escritora que no calla
[Alan Riding] Escritora vietnamita acosada por su gobierno.
París, Francia. Con una elegante chaqueta de tweed y sorbiendo un jugo de frutas en un café aquí de la Orilla Izquierda, la escritora Duong Thu Huong difícilmente parece una persona peligrosa. Pero Huong, 58, evidentemente lo es en su Vietnam nativo, donde ha pasado tiempo en la cárcel, sus libros han sido prohibidos y durante 11 años las autoridades le han negado un pasaporte para viajar al exterior.
Aparentemente tiene muchos pecados. Sus novelas, donde diseca la vida en uno de los últimos regímenes comunistas, se publican y son bien recibidas en Occidente. Es una antigua miembro del Partido Comunista, expulsada por traición. Y, sobre todo, es una disidente -una "puta disidente", dijo un dirigente del partido- que se negó a callar, incluso después de pasar ocho meses en prisión en 1991.
Ahora, por segunda vez, se le ha permitido viajar a Europa. Pero en cierto sentido Vietnam ha viajado con ella. Está dispuesta a hablar sobre su vida y a discutir sus cinco novelas, incluyendo la última, No Man's Land' [Tierra de Nadie], publicada en abril en Estados Unidos. Pero su prioridad es denunciar al gobierno de Hanoi como irremediablemente corrupto y prepotente.
""Es mi misión en nombre de todos de todos los que han muerto en este vergonzoso régimen", dijo, hablando fluidamente, pero con un fuerte acento francés. "Debido a que me conocen algo en el extranjero, tengo que decir estas cosas. Tengo que sacar lo que llevo dentro para que tener mi conciencia tranquila. La gente ha perdido la capacidad de reaccionar, de reflexionar, de pensar. Quizás les de yo coraje".
Cree que su mensaje es más urgente que nunca. Treinta años después de la Guerra de Vietnam, el régimen está ganando aceptación en el extranjero abriendo su economía a extranjeros bajo una estrategia de comunismo-con-capitalismo. También observó alarmada que el primer ministro de Vietnam, Phan Van Khai, fue recibido por el presidente Bush en la Casa Blanca el mes pasado.
"Es un régimen brutal e ignoble que hace un montón de cosas para engañar a los extranjeros", dijo durante una larga conversación. "Si Bush apoya a este régimen, lo empujará a otra guerra que volverá a hundir a la gente. Esta vez en lugar de usar bombarderos B-52, usará las manos de tránsfugas nativos'.
Hasta ahora, dijo, la Guerra de Vietnam ha servido para justificar el control del gobierno.
"Toda su propaganda tiene como fin nutrir el mito de la guerra, adular y amenazar a la gente", dijo. "Les dice: Sois un pueblo heroico. Deberíais estar orgullosos de vuestra historia. Pero no olvidéis nunca que fue el partido el que condujo al pueblo a la victoria'. Engaña a la gente recurriendo a un ciego orgullo".
También la vida de Huong ha sido inevitablemente moldeada por la guerra.
De niña, dijo, no pudo disfrutar de una buena educación porque no pertenecía ni al campesinado ni a la clase proletaria: su abuela era una hacendada que se mudó a Vietnam del Sur a mediados de los años de 1950. Pero, a los 16, Duong Thu Huong, se unió a una troupe de teatro itinerante y, por su talento, fue enviada a un instituto donde se prepara a actores, bailarines y cantantes para actuar en diversiones populares.
Lo hizo bien y en 1968 le ofrecieron la posibilidad de estudiar en la Unión Soviética, Alemania del Este o Bulgaria. "Pero yo elegí ir al frente porque nuestro país estaba en guerra y mis ancestros han peleado siempre por su país", dijo. "Me uní a un grupo de jóvenes artistas que actuaban para las tropas y las víctimas de la guerra. El eslogan era: Nuestras canciones son más fuertes de las bombas'. Silenciaríamos los gritos con canciones".
Pero incluso entonces, recordó, observó que los miembros del partido gozaban de privilegios especiales. Hubo conmoción cuando llegaron a su zona soldados sudvietnamitas prisioneros. "Descubrí la verdad de que también estábamos peleando contra vietnamitas", dijo. "Sí, los americanos nos estaban bombardeando todo el tiempo, pero volaban muy arriba en el cielo y nunca los veíamos. Sólo veíamos a los vietnamitas".
