cocinando con google
[Andrea Sachs] Tipeé "naranjas, tofu y coliflor" y mi ordenador me propuso una receta.
Tuve en mi alacena, sin abrir, y durante más de un año, un paquete de fideos de tapioca camboyana. Una tarde, busqué mis fideos en Google, y me los comí.
Google, la todopoderosa máquina buscadora de la red, es mi enciclopedia, diccionario, mercado, e incluso investigador privado. Así que me pareció normal tipear "fideos de tapioca camboyanos" y ver con qué recetas me sorprendería Google. Y me sorprendió.
El concepto que sostiene el estilo de cocina de Google es simple: Tipea tus ingredientes y la palabra ‘receta’ detrás, haz click en el botón de búsquedas de Google, y espera que aparezcan los resultados.
La máquina recorrerá montones de sitios en internet, desde los más previsibles (foodtv.com de Food Network) a los más obscuros (acupuncture.com), buscando recetas que incorporen tus ingredientes. Con su infinito depósito, Google puede encontrar aparejamientos para recetas de alimentos poco convencionales o productos exóticos que dejarían perplejo a un libro de cocina.
En realidad, fue un trozo de salmón y un montón de acelgas suizas lo que inspiró a Judy Hourihan a reclutar la asistencia de Google hace tres años.
"Por las noches hurgaría en mi cocina buscando algo para comer y luego me encerraba en mi cuarto trasero para revisar mis libros de cocina", dijo Hourihan, una ex ingeniero de software de Massachusetts que es considerada la pionera de la cocina al estilo de Google. "Entonces pensé: ‘¿Para qué voy a hojear libros de cocina cuando puedo encender el ordenador y buscar en Google?’"
El concepto de cocinar con Google fue acuñado en 2002 después de que Hourihan llamara la atención de la prensa con su exitoso salmón con acelgas suizas. Desde entonces ha continuado consultando a Google a la hora de la cena. Su última aventura fue con mahi-mahi, tomates secados al sol y arroz integral; Google la llevó a una receta que había sido publicada por la bloguera Cyndi Norman.
"Es bueno cuando no tienes una idea muy clara de qué hacer con una combinación extravagante de ingredientes", dijo Hourihan, 60, que cocina con Google al menos una vez a la semana. "Se corren riesgos, pero en realidad compensa. Nunca he buscado una combinación de ingredientes que no me encontrara una receta".
Y en eso reside el atractivo de cocinar con Google: Te ayuda a hacer una comida desde abajo (en lugar de desde arriba, desde la receta hacia abajo), mientras al mismo tiempo purgas tu cocina de alimentos perecibles lánguidos y mustios.
"Es bueno para ayudar a los que carecen de creatividad o para cocinar sobre la marcha", dijo Charlie Ayers, ex jefe de compañía de Google. "También puede ayudarte a limpiar tu inventario o la nevera".
No hay un conteo oficial de cocineros de Google, pero hubo en los meses recientes más de 33 millones de visitas a sitios relacionados con la culinaria, de acuerdo a comScore Media Metrix, un firma de investigación de Reston, Vancouver, que traza el uso de la red. De esos 33 millones, tres millones de usuarios hicieron click en allrecipes.com, que ofrece más de 30 mil recetas y un botón de búsqueda de ingredientes-para-recetas. Otros sitios, como cookinglight. com, tienen máquinas similares.
Sin embargo, yo rehuía las máquinas refinadas -¿quién sabe qué gran plato podría desaparecer?- y prefería zambullirme en los infinitos recursos de Google. Pero primero tengo que advertir que los no iniciados no deberían empezar a cocinar con Google si tienen demasiado hambre. Es un agujero negro que te puede tragar, y volver a escupirte fuera unas horas más tarde, todavía hambriento y sin ningún plan de cocina.
Mi búsqueda inaugural empezó con una lista de compras: garbanzos, uvas pasas y ñames. Encontré una variedad de interesantes guisos y estofados africanos, pero la receta que más me intrigó se llamaba "Comida Blanda para Euclectus".
