reeditan biografía de capote
Originalmente publicado en 1988, ‘Truman Capote, la biografía’ es considerado el libro definitivo acerca del creador de la "novela de no ficción", un personaje complejo, atormentado y extraordinariamente difícil de abordar. Y si bien ha sido objeto de múltiples alabanzas por su inmersión en la figura que retrata -y también de reproches por los vacíos de su investigación-, difícilmente habría tenido un retorno masivo a las librerías de no ser por el estreno de Capote. El filme de Bennett Miller ha generado una fiebre cuya imagen emblemática no es la de un Capote acabado por el alcohol y las drogas -ni la de aquel efebo que ilustró la edición original-, sino la de Philip Seymour Hoffman haciendo de Capote en una especie de making of de ‘A sangre fría’.
El versátil intérprete que postula al Oscar a Mejor Actor -tal como la cinta lo hace a Mejor Película- es el rostro que decora la nueva edición de la biografía que hace algunas semanas publicó en España Ediciones B. A ésta se suma en estos días el lanzamiento de la edición en español de la novela ‘Crucero de verano’, extraída de un conjunto de textos que el autor garabateó en su adolescencia.
Al Desnudo
La biografía de Clarke es de las que parecen incluirlo todo: ahí está la infancia vivida con parientes, el romance con el académico Newton Arvin y la afición del escritor por las mujeres acomodadas, a quienes llamaba "cisnes".
En la miríada de temas, sin embargo, sobresale el proceso que llevó a la elaboración de ‘A sangre fría’ y las amargas consecuencias de su éxito. El libro que remeció los cimientos de las letras estadounidenses da cuenta del brutal asesinato, en noviembre de 1959, de cuatro miembros de una familia en el tranquilo pueblo de Holcomb, Kansas, y de lo que ocurrió con sus autores, Perry Smith y Richard ‘Dick’ Hickock.
Capote partió a Kansas a escribir una historia periodística, pero advirtió que había algo más grande, se instaló allá y recogió múltiples testimonios. Pero su tarea más sensible fue recurrir a Smith y Hickcok, sentenciados a la pena máxima pocos meses después de los hechos. Lo que vino está en los datos del libro y el filme lo convierte en una tesis: Capote pagó abogados para alargar el proceso por años de modo que los asesinos le contaran todo. En especial Smith, con quien desarrolló una complicidad afectiva derivada de la historia de abandono que ambos padecieron. Pero cuando la confesión estuvo completa, Capote retiró el dinero para los abogados: sin ejecución no habría libro.
El ajusticiamiento de Smith y Hickocken 1965, coincidió con la publicación de ‘A sangre fría’, que se convirtió primero en superventas y luego en clásico. Capote, ebrio de fama y elogios, no volvería sin embargo a escribir una novela en los 19 años que siguieron hasta su muerte. Clarke no lo pone en estos términos (dice, más bien, que Capote era un tipo ambicioso, aunque normal), pero es como si el autor hubiese pactado con el diablo para alcanzar la gloria y luego hubiese debido pagar las consecuencias, remordimientos incluidos. Hasta el último día.
25 de febrero de 2006
©la tercera
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