Se quedó callada, como hizo después de la guerra cuando encontró a parientes en Ciudad de Ho Chi Minh (la antigua Saigón) y se dio cuenta de que los derrotados estaban mejor que los victoriosos. Para entonces, estaba organizando eventos artísticos en la ciudad de Hue. Cuando cumplió los 30, volvió a Hanoi a trabajar en la industria cinematográfica del gobierno. "Escribí cinco guiones, con los que hicieron malas películas", dijo, "pero yo podía vivir con mi salario".
Un trabajo como free-lance le abrió los ojos. Trabajando para un grupo de generales del ejército, escribió por encargo una historia de la guerra de Vietnam. "Los generales discutían entre ellos cómo corregir mi texto para que se ajustara a sus intereses", dijo. "Querían subir el número de vietnamitas que murieron en la guerra para demostrar que ningún sacrificio era demasiado grande para el pueblo".
Huong dijo que fue invitada a integrar el Partido Comunista en 1979 y lo hizo reluctantemente en 1985 a instancias de amigos que esperaban que ella pudiera ayudarles. Ese fue también el año que vio su primera novela, Beyond Illusions' [Más Allá de las Ilusiones], que fue publicada en Vietnam con gran aclamación pública, vendiendo 100.000 ejemplares. Pero dos años después, dijo, sus problemas empezaron con la publicación de Paradise of the Blind' [Paraíso de los Ciegos], otro éxito de ventas.
"El secretario general del partido, Nguyen Van Linh, me ofreció una casa del tipo de las que son reservadas para los ministros, a cambio de que me callara", dijo. "Le dije: Yo lucho por la democracia, estoy del lado del pueblo y nunca viviría como un ministro'. Mi principio es que tú puedes perder todo, incluso tu vida, pero nunca tu honor".
Poco después, dijo, escapó a dos intentos de asesinato. Escribió un discurso para el Congreso de Escritores Vietnamitas en 1989, llamado El partido debería agradecer al pueblo' y fue debidamente expulsada del partido. En 1991 fue encarcelada por vender documentos secretos a extranjeros -los secretos' eran sus propios manuscritos. No sorprende que sus siguientes tres libros -Novel Without a Name' [Novela Sin Nombre], Memories of a Pure Spring' [Memorias de una Primavera Pura] y No Man's Land'- no fueron publicados en Vietnam.
Pero todas sus novelas han sido publicadas en varios idiomas extranjeros. Y gracias a Will Schwalbe, entonces en William Morrow y ahora editor jefe en Hyperion, también aparecieron en inglés. "Oí hablar de ella cuando ella estaba en la cárcel", dijo Schwalbe en una conferencia telefónica desde Nueva York. "He leído 30 o 40 páginas de Paradise of the Blind' y me cautivó. Era la primera novela vietnamita publicada en Estados Unidos, en inglés".
Las novelas de Huong no son abiertamente políticas, pero su motivo central es la desilusión de la gente atrapada por un destino fuera de su control. Al reseñar Memories of a Pure Spring' en New York Times en 2000, Richard Bernstein escribió: "Uno la lee por la política, pero incluso más por la complejidad y profundidad de sus personajes, que luchan por definirse a sí mismos en un mundo que todavía coloca todo y a todos en una u otra categoría de ideología y aspiración nacional".
En 1994, gracias a la intervención de Danielle Mitterrand, la primera dama francesa en ese momento, se le permitió a Huong viajar a Francia a recibir un premio. Se le ofreció asilo político. "Yo dije: Gracias, pero en mi país el miedo aplasta todo, los valientes soldados se han convertido en civiles cobardes'", recordó. "Es por eso que tengo que volver. Yo vuelvo a una cosa: a escupir en la cara del régimen'".
Esta vez, la embajada italiana en Vietnam obtuvo su pasaporte, pero después de unas semanas en Italia y Francia, tiene la intención de volver a Hanoi, donde viven sus dos hijos y cuatro nietos. (Huong se divorció en 1982). Y una vez allá, si el gobierno no tiene otros planes, dice que continuará escribiendo. "Soy una idealista", dijo, antes de agregar con una sonrisa pícara, "y también imbécil".
