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gobierno distorsionó datos sobre iraq


[Scott Shane] Gobierno distorsionó informaciones de agentes de la CIA para justificar agresión contra Iraq.
Washington, Estados Unidos. Un veterano de la CIA encargado de los informes sobre Oriente Medio entre 2000 y 2005 acusó el viernes al gobierno de Bush de ignorar o distorsionar en un gran número de aspectos las evidencias de la preguerra relacionadas con Iraq en su intento de justificar la invasión estadounidense de 2003.
Las afirmaciones de Paul R. Pillar, que se retiró en octubre de su posición como agente nacional de inteligencia para Oriente Próximo y el Sudeste Asiático, reitera críticas anteriores de demócratas y algunos funcionarios de gobierno, entre ellos Richard A. Clarke, el ex asesor de contraterrorismo de la Casa Blanca, y Paul H. O’Neill, el ex ministro de Hacienda.
Pero Pillar es la primera persona desde dentro, de alto nivel de la CIA, que habla públicamente sobre el uso de los datos de inteligencia en el período de preguerra. Su artículo en el número de marzo-abril de la revista Foreign Affairs, que acusa al gobierno del uso selectivo de los datos de inteligencia sobre las armas no convencionales en poder de Iraq y las posibilidades del caos de posguerra, fue publicado el viernes en el sitio en la red de la revista después de que el Washigton Post informara sobre el artículo.
"Si todo el cuerpo de la inteligencia oficial sobre Iraq hubiera tenido implicaciones, estas habrían sido evitar la guerra -o, si se iba a declarar la guerra, prepararse para las caóticas secuelas", escribió Pillar. "Lo más notable sobre la inteligencia de preguerra de Estados Unidos no es que tuviera malas informaciones y que por eso engañó a los funcionarios encargados de tomar decisiones, sino que jugara un papel tan pequeño en una de las decisiones más importantes de Estados Unidos durante décadas".
En una entrevista el viernes, Pillar dijo que reconocía que sus opiniones formarían parte de la batalla que se viene librando ya por tres años sobre las razones que tuvo el gobierno para justificar la guerra. Pero dijo que su objetivo al hablar públicamente era ayudar a reparar lo que llamó una relación "rota" entre los datos de inteligencia entregados por los espías del país y el modo en que fueron usados por sus líderes.
"Hay motivos para volver a este asunto sobre Iraq", dijo Pillar, ahora profesor en la Universidad de Georgetown. "Pero lo más importante es analizar toda la relación entre la inteligencia y la política y provocar una revisión y un debate para cerciorarnos de que lo que pasó en Iraq no vuelva a ocurrir".
El presidente Bush y sus ayudantes han negado que los datos de inteligencia sobre Iraq hayan sido utilizados políticamente. Stephen J. Hadley, asesor de seguridad nacional, dijo en noviembre: "Nuestras declaraciones sobre la amenaza que representaba Sadamm Hussein se basaban en la suma de los datos de inteligencia provenientes de varias fuentes y representaban la visión colectiva de la comunidad de inteligencia. Esas evaluaciones fueron compartidas por demócratas y republicanos por igual".
Los informes del Comité de Inteligencia del Senado y de la comisión presidencial sobre armas encabezado por Laurence H. Silberman, un juez federal, y Charles S. Robb, ex gobernador de Virginia y senador, concluyeron que los analistas de la CIA no habían sido presionados para que cambiaran sus evaluaciones. Una segunda fase de la revisión del comité del Senado, sobre cómo usaron los funcionarios de gobierno la inteligencia, no se ha completado aún.
Pillar dijo que los primeros estudios habían considerado solamente "los intentos más burdos de politización" y que las presiones reales fueron mucho más sutiles. "La inteligencia fue distorsionada para justificar públicamente decisiones que ya habían sido tomadas", principalmente derrocar a Hussein para "desbaratar las escleróticas estructuras de poder en Oriente Medio", escribió.
De acuerdo a la versión de Pillar, el gobierno manipuló las respuestas que recibió en parte haciendo repetidas veces las mismas preguntas sobre la amenaza que representaban las armas iraquíes y sobre los vínculos entre Hussein y Al Qaeda. Cuando los analistas de inteligencia se resistieron, escribió, algunos de los aliados del gobierno acusaron a Pillar y otros de "tratar de sabotear las políticas del presidente".
A luz de esas acusaciones, escribió, los analistas empezaron a "azucarar" sus conclusiones.
Pillar pidió una declaración formal del Congreso y la Casa Blanca en el sentido de que la inteligencia debía estar claramente separada de las medidas a tomar. Propuso la creación de una oficina independiente, siguiendo el modelo de la Contraloría y de la Oficina de Presupuestos del Congreso, para evaluar el uso de los datos de inteligencia cuando eran pedidos por miembros del Congreso.
Pillar dijo que la raíz del problema podría ser que funcionarios de la inteligencia de alto nivel actuaron para satisfacer al presidente.
Una portavoz de la CIA, Jennifer Millerwise Dyck, dijo que la agencia no haría comentarios.
Danielle Pletka, vice-presidente de políticas de defensa y relaciones exteriores del conservador Instituto de la Empresa Americana [American Enterprise Institute], dijo que la CIA se había resistido durante largo tiempo a la intervención en Iraq y que la presión interna [sobre el gobierno] de los analistas para oponerse a la guerra fue más grande que toda presión externa.
"Si la CIA hubiese gastado menos tiempo filtrando sus opiniones, a lo largo de los años noventa, se hubiese opuesto a todo conflicto con Iraq, y hubiese dedicado más tiempo a formar recursos en Iraq, la agencia podría haber tenido más credibilidad y mejores datos de inteligencia", dijo Pletka, ex funcionaria republicana del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de 1992 a 2002.

11 de febrero de 2006

©new york times


©traducción mQh

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