púgil muere tras match
[Steve Springer] Leavander Johnson, 35, fue operado tras derrumbarse a la puerta de su camerino después de una pelea por el título de peso ligero el sábado en Las Vegas.
El boxeador Leavander Johnson murió el jueves en la tarde en el Centro Médico Universitario de Las Vegas, cinco días después de sufrir una lesión cerebral mientras defendía su título de peso ligero contra Jesús Chávez en la MGM Grand Garden Arena.
Johnson, 35, nativo de Atlantic City y padre de cuatro, había salido del ring por sus propios medios pero se derrumbó a la puerta de su camerino. Llevado a toda prisa al hospital, donde le diagnosticaron un hematoma subdural, Johnson fue intervenido inmediatamente durante 90 minutos para disolver un enorme coágulo que presionaba sobre su cerebro.
"Era un chico maravilloso", dijo el promotor de Johnson, Lou DiBella, llorando mientras hablaba. "Un púgil de toda la vida. Por horrible que sea, el chico murió haciendo lo que le gustaba, murió como campeón. Los niños pobres pelean para salir de la pobreza. Este es un chico que pudo haber vivido en la calle, pudo haber muerto en la calle. Pero en lugar de eso murió después de realizar su sueño".
Las prospectivas de recuperación de Johnson subieron y bajaron según su condición. William Smith, el cirujano que operó al púgil, dijo que, luego de ser admitido Johnson en el hospital, "no creía que fuera a sobrevivir... Era un enorme coágulo".
La fuerza de los golpes habían movido el cerebro de Johnson de un lado de su cráneo a otro, de acuerdo a Smith. El cirujano dijo que la tasa de supervivencia de casos de esa naturaleza era de 15 por ciento.
Sin embargo, el domingo se constató una notable mejoría, de acuerdo a Smith. La hinchazón del cerebro de Johnson se había reducido dramáticamente. El púgil fue colocado en un coma inducido médicamente para minimizar los movimientos y maximizar la reducción de la hinchazón.
Pero a medida que pasaba la semana, la presión sobre el cerebro de Johnson fue muy inestable. Desarrolló problemas de riñón.
El jueves temprano, la familia de Johnson fue informada que la muerte podría sobrevenir en una hora.
Los Johnson se reunieron una vez más, y su condición se estabilizó.
Finalmente, a las 4 de la tarde, fue declarado muerto.
Chávez había enganchado 409 golpes en la pelea, incluyendo 229 golpes potentes antes de que el referí Tony Weeks interviniera y parara el match a los 38 segundos del onceavo asalto.
La médico de turno junto al ring, Margaret Goodman, subió al ring al final del décimo asalto para controlar el estado físico de Johnson, pero dijo que vio constató signos de que no debería continuar. El padre de Johnson, Bill, estaba en su esquina como su preparador y su hermano Craig, que hacía de agente, estaba junto al ring. Ambos dijeron que se preocuparon al principio de la pelea pero tomaron en cuenta la historia de Johnson como un camorrero que estaba siempre dispuesto a darse de puñetazos con sus rivales.
Aunque no hizo comentarios después de su muerte, antes en la semana Bill Johnson contó sobre una conversación que tuvo con su hijo durante la pelea.
"Después del octavo round", recordó Bill, "le dije: Leavander, ¿qué está pasando? Te han dado unos golpes duros. ¿Quieres que pare la pelea?' Me dijo: No, no, lo voy a cansar, me voy a acercar'. Le dije: Bueno, tienes que mostrarme que puedes hacerlo, de otro modo voy a parar la pelea'".
Bill dijo que vio progresos. Fue sólo en el onceavo asalto, cuando vio a su hijo derrumbado contra las cuerdas y con las piernas doblándosele, que Bill se alarmó. Y para entonces, Weeks se acercaba a parar la pelea.
"Es una tragedia verse involucrado en algo como esto", dijo Richard Scheafer, que gestiona Golden Boy Promotions, que organizó el evento del sábado.
"Es muy triste. Esperábamos que ganara la pelea más importante, la pelea por su vida. Estaba en manos de Dios".
Cuando Schaefer recibió la llamada de DiBella informándole sobre la muerte de Johnson, DiBella tenía un mensaje para de Bill Johnson para Chávez, un púgil de Golden Boy.
"Quería que Jesús supiera", dijo Schaefer, "que no debería sentir que es culpa suya. Bill Johnson le dijo a Jesús que mantuviera la cabeza en alto, defendiera su título y fuera un buen y orgulloso campeón".Esas palabras no lograron consolar a Chávez, de acuerdo a Schaefer.