Sonaba como un plato hecho para un emperador romano con dientes de cristal. Pero seguí leyendo: "Esta nutritiva mezcla de alimentos les gusta a todos los Euclectus... Sin embargo, otros loros han probado esta receta y la han encontrado deliciosa".
Después de que casi hiciera un plato para loros, decidí retar a Google a un torneo virtual. Tipeé combinaciones estrambóticas de todo tipo de alimentos, excepto grillos, para ver si la máquina me entregaba algún resultado. Tipeé "recetas de coles de Bruselas con cerveza"; me entregó "rosenkohl in bier gedunstet". Traté con "recetas con peras y ajíes picantes". Google respondió con "peras rojas con caramelos de canela".
"Google te muestra recetas viables que coinciden con los ingredientes que tienes en tu nevera", dijo Ayers. "Pero algunas recetas son estrafalarias y bizarras".
¿Cuán extrañas? Pensad en mis fideos. Mi primera respuesta fue un plato camboyano llamado mee sach moan nung sach ko puvet. Utilizaba fideos, pero también un pollo entero, albóndigas de carne de vacuno asiático y un kilo de huesos de pollo y de cogote de cerdo -nada que yo tuviera en mi nevera. Sin embargo, las palabras "tapioca" y "camboyano" desenterraron unas deliciosas recetas. Hmm...
Necesitando refuerzos, asalté la cocina de mi amigo Erick, que era un tesoro oculto de tapas de estudiantes universitarios muertos de hambre, ofertas de supermercados y restos de una breve dieta de South Beach.
Los ingredientes que seleccionamos eran tofu, naranjas y coliflor. Y con un empujón del ratón mágico, Google respondió con "Guisantes, Coliflor y Tofu con Naranjas Picantes", de wholesomebabyfood.com Como segundo, tipeé arroz y leche de coco, pensando que podía remplazar el arroz por mis fideos, que eran bastante gelatinosos.
Cocinamos con el impreso de la receta en la mano, comimos y disfrutamos de un mejunje que no habríamos imaginado nunca sin la ayuda de Google.
Entonces pensé en el postre, y mis ojos se posaron en una ennegrecida banana que había en el escritorio, a un día de la compota. Así que rápidamente tipeé su nombre en el ordenador.
Google, la todopoderosa máquina buscadora de la red, es mi enciclopedia, diccionario, mercado, e incluso investigador privado. Así que me pareció normal tipear "fideos de tapioca camboyanos" y ver con qué recetas me sorprendería Google. Y me sorprendió.
El concepto que sostiene el estilo de cocina de Google es simple: Tipea tus ingredientes y la palabra ‘receta’ detrás, haz click en el botón de búsquedas de Google, y espera que aparezcan los resultados.
La máquina recorrerá montones de sitios en internet, desde los más previsibles (foodtv.com de Food Network) a los más obscuros (acupuncture.com), buscando recetas que incorporen tus ingredientes. Con su infinito depósito, Google puede encontrar aparejamientos para recetas de alimentos poco convencionales o productos exóticos que dejarían perplejo a un libro de cocina.
En realidad, fue un trozo de salmón y un montón de acelgas suizas lo que inspiró a Judy Hourihan a reclutar la asistencia de Google hace tres años.
"Por las noches hurgaría en mi cocina buscando algo para comer y luego me encerraba en mi cuarto trasero para revisar mis libros de cocina", dijo Hourihan, una ex ingeniero de software de Massachusetts que es considerada la pionera de la cocina al estilo de Google. "Entonces pensé: ‘¿Para qué voy a hojear libros de cocina cuando puedo encender el ordenador y buscar en Google?’"
El concepto de cocinar con Google fue acuñado en 2002 después de que Hourihan llamara la atención de la prensa con su exitoso salmón con acelgas suizas. Desde entonces ha continuado consultando a Google a la hora de la cena. Su última aventura fue con mahi-mahi, tomates secados al sol y arroz integral; Google la llevó a una receta que había sido publicada por la bloguera Cyndi Norman.
"Es bueno cuando no tienes una idea muy clara de qué hacer con una combinación extravagante de ingredientes", dijo Hourihan, 60, que cocina con Google al menos una vez a la semana. "Se corren riesgos, pero en realidad compensa. Nunca he buscado una combinación de ingredientes que no me encontrara una receta".
