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contra las peleas de gallo


La Sociedad Protectora de Animales ha presentado un proyecto de ley para terminar en California con la tolerancia hacia las peleas de gallo. Editorial de Los Angeles Times.
Casi 1.500 gallos de pelea, junto con 109 cuchillas que debían usar amarradas a sus patas, fueron requisados en el allanamiento de una banda de peleas de gallo en Escondido esta primavera. En mayo, en Fiddletown, un espectador en otra pelea de gallos dejó caer 4.000 dólares en billetes cuando intentaba huir del lugar. Una lista de incidentes similares que fue proporcionada por la Sociedad Protectora de Animales ocupa cuatro páginas, y es simplemente una muestra.
Las peleas de gallo, y las apuestas en el "deporte", son ilegales en California. Pero los blandos castigos no disuaden a nadie. Hasta un cierto grado pueden ser corregidos por un proyecto de ley del senador Nell Soto (demócrata de Pomona).
La medida, ahora en el Comité de Asignaciones del congreso, convertiría la violación repetida de las leyes que prohíben las peleas de gallo en un delito punible como una falta menor o una falta grave, a discreción del juez. De momento, se lo trata como un delito menor. Una condena por delito grave implica una sentencia de hasta un año de cárcel y una multa de 25.000 dólares.
Sería incluso mejor convertir la primera falta en un delito grave, pero los Jueces por la Justicia Penal de California dijeron que eso acarrearía el peligro de que los empresarios de las peleas de gallo puedan ser condenados a cadena perpetua en virtud de la ley californiana sobre la tercera reincidencia. Un análisis del staff del senado sobre el proyecto de ley dice: "La oposición dice que las peleas de gallo están enraizadas culturalmente en muchas comunidades de inmigrantes y no se dan cuenta de que es un delito grave".
Los argumentos de los opositores son débiles. La Sociedad Protectora de Animales, que presenta el proyecto, tiene razón al argumentar que los organizadores de peleas de gallo están dispuestos a correr riesgos con las agencias policiales debido en gran parte a la liviandad de las penas. Ciertamente la voz se difundiría rápidamente si las sentencias fueran más severas.
A menudo se asocian las pelas de gallo con el tráfico de drogas, las armas ilegales e incuso homicidios, dice la Sociedad Protectora de Animales, demostrando "los innegables costes sociales de tolerar esta práctica en California". Para no mencionar el tratamiento inhumano de los gallos de pelea, que son colocados en un círculo con cuchillas en sus patas para pelear hasta que uno de ellos muere. Apostar por el resultado es difícilmente un deporte.

19 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh


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