miami podría legalizar a inmigrantes
[Rui Ferreira] Lo presenta el senador McCain en Miami y legalizaría a miles de inmigrantes ilegales.
El senador republicano John McCain presentó ayer en Miami una revolucionaria propuesta migratoria que abriría directamente las puertas de la ciudadanía a los inmigrantes ilegales, en medio de un poco usual consenso bipartidista en el sur de la Florida.
La idea, explicó el senador por Arizona a un grupo de periodistas en un encuentro realizado en el Miami Dade College, es permitir que los trabajadores ilegales sean encuadrados en un plan de legalización de su trabajo durante seis años, plazo tras el cual recibirían su permiso de residencia definitivo.
Instado a precisar, McCain añadió que "de esta forma la ciudadanía está a un paso", una aspiración de los inmigrantes "completamente justificada".
El senador enfatizó que la ciudadanía debe "ganarse" porque es "un honor", y una forma de llegar efectivamente a ella es que los inmigrantes salgan de la oscuridad y se presenten ante las autoridades de inmigración con informaciones sobre sus actuales trabajos.
"Creo que se debe ganar la ciudadanía. Pero si has estado trabajando temporalmente legalizado, se te debe hacer mucho más fácil obtenerla. Y es lo que proponemos", añadió.
En su opinión, "más del 90 por ciento de los inmigrantes ilegales tienen trabajo, muchos pagan sus impuestos y la realidad es que el gobierno no ha sabido identificarlos", explicó el senador.
McCain vino a Miami en el marco de una gira por todo el país para promover su propuesta migratoria, que es fruto de un esfuerzo bipartidista. En este empeño, el senador republicano es secundado por su colega demócrata Edward Kennedy.
Como reflejo de ello, a la presentación de McCain ayer en el MDC asistieron congresistas, funcionarios y activistas de los dos partidos, un indicio de una unión poco vista en el sur de la Florida.
"Hay miles de personas que contribuyen a este país desde la ilegalidad, en trabajos que aquí nadie quiere hacer, y tenemos que admitir que un desalojo masivo tendría consecuencias devastadoras para muchas industrias en este país. Es una realidad que hay que reconocer", dijo el congresista republicano Lincoln Díaz-Balart, uno de los copatrocinadores del proyecto en la Cámara de Representantes.
McCain negó que su propuesta implique una amnistía para los indocumentados, pero aseguró que tampoco representa una amenaza para la seguridad fronteriza.
"La palabra amnistía no consta en mi diccionario. No estamos recompensando la ilegalidad, se trata de que los ilegales que tienen trabajo se den cuenta que tienen una oportunidad de seguir viviendo en este país", indicó McCain.
El otorgamiento del permiso de residencia y la facilitación del acceso a la ciudadanía, puntualizó, pasa también "por el hecho de que durante esos seis años de trabajadores temporales no hayan cometido crímenes o no hayan sido arrestados por algún tipo de delito.
"Esta propuesta es un reflejo del espíritu de la inmigración en este país. No es una propuesta para crear problemas ni fomentar el racismo", señaló el activista demócrata Joe García, portavoz de la National American Opportunities Campaign, una coalición de organizaciones locales y nacionales que apoyan la propuesta McCain-Kennedy.
Según García, la propuesta cobra más importancia después que la semana pasada el Congreso aprobó un proyecto del senador republicano James Sensenbrenner que crea sanciones severas para quien proteja o dé empleo a los inmigrantes ilegales.
"Hay que recordar que en estos momentos se están tomando las medidas más antiinmigrantes en este país. La ley Sensenbrenner salió con el apoyo del 95 por ciento de los republicanos en el Congreso. Por ello, hay que felicitar al senador McCain por su proyecto y a los congresistas cubanoamericanos del sur de la Florida por su apoyo", añadió García.
Díaz-Balart admitió que la implementación de la propuesta de McCain deberá enfrentarse a una enorme burocracia gubernamental dentro de la máquina migratoria.
Por ello, "hay que darle más recursos, muchos más recursos" ya que "ninguna solución migratoria o de control de fronteras es viable sin recursos".
Por otro lado, McCain se refirió al problema de la ley de "pies secos-pies mojados", la cual en su opinión debe ser revisada.
"El problema de la existencia de esa ley es obviamente el régimen en Cuba que obliga a sus ciudadanos a sacrificarse y tirarse al mar. Pero creo que hay que revisar cómo ha sido su implementación desde que fue creada", dijo el senador.
Para McCain la reciente devolución a la isla de un grupo de cubanos encontrados en un pilar del viejo puente de la Siete Millas, "es un ejemplo" de la necesidad de esa revisión.
El senador aprovechó la oportunidad para señalar que en relación al caso del otorgamiento de una licencia a una empresa de los Emiratos Arabes Unidos para que administre siete puertos del país, entre ellos el de Miami, no "debe provocar tanta polémica".
"Hay que darle al Presidente la oportunidad de explicarse. Aquí no se plantea un problema de seguridad; la seguridad de los puertos es un trabajo del Servicio Guardacostas, de las autoridades del Departamento de Seguridad Territorial, no de una empresa privada", dijo.
