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mujeres en palestina


[Thanassis Cambanis] Mujeres musulmanas reinician debates sobre sus derechos en Palestina.
Nablús, Cisjordania, Palestina. Con su bolso de mano, pesado rímel y un velo que sólo revela sus ojos, Alaa Awdeh suena como una autoridad feminista. Las mujeres, cree, deben tener derechos iguales en la sociedad palestina, especialmente el derecho a morir en la lucha armada contra Israel.
"Eso es lo que estoy buscando, cómo sacrificarme", dice Awdeh, 18, especializada en estudios islámicos en la Universidad de Al Najah, en Nablús, y entusiasta miembro del brazo juvenil de Hamas, el grupo radical islámico.
Las mujeres como Awdeh han redefinido el debate sobre los derechos de la mujer en la sociedad palestina. En el pasado, la lucha era entre las feministas laicas y los hombres que buscaban proteger su monopolio del poder político y social. Ahora el debate es entre las feministas de estilo occidental y las mujeres religiosas que quieren compartir el poder político sin cambiar el papel tradicional de las mujeres en la familia.
La campaña de este mes para las elecciones legislativas en Palestina abrieron nuevamente el debate.
Hamas ha atraído a legiones de mujeres musulmanas, entregándoles el control de los programas educativos y de formación laboral financiados por Hamas, y alentándolas a terminar la escuela y seguir estudios en la universidad, pero al mismo tiempo restringiendo sus derechos legales a aquellos definidos en el Corán.
La candidata de Hamas, Muna Mansour, 44, es una ex profesora de física de una escuela secundaria cuyo marido, uno de los fundadores de Hamas, murió cuando un helicóptero israelí atacó en 2002 a militantes de Hamas considerados responsables de atentados contra Israel. Ella misma se considera una mujer moderna, apoyando a su familia y haciendo campaña por un cargo, pero también una musulmana devota para la que el Corán puede en última instancia resolver todos los problemas.
"Somos musulmanes", dice Mansour. "Si otros tratan de hacer aprobar una ley que contradiga al islam, nosotros diremos que el islam es la solución".
Por ejemplo, Mansour dice que el Corán dice que las niñas deben ir a la escuela y seguir carreras, pero también que las personas casadas que cometen adulterio deberían ser lapidadas hasta la muerte, una incongruente mezcla de valores aparentemente contradictorios.
El apoyo palestino de las facciones religiosas, en particular de Hamas, ha estallado en los últimos diez años, frustrando a las mujeres laicas que han trabajado en política durante décadas y que ahora encuentran que muchas mujeres se están volcando hacia una visión diferente del islam sobre la posición e igualdad de la mujer.
Las mujeres palestinas laicas han luchado por la paridad legal con los hombres, y han trabajado también con mujeres israelíes para fomentar el proceso de paz. Decenas de mujeres postularon a la legislatura como candidatas del secular partido Fatah y para varias coaliciones laicas independientes.
"No queremos que la religión domine nuestra vida", dijo Hania al-Bitar, directora de un grupo palestino laico que ayuda a los jóvenes. Bitar, 38, fue candidata para la legislatura palestina de una lista laica llamada "La Tercera Vía".
La creciente popularidad de los islamitas es una amarga píldora para activistas laicas como Bitar, que también propugna un sistema democrático, incluso si produce resultados que ella misma aborrece.
"Quizás no sea feliz en un sistema dominado por Hamas, pero tengo que aceptar los resultados de las elecciones y trabajar dentro del sistema para poder cambiarlo", dice Bitar.
Khalil Shikaki, una politóloga considerada la encuestadora más fiable de la opinión pública palestina, dijo que la lucha palestina contra Israel ha producido efectos contradictorios en la sociedad palestina.
Por un lado, dice, la sociedad palestina ha evolucionado hasta permitir a las mujeres un grado de igualdad política que es rara en el mundo árabe, porque todos -mujeres y niños, así como hombres- fueron involucrados en la lucha política y militar contra Israel.
Al mismo tiempo, las realidades de la ocupación y la violencia también han alentado a la sociedad a volver a sus redes sociales más tradicionales: la familia, la tribu y la mezquita.