Y en eso reside el atractivo de cocinar con Google: Te ayuda a hacer una comida desde abajo (en lugar de desde arriba, desde la receta hacia abajo), mientras al mismo tiempo purgas tu cocina de alimentos perecibles lánguidos y mustios.
"Es bueno para ayudar a los que carecen de creatividad o para cocinar sobre la marcha", dijo Charlie Ayers, ex jefe de compañía de Google. "También puede ayudarte a limpiar tu inventario o la nevera".
No hay un conteo oficial de cocineros de Google, pero hubo en los meses recientes más de 33 millones de visitas a sitios relacionados con la culinaria, de acuerdo a comScore Media Metrix, un firma de investigación de Reston, Vancouver, que traza el uso de la red. De esos 33 millones, tres millones de usuarios hicieron click en allrecipes.com, que ofrece más de 30 mil recetas y un botón de búsqueda de ingredientes-para-recetas. Otros sitios, como cookinglight. com, tienen máquinas similares.
Sin embargo, yo rehuía las máquinas refinadas -¿quién sabe qué gran plato podría desaparecer?- y prefería zambullirme en los infinitos recursos de Google. Pero primero tengo que advertir que los no iniciados no deberían empezar a cocinar con Google si tienen demasiado hambre. Es un agujero negro que te puede tragar, y volver a escupirte fuera unas horas más tarde, todavía hambriento y sin ningún plan de cocina.
Mi búsqueda inaugural empezó con una lista de compras: garbanzos, uvas pasas y ñames. Encontré una variedad de interesantes guisos y estofados africanos, pero la receta que más me intrigó se llamaba "Comida Blanda para Euclectus".
Sonaba como un plato hecho para un emperador romano con dientes de cristal. Pero seguí leyendo: "Esta nutritiva mezcla de alimentos les gusta a todos los Euclectus... Sin embargo, otros loros han probado esta receta y la han encontrado deliciosa".
Después de que casi hiciera un plato para loros, decidí retar a Google a un torneo virtual. Tipeé combinaciones estrambóticas de todo tipo de alimentos, excepto grillos, para ver si la máquina me entregaba algún resultado. Tipeé "recetas de coles de Bruselas con cerveza"; me entregó "rosenkohl in bier gedunstet". Traté con "recetas con peras y ajíes picantes". Google respondió con "peras rojas con caramelos de canela".
"Google te muestra recetas viables que coinciden con los ingredientes que tienes en tu nevera", dijo Ayers. "Pero algunas recetas son estrafalarias y bizarras".
¿Cuán extrañas? Pensad en mis fideos. Mi primera respuesta fue un plato camboyano llamado mee sach moan nung sach ko puvet. Utilizaba fideos, pero también un pollo entero, albóndigas de carne de vacuno asiático y un kilo de huesos de pollo y de cogote de cerdo -nada que yo tuviera en mi nevera. Sin embargo, las palabras "tapioca" y "camboyano" desenterraron unas deliciosas recetas. Hmm...
Necesitando refuerzos, asalté la cocina de mi amigo Erick, que era un tesoro oculto de tapas de estudiantes universitarios muertos de hambre, ofertas de supermercados y restos de una breve dieta de South Beach.
Los ingredientes que seleccionamos eran tofu, naranjas y coliflor. Y con un empujón del ratón mágico, Google respondió con "Guisantes, Coliflor y Tofu con Naranjas Picantes", de wholesomebabyfood.com Como segundo, tipeé arroz y leche de coco, pensando que podía remplazar el arroz por mis fideos, que eran bastante gelatinosos.
Cocinamos con el impreso de la receta en la mano, comimos y disfrutamos de un mejunje que no habríamos imaginado nunca sin la ayuda de Google.
Entonces pensé en el postre, y mis ojos se posaron en una ennegrecida banana que había en el escritorio, a un día de la compota. Así que rápidamente tipeé su nombre en el ordenador.
6 de enero de 2006
©miami herald
©traducción mQh
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