Blogia
mQh

queman a vagabundo en boston


[Maria Cramer] En un parque North End. Indignación en la ciudad.
Boston, Estados Unidos. Ayer en la madrugada un vagabundo que dormía en un parque de North End fue atacado, rociado con fluido de encendedor y quemado por dos hombres no identificados, informó la policía.
Funcionarios de la ciudad expresaron su indignación y advirtieron a otros vagabundos que se mantuvieran alertas mientras Scott Capella, 30, seguía estable en el Hospital General de Massachusetts ayer por la tarde.
Capella pudo desprenderse de sus ropas en llama, pero sufrió quemaduras en su pierna izquierda.
La policía dijo que el asalto ocurrió a la 1:53 de la mañana, en Langone Park, en Commercial Street.
El alcalde Thomas M. Menino dijo ayer que el Pine Street Inn, refugio para gente sin techo de Boston, enviaría dos furgonetas antes del horario normal para recoger a gente sin techo del área e informarles sobre el ataque.
Menino, dirigiéndose a periodistas frente al ayuntamiento, calificó de "cobardes" a los agresores y juró que serían capturados.
"Os encontraremos", dijo. "Os vamos a encerrar. Esperamos que el jurado y el juez os castiguen severamente".
Jim Greene, director suplente de la Comisión de Refugios de Emergencia de la ciudad, visitó a la víctima en el hospital ayer por la tarde.
"Está agitado, pero se pondrá bien", dijo Greene.
Greene dijo que la víctima le dijo que había llevado a su amiga al refugio, pero luego, incapaces de encontrar un lugar para sí mismo, se instaló cerca de un pino en Langone Park y se durmió.
Despertó cuando dos hombres le empezaron a dar patadas en el estómago y haciendo comentarios despectivos sobre él, dijeron Greene y Menino.
Los agresores se marcharon, y Capella volvió a dormirse, pero momentos después los dos hombres volvieron y empezaron a rociarlo con fluido de encendedor, dijero Greene y Menino.
Luego le prendieron fuego y huyeron hacia la North Washington Street, dijo la policía.
Capella se sacó rápidamente la ropa, impidiendo que las llamas se extendieran al resto de su cuerpo.
Para cuando la policía llegó al lugar de los hechos a la 1:53 de la mañana, las llamas de la ropa que se quemaba alcanzaban un metro y medio.
Los agentes encontraron a la víctima parcialmente vestida y tiritando a unos tres metros del fuego.
La víctima ha vivido intermitentemente en la calle durante los últimos tres años, dijo Greene.
"Es una persona cariñosa", dijo.
Capella durmió el viernes pasado en el Pine Street Inn, pero no había sido visto desde entonces, dijo Lyndia Downie, que gestiona el refugio.
La gente que usa el refugio expresaron preocupación ayer que de alguien pudiera estar atacando a la gente sin techo y pudiera atacar de nuevo, dijo.
El refugio planea permanecer abierto durante todo el día en caso de que la gente se sienta demasiado atemorizada como para estar en la calle, dijo Downie.
"Mucha de la gente con la que trabajamos son blancos fáciles", dijo. "Creo que a veces la gente piensa que como son sin techo, nadie se va a a preocupar. Es claramente un acto de violencia injustificada".
La víctima dijo no conocer a sus agresores ni el motivo de la agresión.
"Es simplemente un acto de agresión sin sentido", dijo Greene.
Ayer en el parque todo lo que quedaba de la quemazón era una enorme sección carbonizada que parecían desperdicios de gato.
Ben Hodgkins, 63, de North End, dijo que saca a pasear a su perro Sherman al parque todos los días. En las últimas semanas, había visto una bolsa llena de ropa, incluyendo una chaqueta y pantalones kaki.
En el verano, los vagabundos duermen debajo del pino en el parque, dijo. Pero durante el invierno el parque, que da a la dársena, es demasiado frío para ellos y se marchan a otro lugar.
Ayer, Hodgkins y su esposa, Sandra, 44, jugaron con Sherman en una cancha de béisbol a apenas unos metros de la ropa carbonizada.
"Nunca vi algo tan violento en este parque", dijo Hodgkins. "Es asombroso".
Los padres empujaban a sus hijos en los columpios y entusiastas de los ejercicios patinaban en el parque junto a la Commercial Street, una ajetreada zona de restaurantes, estacionamientos y edificios de apartamentos de ladrillos rojos.
"Es horrible", dijo George Mendoza, 38, que estaba sentado en un columpio junto a su hijo de ocho años. "Es una vergüenza que ocurra una cosa así... En esta zona no se patrulla".
Pero Roxanne Davenport, 40, de Roslindale, dijo que la agresión era un recordatorio de lo indefensa que es la gente sin techo y lo difícil que es protegerlos para el ayuntamiento.
"Siempre es terrible que pase una cosa así", dijo, sentada en un banco en el parque, acunando a su niña de dos años, durmiendo pegada a su pecho. "¿Qué puedes decir?... Es difícil proteger a alguien a las dos de la mañana".

mcramer@globe.com
6 de marzo de 2006
©boston globe
©traducción mQh
rss

visita página policial

0 comentarios