municipios contra verdonk
[Froukje Santing] La Asociación de Ayuntamientos Holandeses VNG [Vereniging van Nederlandse Gemeenten] rechaza política de asilo de gobierno y nombra comisión clandestina' para investigar casos.
La Haya, Holanda. La Asociación de Ayuntamientos Holandeses VNG choca con la ministro Verdonk (Extranjería e Integración, VVD, ultraderecha) sobre la política de asilo. Según la organización la ministro no respeta los acuerdos de que se implementaría el llamado "enfoque complementario" para la acogida de solicitantes de asilo.
Según el acuerdo, los refugiados, rechazados o todavía en trámite, no serían expulsados de los centros de acogida. Según los ayuntamientos muchos de ellos terminan en la calle. Por eso la VNG nombró una comisión de tres "sabios" para investigar y encontrar solución a la avalancha de quejas.
El presidente de la comisión es un ex alcalde. La VNG no quiere dar a conocer su nombre. La asociación consulta contra los otros dos miembros de la comisión.
Esta primavera, la VNG propuso a Verdonk nombrar una comisión de quejas conjunta, que evaluaría y cumpliría funciones de asesoría para mejorías en la política de deportación del grupo de refugiados que llegaran al país antes de abril de 2001 (y que caen bajo la anterior y más blanda ley de extranjería).
El ministro rechazó la propuesta y abrió en mayo un mostrador de ayuda para los ayuntamientos en el ministerio de Justicia. La VNG piensa que no es el ministerio mismo, sino una comisión independiente la que debe analizar la puesta en práctica de la política de asilo. En abril, la asociación pidió a la Cámara Baja apoyar su propuesta, pero la Cámara, según el director de la VNG, W. Kuiper, no reaccionó.
Muchos municipios se quejan ante la VNG de que se ven obligados a encargarse de la acogida de refugiados, ahora que cada vez más refugiados son puestos en la calle. Verdonk opina que los refugiados que no colaboran en su propia deportación, deben ser expulsados de los centros de acogida. La VNG dice que no todos los refugiados que no reciben un permiso de residencia pueden volver a sus países de origen. Además, no todos los que estar autorizados a esperar aquí la tramitación de su petición de asilo están en condiciones de ganar dinero y buscar vivienda.
Los ayuntamientos piensan que tienen la obligación de cuidar de los refugiados y han destinado fondos de emergencia propios. Verdonk rechaza esta política, porque daría falsas esperanzas a los refugiados. Los ayuntamientos también se quejan, según Kuiper, de la falta de claridad de los trámites de asilo y la deficiente comunicación entre el Servicio de Inmigración y Naturalización y las instituciones municipales.
16 de agosto de 2005
12 de agosto de 2005
©nrc-handelsblad
©traducción mQh
Según el acuerdo, los refugiados, rechazados o todavía en trámite, no serían expulsados de los centros de acogida. Según los ayuntamientos muchos de ellos terminan en la calle. Por eso la VNG nombró una comisión de tres "sabios" para investigar y encontrar solución a la avalancha de quejas.
El presidente de la comisión es un ex alcalde. La VNG no quiere dar a conocer su nombre. La asociación consulta contra los otros dos miembros de la comisión.
Esta primavera, la VNG propuso a Verdonk nombrar una comisión de quejas conjunta, que evaluaría y cumpliría funciones de asesoría para mejorías en la política de deportación del grupo de refugiados que llegaran al país antes de abril de 2001 (y que caen bajo la anterior y más blanda ley de extranjería).
El ministro rechazó la propuesta y abrió en mayo un mostrador de ayuda para los ayuntamientos en el ministerio de Justicia. La VNG piensa que no es el ministerio mismo, sino una comisión independiente la que debe analizar la puesta en práctica de la política de asilo. En abril, la asociación pidió a la Cámara Baja apoyar su propuesta, pero la Cámara, según el director de la VNG, W. Kuiper, no reaccionó.
Muchos municipios se quejan ante la VNG de que se ven obligados a encargarse de la acogida de refugiados, ahora que cada vez más refugiados son puestos en la calle. Verdonk opina que los refugiados que no colaboran en su propia deportación, deben ser expulsados de los centros de acogida. La VNG dice que no todos los refugiados que no reciben un permiso de residencia pueden volver a sus países de origen. Además, no todos los que estar autorizados a esperar aquí la tramitación de su petición de asilo están en condiciones de ganar dinero y buscar vivienda.
Los ayuntamientos piensan que tienen la obligación de cuidar de los refugiados y han destinado fondos de emergencia propios. Verdonk rechaza esta política, porque daría falsas esperanzas a los refugiados. Los ayuntamientos también se quejan, según Kuiper, de la falta de claridad de los trámites de asilo y la deficiente comunicación entre el Servicio de Inmigración y Naturalización y las instituciones municipales.
16 de agosto de 2005
12 de agosto de 2005
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