En su opinión, en este caso "no se plantea de que una nación, otra nación, esté a cargo de nuestros puertos. ¿Qué quieren que hagamos, que les neguemos a las empresas árabes que vengan aquí sólo porque son árabes? Eso sería un insulto para nuestros amigos en el mundo árabe que, afortunadamente, son muchos".
La idea, explicó el senador por Arizona a un grupo de periodistas en un encuentro realizado en el Miami Dade College, es permitir que los trabajadores ilegales sean encuadrados en un plan de legalización de su trabajo durante seis años, plazo tras el cual recibirían su permiso de residencia definitivo.
Instado a precisar, McCain añadió que "de esta forma la ciudadanía está a un paso", una aspiración de los inmigrantes "completamente justificada".
El senador enfatizó que la ciudadanía debe "ganarse" porque es "un honor", y una forma de llegar efectivamente a ella es que los inmigrantes salgan de la oscuridad y se presenten ante las autoridades de inmigración con informaciones sobre sus actuales trabajos.
"Creo que se debe ganar la ciudadanía. Pero si has estado trabajando temporalmente legalizado, se te debe hacer mucho más fácil obtenerla. Y es lo que proponemos", añadió.
En su opinión, "más del 90 por ciento de los inmigrantes ilegales tienen trabajo, muchos pagan sus impuestos y la realidad es que el gobierno no ha sabido identificarlos", explicó el senador.
McCain vino a Miami en el marco de una gira por todo el país para promover su propuesta migratoria, que es fruto de un esfuerzo bipartidista. En este empeño, el senador republicano es secundado por su colega demócrata Edward Kennedy.
Como reflejo de ello, a la presentación de McCain ayer en el MDC asistieron congresistas, funcionarios y activistas de los dos partidos, un indicio de una unión poco vista en el sur de la Florida.
"Hay miles de personas que contribuyen a este país desde la ilegalidad, en trabajos que aquí nadie quiere hacer, y tenemos que admitir que un desalojo masivo tendría consecuencias devastadoras para muchas industrias en este país. Es una realidad que hay que reconocer", dijo el congresista republicano Lincoln Díaz-Balart, uno de los copatrocinadores del proyecto en la Cámara de Representantes.
McCain negó que su propuesta implique una amnistía para los indocumentados, pero aseguró que tampoco representa una amenaza para la seguridad fronteriza.
"La palabra amnistía no consta en mi diccionario. No estamos recompensando la ilegalidad, se trata de que los ilegales que tienen trabajo se den cuenta que tienen una oportunidad de seguir viviendo en este país", indicó McCain.
El otorgamiento del permiso de residencia y la facilitación del acceso a la ciudadanía, puntualizó, pasa también "por el hecho de que durante esos seis años de trabajadores temporales no hayan cometido crímenes o no hayan sido arrestados por algún tipo de delito.
"Esta propuesta es un reflejo del espíritu de la inmigración en este país. No es una propuesta para crear problemas ni fomentar el racismo", señaló el activista demócrata Joe García, portavoz de la National American Opportunities Campaign, una coalición de organizaciones locales y nacionales que apoyan la propuesta McCain-Kennedy.
Según García, la propuesta cobra más importancia después que la semana pasada el Congreso aprobó un proyecto del senador republicano James Sensenbrenner que crea sanciones severas para quien proteja o dé empleo a los inmigrantes ilegales.
"Hay que recordar que en estos momentos se están tomando las medidas más antiinmigrantes en este país. La ley Sensenbrenner salió con el apoyo del 95 por ciento de los republicanos en el Congreso. Por ello, hay que felicitar al senador McCain por su proyecto y a los congresistas cubanoamericanos del sur de la Florida por su apoyo", añadió García.
Díaz-Balart admitió que la implementación de la propuesta de McCain deberá enfrentarse a una enorme burocracia gubernamental dentro de la máquina migratoria.
Por ello, "hay que darle más recursos, muchos más recursos" ya que "ninguna solución migratoria o de control de fronteras es viable sin recursos".
Por otro lado, McCain se refirió al problema de la ley de "pies secos-pies mojados", la cual en su opinión debe ser revisada.
"El problema de la existencia de esa ley es obviamente el régimen en Cuba que obliga a sus ciudadanos a sacrificarse y tirarse al mar. Pero creo que hay que revisar cómo ha sido su implementación desde que fue creada", dijo el senador.
Para McCain la reciente devolución a la isla de un grupo de cubanos encontrados en un pilar del viejo puente de la Siete Millas, "es un ejemplo" de la necesidad de esa revisión.
El senador aprovechó la oportunidad para señalar que en relación al caso del otorgamiento de una licencia a una empresa de los Emiratos Arabes Unidos para que administre siete puertos del país, entre ellos el de Miami, no "debe provocar tanta polémica".
"Hay que darle al Presidente la oportunidad de explicarse. Aquí no se plantea un problema de seguridad; la seguridad de los puertos es un trabajo del Servicio Guardacostas, de las autoridades del Departamento de Seguridad Territorial, no de una empresa privada", dijo.
En su opinión, en este caso "no se plantea de que una nación, otra nación, esté a cargo de nuestros puertos. ¿Qué quieren que hagamos, que les neguemos a las empresas árabes que vengan aquí sólo porque son árabes? Eso sería un insulto para nuestros amigos en el mundo árabe que, afortunadamente, son muchos".
rferreira@elnuevoherald.com
24 de febrero de 2006
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