12 de julio de 2005
©new york times
©traducción mQh
Aparentemente tiene muchos pecados. Sus novelas, donde diseca la vida en uno de los últimos regímenes comunistas, se publican y son bien recibidas en Occidente. Es una antigua miembro del Partido Comunista, expulsada por traición. Y, sobre todo, es una disidente -una "puta disidente", dijo un dirigente del partido- que se negó a callar, incluso después de pasar ocho meses en prisión en 1991.
Ahora, por segunda vez, se le ha permitido viajar a Europa. Pero en cierto sentido Vietnam ha viajado con ella. Está dispuesta a hablar sobre su vida y a discutir sus cinco novelas, incluyendo la última, No Man's Land' [Tierra de Nadie], publicada en abril en Estados Unidos. Pero su prioridad es denunciar al gobierno de Hanoi como irremediablemente corrupto y prepotente.
""Es mi misión en nombre de todos de todos los que han muerto en este vergonzoso régimen", dijo, hablando fluidamente, pero con un fuerte acento francés. "Debido a que me conocen algo en el extranjero, tengo que decir estas cosas. Tengo que sacar lo que llevo dentro para que tener mi conciencia tranquila. La gente ha perdido la capacidad de reaccionar, de reflexionar, de pensar. Quizás les de yo coraje".
Cree que su mensaje es más urgente que nunca. Treinta años después de la Guerra de Vietnam, el régimen está ganando aceptación en el extranjero abriendo su economía a extranjeros bajo una estrategia de comunismo-con-capitalismo. También observó alarmada que el primer ministro de Vietnam, Phan Van Khai, fue recibido por el presidente Bush en la Casa Blanca el mes pasado.
"Es un régimen brutal e ignoble que hace un montón de cosas para engañar a los extranjeros", dijo durante una larga conversación. "Si Bush apoya a este régimen, lo empujará a otra guerra que volverá a hundir a la gente. Esta vez en lugar de usar bombarderos B-52, usará las manos de tránsfugas nativos'.
Hasta ahora, dijo, la Guerra de Vietnam ha servido para justificar el control del gobierno.
"Toda su propaganda tiene como fin nutrir el mito de la guerra, adular y amenazar a la gente", dijo. "Les dice: Sois un pueblo heroico. Deberíais estar orgullosos de vuestra historia. Pero no olvidéis nunca que fue el partido el que condujo al pueblo a la victoria'. Engaña a la gente recurriendo a un ciego orgullo".
También la vida de Huong ha sido inevitablemente moldeada por la guerra.
De niña, dijo, no pudo disfrutar de una buena educación porque no pertenecía ni al campesinado ni a la clase proletaria: su abuela era una hacendada que se mudó a Vietnam del Sur a mediados de los años de 1950. Pero, a los 16, Duong Thu Huong, se unió a una troupe de teatro itinerante y, por su talento, fue enviada a un instituto donde se prepara a actores, bailarines y cantantes para actuar en diversiones populares.
Lo hizo bien y en 1968 le ofrecieron la posibilidad de estudiar en la Unión Soviética, Alemania del Este o Bulgaria. "Pero yo elegí ir al frente porque nuestro país estaba en guerra y mis ancestros han peleado siempre por su país", dijo. "Me uní a un grupo de jóvenes artistas que actuaban para las tropas y las víctimas de la guerra. El eslogan era: Nuestras canciones son más fuertes de las bombas'. Silenciaríamos los gritos con canciones".
Pero incluso entonces, recordó, observó que los miembros del partido gozaban de privilegios especiales. Hubo conmoción cuando llegaron a su zona soldados sudvietnamitas prisioneros. "Descubrí la verdad de que también estábamos peleando contra vietnamitas", dijo. "Sí, los americanos nos estaban bombardeando todo el tiempo, pero volaban muy arriba en el cielo y nunca los veíamos. Sólo veíamos a los vietnamitas".
