siete años por incitar al odio
El radical islamista Abu Hamza al Masri, fue sentenciado ayer por un tribunal londinense de Old Bailey a siete años de cárcel tras ser hallado culpable de once de los quince delitos que se le imputaban, entre ellos de incitar al asesinato y al racismo, y poseer documentación con fines terroristas.
Tal como resumió el juez Anthony Hughes al leer la sentencia contra el clérigo musulmán, "usted ha sido hallado culpable de ayudar a crear una atmósfera en la que el asesinato se ha convertido no sólo en un acto legítimo sino un deber moral y religioso en la búsqueda de una supuesta justicia".
El jurado británico, compuesto por siete hombres y cinco mujeres, tardó cuatro días en decidir que las palabras, los actos y los documentos hallados en posesión del ‘Capitán Garfio’ -así le apoda la prensa amarilla británica por su garfio y su parche en un ojo- tenían el fin de incitar al terrorismo contra objetivos occidentales. Hamza, que perdió una mano y un ojo en Afganistán en combate con las tropas soviéticas, estaba acusado de diez cargos en virtud de la Ley de Delitos contra la Persona.
Durante el juicio fueron presentados como prueba de sus arengas terroristas en la mezquita de Finsbury, Londres, más de 3.000 cintas de vídeo y 6.000 de audio, así como su posesión de la ‘Enciclopedia de la yihad afgana’, un libro raro en el que se identifica a la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad y el Big Ben como posibles objetivos terroristas.
Sin embargo lo que ayer transcendió a los medios de comunicación y que fue desconocido para el jurado durante el juicio y los cuatro días de deliberación fue que la policía realizó una redada en la mezquita en la que predicaba el acusado en enero del año 2003 en la que hallaron entre otras cosas trajes de protección antinuclear y biológico, armas falsas, cuchillos, esposas, máscaras de gas, un walkie talkie, tarjetas de crédito y más de un centenar de pasaportes falsos, estos ocultos en un techo falso.
Se cree que todo este arsenal fue utilizado en campos de entrenamiento ocultos en algún lugar remoto del Reino Unido, posiblemente en la zona de las Highlands o el Distrito de los Lagos.
El clérigo alcanzó notoriedad en el Reino Unido por sus diatribas contra los valores occidentales, que predicaba a las puertas de la mezquita de Finsbury Park al norte de Londres.
Durante las semanas que duró el juicio el jurado pudo escuchar cómo este clérigo incitaba al asesinato en sus sermones con frases como "matar a un infiel sea cual sea el motivo, se puede defender, aunque no haya una razón para hacerlo".
Una vez que el clérigo cumpla su condena en la prisión de alta seguridad de Belmarsh a las afueras de Londres, tendrá que luchar contra una orden de extradición cursada por las autoridades norteamericanas que le acusan de establecer un campo de entrenamiento terrorista en Oregón, de su participación en un secuestro en Yemen y de financiar a terroristas en Afganistán.
Si finalmenete es extraditado Abu Hamza podría ser encarcelado en la base de Guantánamo o confinado en solitario en Estados Unidos.
El jurado británico, compuesto por siete hombres y cinco mujeres, tardó cuatro días en decidir que las palabras, los actos y los documentos hallados en posesión del ‘Capitán Garfio’ -así le apoda la prensa amarilla británica por su garfio y su parche en un ojo- tenían el fin de incitar al terrorismo contra objetivos occidentales. Hamza, que perdió una mano y un ojo en Afganistán en combate con las tropas soviéticas, estaba acusado de diez cargos en virtud de la Ley de Delitos contra la Persona.
Durante el juicio fueron presentados como prueba de sus arengas terroristas en la mezquita de Finsbury, Londres, más de 3.000 cintas de vídeo y 6.000 de audio, así como su posesión de la ‘Enciclopedia de la yihad afgana’, un libro raro en el que se identifica a la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad y el Big Ben como posibles objetivos terroristas.
Sin embargo lo que ayer transcendió a los medios de comunicación y que fue desconocido para el jurado durante el juicio y los cuatro días de deliberación fue que la policía realizó una redada en la mezquita en la que predicaba el acusado en enero del año 2003 en la que hallaron entre otras cosas trajes de protección antinuclear y biológico, armas falsas, cuchillos, esposas, máscaras de gas, un walkie talkie, tarjetas de crédito y más de un centenar de pasaportes falsos, estos ocultos en un techo falso.
Se cree que todo este arsenal fue utilizado en campos de entrenamiento ocultos en algún lugar remoto del Reino Unido, posiblemente en la zona de las Highlands o el Distrito de los Lagos.
El clérigo alcanzó notoriedad en el Reino Unido por sus diatribas contra los valores occidentales, que predicaba a las puertas de la mezquita de Finsbury Park al norte de Londres.
Durante las semanas que duró el juicio el jurado pudo escuchar cómo este clérigo incitaba al asesinato en sus sermones con frases como "matar a un infiel sea cual sea el motivo, se puede defender, aunque no haya una razón para hacerlo".
Una vez que el clérigo cumpla su condena en la prisión de alta seguridad de Belmarsh a las afueras de Londres, tendrá que luchar contra una orden de extradición cursada por las autoridades norteamericanas que le acusan de establecer un campo de entrenamiento terrorista en Oregón, de su participación en un secuestro en Yemen y de financiar a terroristas en Afganistán.
Si finalmenete es extraditado Abu Hamza podría ser encarcelado en la base de Guantánamo o confinado en solitario en Estados Unidos.
8 de febrero de 2006
0 comentarios