de la Guardia, que tiene su cuartel general en Modesto, California.
Oficiales militares han confirmado anteriormente que el comandante del batallón, el teniente coronel Patrick Frey, ha sido suspendido y que una de las compañías del batallón, con sede en Fullerton, California, había sido removido de tareas de patrulla y restringido a una base del ejército al sur de Bagdad, la capital.
De acuerdo a oficiales militares y miembros del batallón, soldados de la Compañía Bravo del batallón, en Dublin, en el suburbio de Bahía Este en San Francisco, se acercaron a varios negocios antes este año que eran de propiedad y operados por nacionales iraquíes.
Los negocios -una tintorería, una tienda de abarrotes y locales similares- servían a soldados norteamericanos y estaban ubicados en el borde de la base militar estadounidense que opera dentro de la Zona Verde, el fortificado centro del gobierno iraquí, oficiales de la ocupación norteamericana, embajadas y sedes de contratistas. A los negocios se les pidió que pagaran a los soldados un alquiler'.
El teniente coronel Cliff Kent, portavoz de la Tercera División de Infantería en Iraq, confirmó el viernes que dos vendedores accedieron a pagar.
El dinero fue usado para crear un "fondo de soldados", dijo un miembro del batallón, que habló a condición de mantener el anonimato. Esos fondos son usados por las tropas para varios propósitos, como pequeños préstamos para pagar las cuentas en casa o comprar las llamas "medallas de reto" conmemorativas. Kent dijo que el fondo creado con el dinero de alquiler fue también usado para comprar camisetas, parches y una caja de caudales.
Kent se negó a comentar el incidente, diciendo en un e-mail desde Iraq: "Los detalles específicos son parte de la investigación formal que es administrativa por naturaleza y protegida por las leyes de privacidad".
Hay una considerable disputa sobre el acuerdo financiero -cuánto dinero se reunió, cuántos soldados están implicados y lo importante que son las acusaciones.
Oficiales del ejército dicen que la suma total fue de 4.000 dólares, pero tropas en el batallón han dicho que la trama reunió más de 30.000 dólares. La investigación se tradujo en medidas disciplinarias contra un oficial de la Compañía Bravo del batallón. Oficiales del ejército se negaron a revelar el nombre del oficial, y su identidad no pudo ser confirmada independientemente.
Oficiales del ejército dicen que no tienen evidencias de que haya alguien más involucrado apartes del oficial castigado. Pero miembros del batallón, incluyendo a uno que ha sido informado directamente sobre la investigación, dijeron que al menos seis soldados jugaban algún papel en el ardid.
Un miembro del batallón dijo que el consenso en las filas era: "Esto no es el tipo de cosas que haces solo". Los miembros del batallón comentaron el asunto a condición de que sus nombres no fueran mencionados debido a que sus superiores les han pedido no hablar del asunto con periodistas.
Varios soldados llamaron "extorsión" al arreglo, pero oficiales del ejército insisten en que la palabra no es una descripción precisa de la relación entre los soldados y los vendedores.
Investigadores militares recibieron inicialmente informes de que el ardid se había realizado en al menos otras dos bases norteamericanas en Iraq, pero oficiales dijeron el viernes que han concluido que los cobros en la base que opera en la Zona Verde eran un caso aislado.
Al menos tres compañías del batallón, compuesto por unos 680 soldados, han sido afectadas por la investigación sobre su conducta en Iraq.
La Compañía Alfa del batallón, una unidad de 130 soldados con cuartel en Fullerton, ha sido el tema de la parte más seria de la investigación: que los soldados supuestamente maltrataron o abusaron de detenidos iraquíes en marzo.
Fuentes militares dijeron que al menos en una parte de los malos tratos se usaron armas paralizadoras Taser y fueron captados en video. Once soldados han sido acusados en relación con los supuestos abusos; la División de Investigaciones Criminales del Ejército determinará si los soldados deben ser sometidos a una corte marcial.
Oficiales militares también confirmaron que un jefe de la Compañía Delta del batallón, el sargento primero Robert Jones, fueron retirados de sus funciones después de ser acusados de amenazar a un detenido iraquí, entre otros modos, disparando contra el calentador de agua durante un interrogatorio. La Compañía Delta está en Oakdale, al este de Modesto.
