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la baronesa budberg


[Merle Rubin] Misteriosa, amante, agente provocador.
"Indudablemente, fue una de las mujeres excepcionales de su época -una época que no mostró piedad ni compasión hacia su generación. Esa generación, nacida entre 1890 y 1900, fue casi completamente destruida por la guerra, la revolución, la emigración, los campos, y el terror de los años treinta... Pero ella no se aferró a su dulce y falso pasado, no representó el papel de impotente parásito, no rechazó los retos que le puso el destino en su camino, y no reclamó la ‘fragilidad femenina' para tratar de justificar los errores que cometió".
Así caracteriza Nina Berberova a Moura Budberg, una "mujer misteriosa" como ninguna. Sospechada varias veces de espiar para los alemanes durante la Primera Guerra Mundial, para los británicos en el malaventurado caso de Lockhart en 1918-1919 (una conspiración que casi derrumbó a la naciente Unión Soviética) y para los soviéticos durante gran parte del resto de su vida, Moura ejercía una poderosa atracción sobre los hombres. Su aventura con el agente británico Robert Bruce Lockhart fue recontado por él en su inmensamente exitosa memoria ‘British Agent', la base de la pintoresca película de 1934 con el mismo título.
La vitalidad, inteligencia y encantos de Moura la hicieron indispensable para Máximo Gorky, que declaró: "Ella sabe todo y se interesa en todo". Su larga relación con H.G. Wells parece haber proporcionado al viejo y cada vez más quejumbroso autor, una sensación de simpatía y bienestar.
Nacida en 1892 en una familia rusa de clase alta, Moura pasó un tiempo en Inglaterra antes de la guerra, codeándose con diplomáticos, aristócratas, escritores y celebridades, incluyendo a dos que más tarde jugarían un papel más importante en su vida: Wells y Lockhart. Allá también conoció a Iván Benckendorff, un diplomático con el que se casó en 1911.
En la secuela de la Revolución Bolchevique, Benckendorff fue golpeado hasta la muerte por campesinos de una aldea cercana a la hacienda de su familia en Estonia. Los dos niños de la pareja lograron escapar con su institutriz inglesa, mientras Moura tuvo la fortuna de encontrarse en Petrogrado -como se conocía entonces a San Petersburgo.
Moura adoptó el nombre de Budberg, y el título de baronesa en 1922, cuando se casó con el barón Nikolai Budberg, un aristócrata terriblemente pobre, en lo que Berberova describe como un matrimonio de mutua conveniencia. Moura, que había recién escapado de Rusia, se hizo con un título y la ciudadanía de Estonia; no está claro, en esta versión, qué obtuvo él. Durante todo este tiempo, Moura era la amante de Gorky y un miembro crucial de su casa, trabajando como secretaria, traductora y agente literario. Fue a Moura a quién él confió sus papeles cuando volvió de Europa a Rusia y temía que pudieran caer en manos de Stalin, que, desafortunadamente, fue lo que ocurrió.
Aunque Berberoa no afirma inequívocamente que Moura fuera una agente soviética, la inferencia parece clara.
Berberova, que huyó de Rusia en 1922, vivió durante tres años bajo el mismo techo que Moura en la casa de Gorky. Aunque nunca fue una íntima de la astuta seductora, estaba en una buena posición para observarla: "Su energía, su vitalidad, su desesperado instinto de supervivencia, eran todas cosas que yo podía ver y entender..." Pero Berberova tenía problemas con su carácter cauteloso: "Era un aguilucho. Un leopardo. Y la conocí no para imitarla, sino porque observándola yo podía sobrevivir a mi modo, de otra manera, sin ser ni aguilucho ni leopardo".
Berberova, que murió en 1993 a los 92, recontó la historia de su vida en un extraordinario libro publicado en 1992: ‘The Italics Are Mine' [Las Cursivas Son Mías]. Comenzó a trabajar en la biografía de Moura a fines de los años setenta y fue publicada por primera vez en Rusia en 1981. El libro no ha encontrado hasta el momento un editor británico o estadounidense, aunque Marian Schwartz y Richard D. Sylvester se embarcaron en su traducción al inglés en 1980. La versión rusa, nos informan, es más larga, contiene más notas históricas previamente desconocidas para los lectores rusos, pero familiares entre occidentales.
Como su tema, ‘Moura' es difícil de catalogar: Es menos un primer plano de la sigilosa Budberg que un caleidoscopio del mundo en que vivió. Berberova revive no sólo a los amantes de Moura, sino también a un puñado de otra gente, a muchos de los cuales conoció personalmente, que fueron atrapados en el torbellino y traiciones de esos años. De cierto modo, la desconocida heroína de ‘Moura' es Berberova misma, haciéndose camino a través de archivos y memorias y sirviendo como el prisma a través del cual se refracta la historia.

Libro reseñado:
Moura The Dangerous Life of the Baroness Budberg
Nina Berberova
Traducida del ruso por Marian Schwartz y Richard D. Sylvester
New York Review Books
360 pp.
$24.95

12 de julio de 2005
©los angeles times
©traducción mQh


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