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dónde nació equiano


[Teresa Wiltz] En la biografía de un esclavo, la verdad contiene fragmentos de ficción.
Es un misterio literario. Es decir, un misterio que involucra a un hombre de letras que causó sensación en el año 89 -el año 89 del siglo 18. Los lectores británicos quedaron cautivados con su relato en primera persona sobre su secuestro y esclavitud a los 11 y su traslado forzoso desde Nigeria al Nuevo Mundo en un espantoso barco de esclavos.
La historia de Olaudah Equiano ha sido vista durante largo tiempo como el infame Middle Passage [el cruce de esclavos de África a las Américas], una de las primeras narrativas de esclavos, una versión que dio al naciente movimiento abolicionista una resonante autoridad moral.
Excepto que puede ser mentira.
Ahí yace el misterio: Debido si el hombre que escribió ‘The Interesting Narrative of the Life of Olaudah Equiano, or Gustavus Vassa, the African, Written by Himself'‘ [Narración de la vida de Olaudah Equiano, El Africano. Escrita por él mismo] no era africano, sino más bien un africano-americano nacido en Carolina del Sur -como sugiere Vincent Carretta, un investigador de la Universidad de Maryland-, entonces ¿quién era? ¿Dónde aprendió a hablar igbo con tanta fluidez? ¿Y cómo obtuvo esos dolorosos detalles sobre la vida a bordo de un barco de esclavos del siglo 18?
"Pronto el aire se hizo irrespirable, por una variedad de repugnantes olores, y causó una enfermedad entre los esclavos, de la que muchos murieron, cayendo así víctimas de la imprevisora avaricia, como se puede llamar, de sus compradores. Esta desgraciada situación se agravó pronto por el roce de las cadenas... Los chillidos de las mujeres, y los gemidos de los agonizantes, hacían del todo una escena de horror casi inconcebible".
También sobre esto hay controversias: Los hallazgos de Carretta, detallados en su biografía de Equiano, que llegará a librerías este próximo mes, ha provocado una tormenta de fuego en círculos académicos, especialmente entre los que han considerado a Equiano durante largo tiempo, sobre la autoridad de su autobiografía, el "Benjamín Franklin negro". (En realidad, desde que se publicara a Equiano por primera vez, Carretta alega que Franklin debería ser llamado el "Equiano blanco").
Nadie pone en discusión que Equiano fue un hombre hecho a sí mismo, erudita, intelectual, un esclavo que compró su libertad, se convirtió en marino, administró una plantación en América Central donde compró y vendió esclavos, cambió de opinión y se transformó en un abolicionista y, más tarde, cuando vivía en Inglaterra, hizo una casa de moneda con sus memorias, publicadas privadamente, dejando una fortuna a su hija británica mestiza.
Sin embargo, existe una importante disputa sobre el significado de dos documentos británicos descubiertos por Carretta: un acta bautismal de 1759 y una bitácora de un barco negrero en 1773, que mencionan ambos que el lugar de nacimiento de Equiano era Carolina del Sur.
"No pongo en duda la investigación de Carreta", dice Paul E. Lovejoy, catedrático de la historia de la diáspora africana en la Universidad de York, en Toronto, que está escribiendo un artículo sobre Equiano.
"Lo que discuto es la conclusión a la que llegó. Creo que hay una interpretación alternativa", una que no descarta un nacimiento africano, dice Lovejoy. El profesor observa que en los archivos a menudo se comenten errores: Durante la vida de Equiano, después de que sus enemigos pusieran en duda su autenticidad, uno de los testigos que respondió por su nacimiento en África fue su madrina -la misma persona que aparece en su acta bautismal afirmando sus orígenes en Carolina del Sur.
Dice Carretta: "Estos no son más que hechos".
Todo empezó hace unos 15 años, cuando Carretta, profesor de inglés en Maryland que había estado enamorado de Equiano durante largos años, desde que comenzara a enseñar su autobiografía a estudiantes universitarios, se subió a un avión con destino a Inglaterra y empezó la cacería. En la Abadía de Westminster, dio con documentos que arrojan sobre los inicios de Equiano una luz completamente inesperada.
"Nadie miró nunca los archivos navales", dice Carretta, sonando todavía algo sorprendido. "Nos dice el mes y año y lugar de su bautizo.
"Yo estaba en realidad conmocionado. Me dije: ‘No tiene sentido, no puede ser. ¿Qué voy a hacer con esto?"
Carretta decidió hacerse al agua. Editó una nueva versión de ‘The Interesting Narrative...' para Penguin en 1995 -y apuntó su hallazgo en una nota al pie de página. Nadie se dio cuenta.
Así que en 1999, sintiéndose algo más osado, publicó sus hallazgos en una revista de historia, Slavery and Abolition. Los lectores sí se dieron cuenta.
Algunos académicos de estudios afro-americanos vieron en los hallazgos de Carretta un intento de desacreditar a Equiano, de describirlo como un peón de los abolicionistas blancos.
En un congreso académico de 2003, los estudiosos debatieron sobre si las alegatos de Equiano sobre sus orígenes fueron "muy probablemente ejercicios retóricos", de acuerdo a la Chronicle of Higher Education, que fue la primera en reportar sobre la biografía de Carretta.
Carretta ve sus hallazgos como un desvío de su narrativa, un desvío intrigante, dice, pero no disminuye de ninguna manera la autoridad de Equiano.
"Nadie plantea dudas sobre Ben Franklin", dice Carretta, cuyo libro se titula ‘Equiano, the African: Biography of a Self-Made Man'.
"Nadie cree que la biografía de Franklin sea absolutamente la pura verdad. Todo el mundo selecciona, elabora, realza, borda. Esperamos que lo hagan. No hacerlo es asumir que una persona es un auto-dictáfono transparente, y que no puede moldear nada, que es todavía más humillante.
"Mi Equiano es un genio literario. El Equiano de otros es mucho más como un tipo de grabadora: Dice lo que dice".

11 de septiembre de 2005
©washington post
©traducción mQh

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