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cinco familias mafiosas


[Bryan Burrough] Cinco familias mafiosas.
A principios de año el Times publicó un artículo de primera plana describiendo una campaña del FBI para terminar con la influencia de la mafia en los muelles de Nueva York. A primera vista, la historia parecía tan anacrónica como desafinada. ¿La mafia? ¿Quieres decir que estos tipos todavía existen? Dado el hecho de que Nueva York no ha tenido un padrino decente desde que Sammy el Toro [Bull] delatara a John Gotti hace 14 años, ¿cómo podríamos perdonar a alguien por creer que el mundo del crimen organizado ítalo-americano había seguido el mismo camino que otros pilares desmoronados de la cultura americana de mediados de siglo, como el boxeo de peso pesado, las carreras de caballos de pura sangre y el Partido Demócrata?
Pero no. A pesar del asalto que dura ya 25 años, de fiscales armados con aparatos de interceptación de primera tecnología y leyes contra el chantaje, a pesar del hecho de que se ha sacado tantos mafiosos de circulación que ninguna de las infames ‘cinco familias' de Nueva York tiene un padrino identificable en estos momentos, los rumores sobre la muerte de la mafia resultan prematuros. Sin embargo, la influencia de la mafia en los primeros años del siglo 21 sigue siendo un pálido reflejo de sus días de gloria, como nos recuerda Selwyn Raab en su excelente historia de la mafia de Nueva York, ‘Five Families: The Rise, Decline, and Resurgence of America's Most Powerful Mafia Empires'.
Para Raab, un veterano periodista que ha pasado décadas escribiendo sobre los mafiosos de la ciudad, este libro es una especie de recompensa de toda una vida, otorgado por largos años de preguntar a gritos a hombres esposados llamados Momo y Quack-Quack, de estudiar chácharas interceptadas en ‘clubes sociales' como el Ravenite en la Pequeña Italia y de espiar al baboso y albornozado Vincent ‘Chin' Gigante mientras este iniciaba su larga charada de incapacidad mental en los callejones del SoHo.
La literatura documental sobre la mafia no es un género dado a la documentación rigurosa ni a las fuentes demasiado sólidas. Lo que convierte a Raab en maravilloso es que él tuerce la leyenda y sospechosos anecdotarios a favor de un estilo directo -solamente los hechos, ma'am. En un libro de 765 páginas, ningún gángster tiene más enlaces que las cadenas. Los lectores criados con historias de la mafia con lazos con un presidente o un feudo de Hollywood se decepcionarán. Frank Finatra aparece en dos párrafos, las conexiones de Jack Kennedy con la mafia son confinadas a una nota. Pero todos los demás cuentan reciben suficiente atención, desde Meyer Lansky y Joe Valachi, a ‘Donnie Brasco' y John Gutti.
En esto consiste el reto de Raab: organizar las montañas de materiales que ha reunido en el curso de los años. Este es un libro que cuenta la historia de 200 hombres llamados Vincent. Casi todos los demás se llaman Tony. Por lo general, Raab hace que las cosas sean fáciles de entender con la ayuda de una valiosa estrategia de referencias. Antes que referirse repetidas veces a mafiosos como Anthony ‘Fat Tony' Salerno o simplemente Salerno -debe haber unos 15 Salernos en el libro-, Raab retira las comillas de las referencias secundarias. George Walker [el Andariego] Bush, se encuentra con Philip Squint [el Bizco] Lombardo.
Raad divide la masa de materiales de su reportaje en tres secciones: uno sobre la historia de la mafia hasta 1970; otro sobre la fundación del FBI y el uso de las nuevas leyes RICO que culminaron en el juicio de la llamada Comisión, de 1985; y un capítulo final que traza los destinos subsecuentes de las cinco familias, o borgatas, como las llama Raab apropiadamente. Su fresca historia nos recuerda que la mafia ítalo-americana fue obra de Benito Mussolini; fue la represión de Il Duce de los mafiosos sicilianos la que envió a muchos de ellos nadando hasta las playas americanas. Con rápidos y diestros trazos, Raab cuenta cómo se creó la mafia en 1931 -la creó Charles Lucky Luciano- como un tratado que ponía orden en una riña entre dos bandas italianas.
Desde ahí, los nombres de titulares en negrillas hacen nata. Tom Dewey, Frank Costello, Albert Anastasia, Dutch Schultz, Abe Reles -están todas las pandillas. ‘Five Families' flaquea un poco cuando Raab introduce a la generación de jóvenes fiscales y agentes del FBI que finalmente despertó de un letargo de décadas a las fuerzas policiales para hacer frente a la mafia a fines de los años setenta. Pero muestra lo mejor cuando llega a los gángsteres que mejor conoce, los que presidieron el decline de la mafia en los años ochenta y noventa. Paul Castellano, John Gotti y Sammy Gravano salta a la vida por primera vez en años, y Raab cuenta sus historias con pasión y entusiasmo.
Los mejores momentos del libro son reservados para compinches menos conocidos de Gotti, tenebrosos matones de tercera clase como Anthony Conducto-de-Gas [Gaspipe] Casso, de los Lucchese, Carmine the Snake [la Serpiente] Persico, de los Colombo, y Joe the Ear [la Oreja] Massino, de los resollantes Bonanno. Sus shakesperianos ocasos de suburbios exteriores, hasta ahora desterrados a las páginas interiores del New York Post, trae a Macbeth a Maspeth. Las familias mafiosas de Nueva York, parece, pudieron capear a Rudy Guiliano y Donnie Brasco, pero no se podían proteger de sí mismas. Cuando Sammy el Toro pisoteó la omerta al llegar a un acuerdo con los fiscales, se abrieron de par en par las compuertas de la traición, que nunca volverían a cerrarse. Docenas de mafiosos se chivaron antes de ser enviados a ranchos de retiro en el Programa de Protección de Testigos. Cuando un padrino, Conducto-de-Gas Casso, se unió al desfile de ratas, el destino de la mafia quedó sellado.
Las objeciones con ‘Five Families' residen principalmente en el estilo poco elegante; Raab puede reunir hechos como Joe Friday, pero no es una amenaza para Proust. Lo único que le gusta más que la puñetera mafia es la voz pasiva. Y sufre de un irritante acceso de explicaciones, una enfermedad en la que se define toda referencia concebible, desde Little Lord Fauntleroy a Crazy Horse. (Hasta mi hijo de 9 sabe lo que es "llevar un micrófono escondido").
En un aparente intento de mantener a flote su relevancia, el subtítulo del libro se refiere al "resurgimiento" de la mafia. Eso es una exageración. Raab ocupa 688 páginas para contar en detalle el operético auge y ocaso de la mafia de Nueva York; se supone que el renacimiento ocurrió en los últimos 20 años. Sin embargo, se puede perdonar esta aria final desafinada. ‘Five Families' es una refinada historia de la mafia, del tipo de las que no se ven a menudo.

Bryan Burrough es autor de ‘'Public Enemies: America's Greatest Crime Wave and the Birth of the FBI, 1933-34'.

13 de septiembre de 2005
©new york times
©traducción mQh


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