"Está destruido, devastado", dijo Schaefer. "Todos lo estamos. Es un sentimiento de increíble impotencia porque no hay nada que podamos hacer por Leavander".
Chávez no habló con la prensa el jueves. Óscar De La Hoya, presidente de Golden Boy, tenía gripe y no hizo comentarios.
Marc Ratner, presidente de la Comisión Atlética del Estado de Nevada, se enteró de la muerte del púgil cuando hacía una de sus visitas periódicas a Johnson, que había estado en cuidados intensivos desde su llegada al hospital.
"Mis condolencias para la familia", dijo Ratner. "Estamos todos devastados por su muerte. Yo estaba muy optimista con Leavander, pero con cautela. Esto rompe nuestros corazones. Es simplemente un shock. No debería estarlo, pero lo estoy".
Entonces Ratner intentó llamar a los cinco miembros de la comisión de Nevada para informarles de la muerte de Johnson.
Johnson, que subió al ring con un récord de 34-4-2 y 26 knockouts en una carrera que empezó en 1989, había peleado tres veces por un título importante y perdido las tres hasta que paró a Stefano Zoff en el séptimo asalto por knockout técnico en Milán, Italia, en junio, y ganó el campeonato vacante de peso ligero de la Federación Internacional de Boxeo.
El match contra Chávez era su primera defensa del título.
Johnson es la séptima víctima fatal en el boxeo en Nevada desde 1982, de acuerdo a Ratner. Dos de los casos más publicitados fueron las muertes de Duk-Koo Kim en un match en 1982 contra Ray Boom Boom' Mancini y la de Jimmy García en una pelea en 1995 contra Gabriel Ruelas.
Johnson es el cuarto púgil este año que sufre un hematoma en el ring en Nevada. Martín Sánchez murió después de una pelea en julio. Otros dos sobrevivieron.
En mayo un match entre Brian Viloria y Rubén Contreras en Staples Center terminó con una grave lesión cerebral de Contreras.
Después de la operación de urgencia, cinco semanas en un hospital y cinco más en un centro de rehabilitación, Contreras ha recuperado gran parte de su lucidez y control muscular.
"Tendremos que ver si podemos hacer algo", dijo Scheafer. "Todos los promotores nos reuniremos para ver si hay avances médicos que permitan minimizar estas tragedias".
En una declaración DiBella dijo que "deben instituirse e implementarse regulaciones de seguridad y sanitarias uniformes y nacionales" para el boxeo.
DiBella está creando un fondo para los cuatro hijos del boxeador.
24 de septiembre de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
Johnson, 35, nativo de Atlantic City y padre de cuatro, había salido del ring por sus propios medios pero se derrumbó a la puerta de su camerino. Llevado a toda prisa al hospital, donde le diagnosticaron un hematoma subdural, Johnson fue intervenido inmediatamente durante 90 minutos para disolver un enorme coágulo que presionaba sobre su cerebro.
"Era un chico maravilloso", dijo el promotor de Johnson, Lou DiBella, llorando mientras hablaba. "Un púgil de toda la vida. Por horrible que sea, el chico murió haciendo lo que le gustaba, murió como campeón. Los niños pobres pelean para salir de la pobreza. Este es un chico que pudo haber vivido en la calle, pudo haber muerto en la calle. Pero en lugar de eso murió después de realizar su sueño".
Las prospectivas de recuperación de Johnson subieron y bajaron según su condición. William Smith, el cirujano que operó al púgil, dijo que, luego de ser admitido Johnson en el hospital, "no creía que fuera a sobrevivir... Era un enorme coágulo".
La fuerza de los golpes habían movido el cerebro de Johnson de un lado de su cráneo a otro, de acuerdo a Smith. El cirujano dijo que la tasa de supervivencia de casos de esa naturaleza era de 15 por ciento.
Sin embargo, el domingo se constató una notable mejoría, de acuerdo a Smith. La hinchazón del cerebro de Johnson se había reducido dramáticamente. El púgil fue colocado en un coma inducido médicamente para minimizar los movimientos y maximizar la reducción de la hinchazón.
Pero a medida que pasaba la semana, la presión sobre el cerebro de Johnson fue muy inestable. Desarrolló problemas de riñón.
El jueves temprano, la familia de Johnson fue informada que la muerte podría sobrevenir en una hora.
Los Johnson se reunieron una vez más, y su condición se estabilizó.
Finalmente, a las 4 de la tarde, fue declarado muerto.
Chávez había enganchado 409 golpes en la pelea, incluyendo 229 golpes potentes antes de que el referí Tony Weeks interviniera y parara el match a los 38 segundos del onceavo asalto.
