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renuncia comisión electoral de anbar


[Jackie Spinner] El director de la comisión electoral de la volátil provincia de Anbar declara que los rebeldes hacen imposible la votación.
Bagdad, Iraq. En otro importante golpe a las próximas elecciones en Iraq, todos los 13 miembros de la comisión electoral de la volátil provincia de Anbar, al oeste de la capital, renunciaron tras recibir amenazas de los insurgentes, informó el domingo un diario regional.
Saad Abdul-Aziz Rawi, director de la comisión, dijo al diario de Anbar que era "imposible realizar las elecciones" en la provincia, que es dominada por los sunníes y donde los ataques de los insurgentes han impedido la inscripción de los votantes. La provincia incluye las intranquilas ciudades de Faluya y Ramadi.
"Se están engañando a sí mismos", dijo Rawi sobre los funcionarios que creen que las elecciones, convocadas para el 30 de enero, pueden realizarse en Anbar.
Un iraquí en el despacho de la comisión en Anbar dijo que los miembros de la comisión habían renunciado y entrado en la clandestinidad.
Funcionarios iraquíes y estadounidense han dicho que la participación sunní en las elecciones es necesaria para que la votación sea considerada legítima. El más grande partido político que representa a los sunníes anunció el mes pasado que se retiraba del proceso, las primeras elecciones democráticas en el país en casi medio siglo.
Los insurgentes han iniciado una sangrienta campaña en las semanas previas a la votación, atacando a operadores de la comisión electoral, líderes de partidos políticos y otros participantes. Los militares estadounidenses, entretanto, han recrudecido sus operaciones para detener la violencia, pero los frecuentes atentados continúan atenazando al país.
En una escuela básica en Tikrit, a unos 145 kilómetros al norte de Bagdad, un proyectil cayó en el patio, errando apenas una sala atiborrada de niños rindiendo un examen. La escuela de Um Omara es uno de los colegios electorales, dijeron residentes.
"Fue como un terremoto", dijo Kadhem Mohei, 57, guardia de la escuela. "Las paredes de la escuela se agrietaron. Cayó en el patio". Mohei dijo que su hija, que estaba en la escuela, sufrió heridas leves.
Entretanto, en una aldea cerca de la norteña ciudad de Mosul, donde los militares norteamericanos informaron que el sábado arrojaron por error una bomba de 250 kilos sobre un blanco equivocado, los residentes de la localidad dijeron que en realidad los norteamericanos no se habían equivocado y el proyectil había impactado en la casa designada como blanco, matando a un insurgente, del que dijeron que había matado a agentes de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Los vecinos de Aaytha, a 50 kilómetros al sur de Mosul, dijeron que la bomba impactó en la casa de la familia Numan, miembros de la importante tribu sunní jubori, una de las más grandes de Iraq. Testigos dijeron que la explosión mató a 14 miembros de la familia, incluyendo a diez mujeres y niños. Vecinos dijeron que un niño de dos años de la familia fue el único sobreviviente.
Salem Jasem Jubori, que vive cerca de la casa destruida, dijo que el jefe de familia era un hombre de edad mediana que "acostumbraba a matar y degollar" a sus víctimas, sobre todo policías iraquíes y miembros de la Guardia Nacional, en presencia de los aldeanos.
"Era feroz, muy violento y brutal", dijo Jubori.
Los militares estadounidenses dijeron en una declaración el sábado que murieron cinco personas y que "lamentamos profundamente la pérdida de vidas posiblemente inocentes". La declaración dijo que la casa impactada por un proyectil lanzado por un avión de guerra F-16 "no era el blanco intencionado... El blanco era otra edificación cercana".
Los militares no reaccionaron inmediatamente ante el relato de los aldeanos.
Ali Yussef Shahin, 42, pariente de la gente que murió en la casa, dijo que no había insurgentes en la aldea de unas 100 casas.
"Creo que cometieron un error", dijo Shahin, que vive en Mosul. "Atacaron esa casa para provocar a la gente".
Residentes dijeron que la aldea de Aaytha han sido en gran parte pacífica, pero que alberga a los extremistas que se oponen a la fuerzas estadounidenses en Iraq.