Se quedó callada, como hizo después de la guerra cuando encontró a parientes en Ciudad de Ho Chi Minh (la antigua Saigón) y se dio cuenta de que los derrotados estaban mejor que los victoriosos. Para entonces, estaba organizando eventos artísticos en la ciudad de Hue. Cuando cumplió los 30, volvió a Hanoi a trabajar en la industria cinematográfica del gobierno. "Escribí cinco guiones, con los que hicieron malas películas", dijo, "pero yo podía vivir con mi salario".
Un trabajo como free-lance le abrió los ojos. Trabajando para un grupo de generales del ejército, escribió por encargo una historia de la guerra de Vietnam. "Los generales discutían entre ellos cómo corregir mi texto para que se ajustara a sus intereses", dijo. "Querían subir el número de vietnamitas que murieron en la guerra para demostrar que ningún sacrificio era demasiado grande para el pueblo".
Huong dijo que fue invitada a integrar el Partido Comunista en 1979 y lo hizo reluctantemente en 1985 a instancias de amigos que esperaban que ella pudiera ayudarles. Ese fue también el año que vio su primera novela, Beyond Illusions' [Más Allá de las Ilusiones], que fue publicada en Vietnam con gran aclamación pública, vendiendo 100.000 ejemplares. Pero dos años después, dijo, sus problemas empezaron con la publicación de Paradise of the Blind' [Paraíso de los Ciegos], otro éxito de ventas.
"El secretario general del partido, Nguyen Van Linh, me ofreció una casa del tipo de las que son reservadas para los ministros, a cambio de que me callara", dijo. "Le dije: Yo lucho por la democracia, estoy del lado del pueblo y nunca viviría como un ministro'. Mi principio es que tú puedes perder todo, incluso tu vida, pero nunca tu honor".
Poco después, dijo, escapó a dos intentos de asesinato. Escribió un discurso para el Congreso de Escritores Vietnamitas en 1989, llamado El partido debería agradecer al pueblo' y fue debidamente expulsada del partido. En 1991 fue encarcelada por vender documentos secretos a extranjeros -los secretos' eran sus propios manuscritos. No sorprende que sus siguientes tres libros -Novel Without a Name' [Novela Sin Nombre], Memories of a Pure Spring' [Memorias de una Primavera Pura] y No Man's Land'- no fueron publicados en Vietnam.
Pero todas sus novelas han sido publicadas en varios idiomas extranjeros. Y gracias a Will Schwalbe, entonces en William Morrow y ahora editor jefe en Hyperion, también aparecieron en inglés. "Oí hablar de ella cuando ella estaba en la cárcel", dijo Schwalbe en una conferencia telefónica desde Nueva York. "He leído 30 o 40 páginas de Paradise of the Blind' y me cautivó. Era la primera novela vietnamita publicada en Estados Unidos, en inglés".
Las novelas de Huong no son abiertamente políticas, pero su motivo central es la desilusión de la gente atrapada por un destino fuera de su control. Al reseñar Memories of a Pure Spring' en New York Times en 2000, Richard Bernstein escribió: "Uno la lee por la política, pero incluso más por la complejidad y profundidad de sus personajes, que luchan por definirse a sí mismos en un mundo que todavía coloca todo y a todos en una u otra categoría de ideología y aspiración nacional".
En 1994, gracias a la intervención de Danielle Mitterrand, la primera dama francesa en ese momento, se le permitió a Huong viajar a Francia a recibir un premio. Se le ofreció asilo político. "Yo dije: Gracias, pero en mi país el miedo aplasta todo, los valientes soldados se han convertido en civiles cobardes'", recordó. "Es por eso que tengo que volver. Yo vuelvo a una cosa: a escupir en la cara del régimen'".
Esta vez, la embajada italiana en Vietnam obtuvo su pasaporte, pero después de unas semanas en Italia y Francia, tiene la intención de volver a Hanoi, donde viven sus dos hijos y cuatro nietos. (Huong se divorció en 1982). Y una vez allá, si el gobierno no tiene otros planes, dice que continuará escribiendo. "Soy una idealista", dijo, antes de agregar con una sonrisa pícara, "y también imbécil".
12 de julio de 2005
©new york times
©traducción mQh
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