7 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
La revelación es la última de una serie que han salido a superficie de una amplia investigación de la conducta del Primer Batallón del Regimiento 184 de Infantería de la Guardia, que tiene su cuartel general en Modesto, California.
Oficiales militares han confirmado anteriormente que el comandante del batallón, el teniente coronel Patrick Frey, ha sido suspendido y que una de las compañías del batallón, con sede en Fullerton, California, había sido removido de tareas de patrulla y restringido a una base del ejército al sur de Bagdad, la capital.
De acuerdo a oficiales militares y miembros del batallón, soldados de la Compañía Bravo del batallón, en Dublin, en el suburbio de Bahía Este en San Francisco, se acercaron a varios negocios antes este año que eran de propiedad y operados por nacionales iraquíes.
Los negocios -una tintorería, una tienda de abarrotes y locales similares- servían a soldados norteamericanos y estaban ubicados en el borde de la base militar estadounidense que opera dentro de la Zona Verde, el fortificado centro del gobierno iraquí, oficiales de la ocupación norteamericana, embajadas y sedes de contratistas. A los negocios se les pidió que pagaran a los soldados un alquiler'.
El teniente coronel Cliff Kent, portavoz de la Tercera División de Infantería en Iraq, confirmó el viernes que dos vendedores accedieron a pagar.
El dinero fue usado para crear un "fondo de soldados", dijo un miembro del batallón, que habló a condición de mantener el anonimato. Esos fondos son usados por las tropas para varios propósitos, como pequeños préstamos para pagar las cuentas en casa o comprar las llamas "medallas de reto" conmemorativas. Kent dijo que el fondo creado con el dinero de alquiler fue también usado para comprar camisetas, parches y una caja de caudales.
Kent se negó a comentar el incidente, diciendo en un e-mail desde Iraq: "Los detalles específicos son parte de la investigación formal que es administrativa por naturaleza y protegida por las leyes de privacidad".
Hay una considerable disputa sobre el acuerdo financiero -cuánto dinero se reunió, cuántos soldados están implicados y lo importante que son las acusaciones.
Oficiales del ejército dicen que la suma total fue de 4.000 dólares, pero tropas en el batallón han dicho que la trama reunió más de 30.000 dólares. La investigación se tradujo en medidas disciplinarias contra un oficial de la Compañía Bravo del batallón. Oficiales del ejército se negaron a revelar el nombre del oficial, y su identidad no pudo ser confirmada independientemente.
Oficiales del ejército dicen que no tienen evidencias de que haya alguien más involucrado apartes del oficial castigado. Pero miembros del batallón, incluyendo a uno que ha sido informado directamente sobre la investigación, dijeron que al menos seis soldados jugaban algún papel en el ardid.
Un miembro del batallón dijo que el consenso en las filas era: "Esto no es el tipo de cosas que haces solo". Los miembros del batallón comentaron el asunto a condición de que sus nombres no fueran mencionados debido a que sus superiores les han pedido no hablar del asunto con periodistas.
Varios soldados llamaron "extorsión" al arreglo, pero oficiales del ejército insisten en que la palabra no es una descripción precisa de la relación entre los soldados y los vendedores.
Investigadores militares recibieron inicialmente informes de que el ardid se había realizado en al menos otras dos bases norteamericanas en Iraq, pero oficiales dijeron el viernes que han concluido que los cobros en la base que opera en la Zona Verde eran un caso aislado.
Al menos tres compañías del batallón, compuesto por unos 680 soldados, han sido afectadas por la investigación sobre su conducta en Iraq.
La Compañía Alfa del batallón, una unidad de 130 soldados con cuartel en Fullerton, ha sido el tema de la parte más seria de la investigación: que los soldados supuestamente maltrataron o abusaron de detenidos iraquíes en marzo.
Fuentes militares dijeron que al menos en una parte de los malos tratos se usaron armas paralizadoras Taser y fueron captados en video. Once soldados han sido acusados en relación con los supuestos abusos; la División de Investigaciones Criminales del Ejército determinará si los soldados deben ser sometidos a una corte marcial.
Oficiales militares también confirmaron que un jefe de la Compañía Delta del batallón, el sargento primero Robert Jones, fueron retirados de sus funciones después de ser acusados de amenazar a un detenido iraquí, entre otros modos, disparando contra el calentador de agua durante un interrogatorio. La Compañía Delta está en Oakdale, al este de Modesto.
7 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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