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en guantánamo se puede torturar


[Josh White y Carol D. Leonnig] Dice gobierno estadounidense. La Ley McCain no se aplicaría en la prisión cubana.
Abogados del gobierno de Bush, impugnando una demanda por torturas de un detenido en Bahía Guantánamo, argumentaron ayer que la nueva ley que prohíbe el tratamiento cruel, inhumano o degradante de los detenidos bajo custodia estadounidense no se aplica a las personas retenidas en la prisión militar.
Ayer en el tribunal federal y en demandas legales, abogados del ministerio de Justicia argumentaron que un detenido en Bahía Guantánamo, Cuba, no puede usar las leyes redactadas por el senador John McCain (republicano, Arizona) para rechazar el tratamiento que los abogados del detenido describieron como "torturas sistemáticas".
Abogados del gobierno han argumentado que otra parte de esa misma ley, la Ley sobre el Tratamiento de Detenidos, de 2005, impide el acceso general a tribunales estadounidenses a todos los prisioneros en Bahía Guantánamo. Por eso, dijeron, Mohammed Bawazir, un nacional yemení encarcelado desde mayo de 2002, no puede buscar protección bajo las disposiciones contra la tortura.
Los abogados de Bawazir argumentaron que las nuevas tácticas, "extremadamente dolorosas" utilizadas por el gobierno para alimentarlo forzosamente y terminar su huelga de hambre, equivalen a tortura.
La juez de distrito Gladys Kessler dijo en una vista ayer que pensaba que las acusaciones de tácticas militares agresivas empleadas para romper la huelga de hambre de los detenidos eran "extremadamente inquietantes" y posiblemente contra las leyes estadounidenses e internacionales. Pero abogados del ministerio de Justicia argumentaron que incluso si las tácticas eran consideradas en violación de las leyes de McCain, los detenidos en Guantánamo no podían impugnarlas ante tribunales.
En el caso de Bawazir, el gobierno sostiene que tenía que intervenir forzosamente pues la huelga de hambre estaba provocando una peligrosa reducción de su peso. En enero, los guardias amarraron a Bawazir a una silla especial, le colocaron un tubo más largo que el que habían usado previamente para introducírselo en la nariz y lo mantuvieron inmovilizado durante casi dos horas para asegurarse de que no vomitara el alimento que le habían dado, dijeron el gobierno y los abogados de Bawazir.
Richard Murphy Jr., abogado de Bawazir, dijo que su cliente cedió ante las nuevas técnicas y empezó a comer alimentos sólidos después del primer uso de la silla de compostura. Murphy dijo que los militares hicieron el proceso deliberadamente doloroso y embarazoso, observando que Bawazir se ensució a sí mismo debido al método.
Kessler dijo que llegar a la raíz de las acusaciones es un "asunto urgente".
"Esas acusaciones... describen repugnantes tratamientos que, de probarse, son crueles, profundamente inquietantes y en violación de" tratados extranjeros y estadounidenses que prohíben la tortura, dijo Kessler a los abogados del gobierno. Dijo que necesita más información, pero dejó claro que está considerando la prohibición del uso de tubos de alimentación gástrico-nasales más grandes y de la silla de compostura.
En actas judiciales, los abogados del ministerio de Justicia sostuvieron que la redacción de la ley escrita por los senadores Lindsey O. Graham (republicano, Carolina del Sur) y Carl M. Levin (demócrata, Michigan) da a los detenidos de Guantánamo acceso a los tribunales solamente para recurrir su condición de enemigos combatientes y las condenas por comisiones militares.
"Desgraciadamente, creo que el gobierno tiene razón; es una interpretación correcta de la ley", dijo Tom Malinowski, director en Washington de Human Rights Watch. "La ley dice que no puedes torturar a prisioneros en Guantánamo, pero también que no puedes defender esa ley en los tribunales".
Thomas Wilner, un abogado que representa a varios detenidos en Guantánamo, accedió a que la ley no puede ser implementada. "Para eso se hizo Guantánamo en primer lugar, como un lugar donde mantener fuera de Estados Unidos a los detenidos, de modo que no pudieran acceder a los tribunales", dijo Wilner.
Una portavoz de McCain no devolvió las llamadas ayer.
Murphy dijo al juez que la afirmación de los militares de que cambiaron de táctica para proteger a Bawazir no debe ser creída. Observó que el 11 de enero -días después de la aprobación de la nueva ley- el ministerio de Defensa hizo una determinación de salud idéntica sobre otros veinte detenidos, todos ellos participantes de la huelga de hambre.
Funcionarios de Bahía Guantánamo niegan que las tácticas constituyan tortura. Escribieron en declaraciones juradas que son medidas necesarias para asegurar la salud de los detenidos. El general de división Jay W. Hod, el comandante del campo de prisioneros, escribió que las acusaciones de Bawazir son "patentemente falsas".
"En resumen, él es un terrorista adiestrado por al Qaeda, que ha sido enseñado para reclamar que ha sido torturado, maltratado, y que ha sido sometido a maltratos médicos en caso de que lo capturaran", escribió Hood. Agregó que Bawazir presuntamente viajó a Afganistán para adiestrarse para la yihad y finalmente peleó con los talibanes contra tropas estadounidenses.
El capitán de marina Stephen G. Hooker, que dirige el hospital del campo de prisioneros, observó que la huelga de hambre empezó el 8 de agosto, alcanzó su punto álgido de 131 participantes del11 de septiembre y descendió a 84 en Navidad. Tras el uso de la silla, sólo cinco prisioneros continuaron la huelga.
Hooker escribió que sospechaba que Bawazir estaba vomitando la comida después de ser alimentado. Bawazir pesaba 59 kilos a fines de 2002, de acuerdo a Hooker, pero sólo 44 cuando fue amarrado a la silla por primera vez. El domingo, su peso había vuelto a 59 kilos, dijo el gobierno.
Kessler observó con irritación que Hood y Hooker hicieron varias afirmaciones generales sobre el grupo de prisioneros en huelga de hambre al defender los nuevos métodos de alimentación forzada usados con Bawazir.
"Yo sé que es triste cuando un juez federal tiene que preguntar esto a un abogado del ministerio de Justicia, pero tengo que preguntarle: ¿por qué debería creerle?", preguntó Kessler al abogado del ministerio de Justicia, Terry Henry.
Henry dijo que intentaría reunir más información de los funcionarios, pero dijo que no había bases legales para la intervención de tribunales. El peso de Bawazir ha vuelto a la normalidad, su salud es "fuerte" y ya no está en huelga de hambre, dijo Henry.

3 de marzo de 2006
©washington post
©traducción mQh
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