La médico de turno junto al ring, Margaret Goodman, subió al ring al final del décimo asalto para controlar el estado físico de Johnson, pero dijo que vio constató signos de que no debería continuar. El padre de Johnson, Bill, estaba en su esquina como su preparador y su hermano Craig, que hacía de agente, estaba junto al ring. Ambos dijeron que se preocuparon al principio de la pelea pero tomaron en cuenta la historia de Johnson como un camorrero que estaba siempre dispuesto a darse de puñetazos con sus rivales.
Aunque no hizo comentarios después de su muerte, antes en la semana Bill Johnson contó sobre una conversación que tuvo con su hijo durante la pelea.
"Después del octavo round", recordó Bill, "le dije: Leavander, ¿qué está pasando? Te han dado unos golpes duros. ¿Quieres que pare la pelea?' Me dijo: No, no, lo voy a cansar, me voy a acercar'. Le dije: Bueno, tienes que mostrarme que puedes hacerlo, de otro modo voy a parar la pelea'".
Bill dijo que vio progresos. Fue sólo en el onceavo asalto, cuando vio a su hijo derrumbado contra las cuerdas y con las piernas doblándosele, que Bill se alarmó. Y para entonces, Weeks se acercaba a parar la pelea.
"Es una tragedia verse involucrado en algo como esto", dijo Richard Scheafer, que gestiona Golden Boy Promotions, que organizó el evento del sábado.
"Es muy triste. Esperábamos que ganara la pelea más importante, la pelea por su vida. Estaba en manos de Dios".
Cuando Schaefer recibió la llamada de DiBella informándole sobre la muerte de Johnson, DiBella tenía un mensaje para de Bill Johnson para Chávez, un púgil de Golden Boy.
"Quería que Jesús supiera", dijo Schaefer, "que no debería sentir que es culpa suya. Bill Johnson le dijo a Jesús que mantuviera la cabeza en alto, defendiera su título y fuera un buen y orgulloso campeón".Esas palabras no lograron consolar a Chávez, de acuerdo a Schaefer.
"Está destruido, devastado", dijo Schaefer. "Todos lo estamos. Es un sentimiento de increíble impotencia porque no hay nada que podamos hacer por Leavander".
Chávez no habló con la prensa el jueves. Óscar De La Hoya, presidente de Golden Boy, tenía gripe y no hizo comentarios.
Marc Ratner, presidente de la Comisión Atlética del Estado de Nevada, se enteró de la muerte del púgil cuando hacía una de sus visitas periódicas a Johnson, que había estado en cuidados intensivos desde su llegada al hospital.
"Mis condolencias para la familia", dijo Ratner. "Estamos todos devastados por su muerte. Yo estaba muy optimista con Leavander, pero con cautela. Esto rompe nuestros corazones. Es simplemente un shock. No debería estarlo, pero lo estoy".
Entonces Ratner intentó llamar a los cinco miembros de la comisión de Nevada para informarles de la muerte de Johnson.
Johnson, que subió al ring con un récord de 34-4-2 y 26 knockouts en una carrera que empezó en 1989, había peleado tres veces por un título importante y perdido las tres hasta que paró a Stefano Zoff en el séptimo asalto por knockout técnico en Milán, Italia, en junio, y ganó el campeonato vacante de peso ligero de la Federación Internacional de Boxeo.
El match contra Chávez era su primera defensa del título.
Johnson es la séptima víctima fatal en el boxeo en Nevada desde 1982, de acuerdo a Ratner. Dos de los casos más publicitados fueron las muertes de Duk-Koo Kim en un match en 1982 contra Ray Boom Boom' Mancini y la de Jimmy García en una pelea en 1995 contra Gabriel Ruelas.
Johnson es el cuarto púgil este año que sufre un hematoma en el ring en Nevada. Martín Sánchez murió después de una pelea en julio. Otros dos sobrevivieron.
En mayo un match entre Brian Viloria y Rubén Contreras en Staples Center terminó con una grave lesión cerebral de Contreras.
Después de la operación de urgencia, cinco semanas en un hospital y cinco más en un centro de rehabilitación, Contreras ha recuperado gran parte de su lucidez y control muscular.
"Tendremos que ver si podemos hacer algo", dijo Scheafer. "Todos los promotores nos reuniremos para ver si hay avances médicos que permitan minimizar estas tragedias".
En una declaración DiBella dijo que "deben instituirse e implementarse regulaciones de seguridad y sanitarias uniformes y nacionales" para el boxeo.
DiBella está creando un fondo para los cuatro hijos del boxeador.
24 de septiembre de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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