Jubori, el vecino de la familia que perdió la vida, dijo que soldados norteamericanos allanaron la casa antes de que fuera bombardeada, pero no realizaron ninguna detención. Dijo que oyó una fuerte explosión cinco minutos después de que las tropas norteamericanas dejaran la aldea.
"Toda la gente salió de sus casas y echaron a correr", dijo. "Como soy el que vive más cerca, fui el primero en llegar a la casa bombardeada. Fue totalmente destruida. Nos apresuramos a rescatar a nuestros vecinos, pero descubrimos que estaban todos muertos. Todos ellos fueron matados".
En otro incidente el domingo, el Ejército norteamericano declaró que dos personas murieron cuando los soldados abrieron fuego contra un vehículo que se aproximaba a un puesto de control en Duluiyah, cerca de Balad, a 80 kilómetros al norte de Bagdad. El vehículo se salió de la carretera y chocó contra un poste telefónico, dijeron los militares en una declaración. El chofer y el pasajero del asiento delantero murieron. Un pasajero en el asiento trasero fue llevado al hospital presa de una conmoción nerviosa. Los militares dijeron que el incidente está siendo investigado.
Un guardia civil de la Duluiyah Electrical Co., que dijo que había presenciado el incidente, puso en duda ese informe. Dijo que un artillero que tripulaba un Humvee en el puesto de control se quedó aparentemente dormido, disparando una ráfaga de balas que agujereó el vehículo. "Pareció como si se hubiera caído sobre su arma y disparado", dijo el guardia, Abu Sager.
"Los soldados norteamericanos estaban pidiendo excusas a la gente... y llevaron a la familia al hospital", dijo.
En el hospital de Balad, Wasam Talab, un médico, dijo que trató a cuatro miembros de la familia. El chofer y su hermana murieron por heridas de bala, dijo, y la esposa del chofer y su hijo de dos años fueron tratados por heridas cortantes leves.
En otro incidente el domingo, testigos dijeron que una bomba de calle colocada en un cartón explotó cerca de un grupo de marines y soldados norteamericanos que realizaban una patrulla de a pie en la aldea de Abu Ghraib. Los marines confirmaron que un artefacto explosivo improvisado había detonado, hiriendo a un número no especificado de marines y soldados. Por norma, los marines no discuten sobre detalles de las bajas.
Farhan Ali, 52, un pastor de la aldea, dijo que los insurgentes le dijero que no se acercara a un área de una transitada y polvorienta calle desde Abu Ghraib a Smailat porque habían colocado una bomba en una caja de cartón que estaba programada para explotar al paso de la siguiente patrulla. "Toda la gente del área lo sabía", dijo. "Los insurgentes nos dijeron que no nos acercáramos a esa zona de la carretera".
El relato de Ali, si es verdadero, muestra lo incrustados que están los insurgentes en las comunidades locales, donde atacan a las fuerzas norteamericanas a plena luz del día.
"Todos estábamos mirando", dijo Ali. "Había un grupo de niños parados cerca de la carretera, esperando la explosión".
Un soldado norteamericano asignado al Destacamento de Bagdad murió al estallar una bomba improvisada el domingo, dijeron los militares, sin indicar dónde había ocurrido el atentado. En otro incidente, un marine de la Primera Fuerza Expedicionaria de la Marina murió en acción en la provincia de Anbar, dijeron los militares.
Siete soldados ucranianos y uno de Kazajstán murieron el domingo al estallar casualmente una bomba que habían requisado.
El lunes, pistoleros asesinaron al jefe de la policía de Bagdad, el brigadier Amer Nayef, y a su hijo fuera de su casa, informó la agencia Reuters.
Y en Seúl, el ministerio de Asuntos Exteriores declaró que estaba verificando informes de que uno o dos sud-coreanos pueden haber sido secuestrados en Iraq, informó la Associated Press. El secuestro fue informado en la página web de un grupo militante que exige la retirada de las 3.600 tropas de Corea del Sur en Iraq. Un sud-coreano, Kim Sun Il, fue decapitado en junio por insurgentes que hicieron demandas similares.

Karl Vick en Fallujah y Dlovan Brwari en Mosul y Salih Saif Aldin en Tikrit contribuyeron a este reportaje .

10 de enero de 2005
©washington post
©traducción mQh

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