detectives de la mafia
[Alan Feuer] Según declaraciones de testigo.
Al contar su historia sobre asesinatos y corrupción en el reino de la mafia, un viejo traficante de marihuana contó hoy a los miembros del jurado de Louis J. Eppolito y Stephen Caracappa que en 1986 los dos detectives de Nueva York asesinaron en un aparcadero a un joyero corrompido y luego, años después, se jactaron sobre el asesinato en un encuentro secreto en un cementerio de Staten Island.
Fue el segundo día de testimonios del traficante, Burton Kaplan, en el juicio de los dos detectives, que están acusados de haber participado en al menos ocho asesinatos por encargo de la familia de la mafia, Luchese, de Brooklyn.
Kaplan, que está cumpliendo una sentencia de cárcel de 27 años, contó hoy una impresionante historia sobre el homicidio con arma de fuego de Israel Greenwald, un joyero que cometió el grave error de cruzarse con él en una trama para vender letras del Tesoro.
El traficante de marihuana, 72, y enfermo, habló en tono grave y medido para decir que había dado el contrato de asesinato al primo de Eppolito, Frank Santora Jr., y que el primo a su vez reclutó al detective y su colega para parar a Greenwald en la carretera, decirle que lo buscaban en relación con un accidente en que el conductor se había dado a la fuga y luego asesinarlo a sangre fría.
"El tipo iba conduciendo su coche", le informó Kaplan a Santora una vez que terminó el encargo. "Pusieron los focos y lo pararon, diciéndole que lo querían para una rueda de identificación.
"Según Frank, lo llevaron a un taller de reparaciones de un amigo de ellos".
Allá, dijeron los fiscales, amarraron a Greenwald de las manos, le metieron una bolsa de plástico en la cabeza, la ataron con su propio pañuelo y luego le dispararon dos tiros en la cabeza.
Fue el segundo día de testimonios del traficante, Burton Kaplan, en el juicio de los dos detectives, que están acusados de haber participado en al menos ocho asesinatos por encargo de la familia de la mafia, Luchese, de Brooklyn.
Kaplan, que está cumpliendo una sentencia de cárcel de 27 años, contó hoy una impresionante historia sobre el homicidio con arma de fuego de Israel Greenwald, un joyero que cometió el grave error de cruzarse con él en una trama para vender letras del Tesoro.
El traficante de marihuana, 72, y enfermo, habló en tono grave y medido para decir que había dado el contrato de asesinato al primo de Eppolito, Frank Santora Jr., y que el primo a su vez reclutó al detective y su colega para parar a Greenwald en la carretera, decirle que lo buscaban en relación con un accidente en que el conductor se había dado a la fuga y luego asesinarlo a sangre fría.
"El tipo iba conduciendo su coche", le informó Kaplan a Santora una vez que terminó el encargo. "Pusieron los focos y lo pararon, diciéndole que lo querían para una rueda de identificación.
"Según Frank, lo llevaron a un taller de reparaciones de un amigo de ellos".
Allá, dijeron los fiscales, amarraron a Greenwald de las manos, le metieron una bolsa de plástico en la cabeza, la ataron con su propio pañuelo y luego le dispararon dos tiros en la cabeza.
15 de marzo de 2006
©new york times
©traducción mQh
0 comentarios