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inocente tras doce años en prisión


[Corey Kilgannon] Doce en años injustamente en prisión. Corte de apelaciones costata que fiscalía obtuvo declaraciones falsas de testigos a cambio de acuerdos de clemencia.
Un hombre cuya condena por intento de homicidio fue revocada después de pasar 12 años en la cárcel presentará una demanda acusando a la fiscalía de Queens de haber retenido evidencias y haber engañando a los miembros del jurado en lo que constituye repetidos actos de conductas reprochables que condujeron a decenas de condenas injustas.
La demanda, que los abogados esperan que se presente hoy en la corte federal de Brooklyn, detalla 84 ejemplos en que condenas criminales pedidas y obtenidas por la fiscalía de Queeens fueron revocadas por tribunales superiores por vicios de la acusación. La demanda afirma que el fiscal de distrito de Queens, Richard A. Brown, y su predecesor, John J. Santucci, no han castigado a los fiscales por sus faltas.
La demanda acusa a los fiscales de presentar en algunos casos testimonios falsos de testigos que llegaron a acuerdos de clemencia a cambio de cooperar con la fiscalía, de acuerdo a una copia proporcionada por el abogado querellante. Dice que los fiscales retuvieron evidencias que pueden haber estimulado a testigos a prestar testimonios falsos, y acusa a los fiscales de hacer presentaciones engañosas o falsas ante los jurados.
"Estos casos son sólo la punta del iceberg", dijo Joel B. Rudin, un abogado de Manhattan que presenta la demanda a nombre del hombre de Queens. Rudin ganó un acuerdo de cinco millones de dólares en una demanda contra el despacho del fiscal de distrito del Bronx en 2003, por un caso de conducta reprochable de la fiscalía. Dijo que la mayoría de las condenas y acuerdos de clemencia que implican conducta reprochable de parte de la acusación no eran nunca descubiertos.
El demandante, Shih-Wei Su, fue liberado de la prisión en 2003 después de que una corte federal de apelaciones determinara que un fiscal de Queens obtuviera testimonios falsos contra él y engañara al jurado durante su juicio de 1992. Su tenía 18 años cuando fue condenado en conexión con un tiroteo en 1991 en un salón de billar en Bayside. Fue sentenciado a 16 y 50 años de prisión.
Su estudió leyes mientras cumplía su condena en la Penitenciaría de Coxsackie al norte de Nueva York, pero perdió la apelación de su condena y dos recursos adicionales antes de que una abogada de Asesoría Jurídica, Katheryne M. Martone, fuera asignada al caso. Ella obtuvo acceso a una transcripción previamente sellada que documentaba el acuerdo que hicieron los fiscales con un testigo.
La Corte de Apelaciones del Segundo Circuito revocó la condena, diciendo que la conducta de la fiscalía en el juicio de Su violaba los principios fundamentales de la integridad judicial. "Una condena que es obtenida por medio de testimonios que el fiscal sabe que son falsos, es repugnante para la Constitución", declaró la corte de apelaciones.
Kevin Ryan, portavoz de Brown, dijo la noche pasada que su despacho no había leído la demanda y no podía hacer comentarios sobre ella. Interrogado sobre el juicio de Su, señaló que varias cortes de apelaciones del estado habían mantenido la condena en Queens y agregó: "Creo que la demanda será defendida enérgicamente por el abogado del ayuntamiento".
Según los fiscales, en el tiroteo del salón de billar los miembros de una pandilla callejera llamada los Tigres Blancos dispararon contra los Dragones Verdes, una pandilla rival, por órdenes de Su. Los fiscales, basándose en el testimonio de un testigo clave, dijo que Su había ordenado a otros miembros de su pandilla disparar contra los rivales, pero que salió del recinto antes de que empezara el tiroteo. El testigo estaba acusado de robo en un caso separado y accedió a un acuerdo de clemencia, en el que se le ofreció la libertad condicional a cambio de que testificara contra Su.
Pero los fiscales no contaron nunca al jurado sobre el acuerdo, constató la corte de apelaciones. La corte determinó que la fiscal jefe, Linda Rosero, dijo al jurado que "técnicamente no hubo ningún acuerdo" en cuanto a las condiciones del testimonio del testigo. Rosero preguntó al testigo en el juicio si le habían prometido algo en el caso contra él, y él respondió: "Nada en absoluto".
Rosero ya no trabaja en el despacho del fiscal de distrito. Localizada por teléfono la noche de ayer se negó a hacer comentarios.
Su dijo en una entrevista por teléfono la noche pasada que la demanda era la culminación de pasar casi la mitad de su vida tratando de probar su inocencia y de exponer la corrupción del sistema jurídico. "Me robaron 12 de los mejores años de mi vida debido al sistema", dijo Su, que trabaja como consultor financiero en Manhattan.
"Viví como un animal, sin derechos", dijo. "Estuve emocionalmente muerto en una pesadilla sin fin, y lo único que me mantuvo vivo fue que quería que el mundo se enterara de que están metiendo a gente inocente en la cárcel".

16 de febrero de 2006

©new york times
©traducción mQh

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