"Necesitas valores sociales más conservadores para sobrevivir en la ocupación", dijo Shikaki. "No necesitas un gobierno que proteja tus derechos".
Tras los Acuerdos de Oslo de 1993, Fatah ganó el control de la nueva Autoridad Palestina, presidiendo durante un período de relativa calma en el conflicto con Israel hasta que la violencia volvió a irrumpir en 2000. Los críticos dicen que en lugar de fortalecer su base de apoyo durante la calma, los líderes de Fatah y otros intelectuales perdieron la conexión con el público.
Como resultado, los líderes seculares originales del movimiento nacionalista palestino dejaron el campo abierto para Hamas, con sus redes de mezquitas y grupos de servicios sociales que tienen un profundo impacto en la sociedad palestina.
Ahora las candidatas de Hamas dicen que han heredado el tema de los derechos de la mujer.
"Tu papel es luchar contra la corrupción, hacer reformas, vengar las humillaciones, como las mujeres que se vengan en las calles de Tel Aviv, Netanya y Jerusalén", exhortó la profesora universitaria Mariam Saleh, una candidata de Hamas en una manifestación femenina en Nablús, una semana antes de las elecciones, en una aparente referencia a las mujeres suicidas palestinas de esas ciudades.
En un incendiario discurso, Saleh dijo que las mujeres eran más indispensables que los hombres porque servían como doctores, científicas, yihadistas, y jefes de familia cuyos hombres están en cárceles israelíes.
Unas 400 mujeres, la mayoría de ellas profesionales, asistieron a una convención. Awdeh, la estudiante universitaria que anhela por un papel en el ala militar de Hamas, marchó en el vestíbulo del congreso con unas docenas de miembros del ala juvenil femenina.
Todas llevaban pañuelos de cabeza blancos y chalecos verde lima decorados con un par de puños y el lema: "Una mano construye, la otra lucha".
"Si me piden que sea una guerrera suicida, no lo dudaré. Respetará el llamado de Dios", dijo Awdeh antes de que una militante de Hamas la hiciera callar.
"Lamento el malentendido", dijo la directora de escuela Hutam Umm Mohammed Salameh, 41. "Algunas de las jóvenes no saben cómo expresarse a sí mismas y dan una versión distorsionada de lo que queremos".
Algunos temas unen a las mujeres candidatos más allá de la división laicas-religiosas. Todos los partidos que participan en las elecciones palestinas transformaron los temas de la mujer en una prioridad de sus plataformas, prometiendo mejorar las oportunidades educativas y laborales de las mujeres.
Las reglas electorales exigen que un 20 por ciento de los candidatos para los escaños distritales sean mujeres, y el sistema está diseñado para dar a las mujeres al menos un 10 por ciento de los 132 escaños de la legislatura palestina.
Pero las mujeres de Fatah, Tercera Vía, y otros partidos laicos tendrán que tender un puente entre las divisiones culturales para cooperar en el gobierno y los servicios sociales con mujeres religiosas de Hamas.
"El islam es la solución de todos los problemas de la vida", dice Saleh, que enseña religión en la Universidad de Al Quds, en Jerusalén.
Con el creciente influjo de Hamas, los políticos palestinos tendrán que incorporar en sus programas los derechos de la mujer.
Es probable que musulmanas independientes, como Majda Fadda, elegida recientemente para el consejo municipal de Nablús, sirvan de intermediarias entre las facciones femeninas religiosas y seculares en el próximo gobierno palestino.
Fadda, 45, farmacéutica, que habla árabe, ruso, y algo de inglés, nunca se unió a Hamas, aunque trabaja estrechamente con sus miembros y comparte muchos de sus puntos de vista.
Los palestinos, dijo Fadda, necesitan, para comenzar, mejores escuelas, más trabajo, y suministros de agua más fiables -problemas que pueden ser resueltos sólo si sus líderes cooperan por encima de las líneas de partido y trabajan con los israelíes a pesar de la plataforma oficial de Hamas, que llama a la destrucción de Israel.
"Si es por los intereses del pueblo y proporciona servicios, no es un problema para colaborar con los israelíes o cualquiera", dijo Fadda.

21 de enero de 2006

©boston globe
©traducción mQh

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1 comentario

Manipuladora de Alimentos -

Que pena me da con estas pobres mujeres.