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espía suizo fugitivo


[Sebastian Rotella] Un ex informante que se convirtió al islam dice que sus contactos le pidieron que implicara en una conspiración a un clérigo musulmán. Funcionarios dicen que se trata de una venganza personal.
Ginebra, Suiza. Aparte bancos y chocolates, esta apacible ciudad lacustre tiene otro motivo para ser famosa: Está llena de espías.
Claude Covassi, un experto en artes marciales de anchas espaldas y ojos pardos, era uno de ellos. Empezó como informante de la inteligencia suiza a principios de 2004, se convirtió al islam e infiltró círculos fundamentalistas en su ciudad natal. Siguió hasta las mezquitas de Siria, donde se prepara a los aspirantes a mártir extranjeros para entrar a Iraq, la ruta de los yihadistas.
Pero en febrero, intempestivamente, el agente secreto buscó la publicidad. Reveló su misión con respecto a su principal objetivo, un clérigo musulmán que ha sido periódicamente acusado de extremismo, y dio entrevistas a la prensa acusando a sus contactos en el servicio secreto de querer implicar falsamente al clérigo. Desde entonces, Covassi ha revelado todo, desde documentos confidenciales hasta detalles de operaciones clandestinas.
El ex espía insiste en que abandonó su mascarada porque descubrió la fe.
"No me convencieron los grandes discursos, sino el poder de las oraciones y la comprensión del Corán", dijo Covassi, 36, en una entrevista hace poco por e-mail desde su refugio en Egipto. "El islam ha transformado mi vida".
Pero funcionarios suizos antiterroristas rechazan sus acusaciones y lo acusan de llevar a cabo una venganza personal. No está claro quién está manipulando a quién.
La historia de Covassi proporciona una poco común visión a nivel de calle de la lucha contra el extremismo musulmán. En todas las comunidades musulmanas de Europa las fuerzas de seguridad están realizando una agresiva vigilancia de las mezquitas, lugares de oración, librerías, carnicerías, cafés cibernéticos y otros locales donde las actividades legales de los fundamentalistas convergen con el terrorismo.
El caso del informante renegado también revela los riesgos implicados para las agencias de espionaje -y para una desaliñada legión de soldados secretos en las primeras líneas.
Covassi dice que era un peón en una guerra de territorio entre servicios secretos nacionales y extranjeros en Suiza que se parece a los conflictos entre las agencias antiterroristas de otros países.
"Creo que la situación no se habría deteriorado tan seriamente si nuestros diferentes servicios de inteligencia colaboraran un poco", dijo. "En realidad, he podido observar que están rivalizando constantemente, tratando incluso de causarse daño unos a otros".
Su guerra de palabras ha sacudido a las fuerzas antiterroristas de un pequeño país con un submundo militante asombrosamente activo. Abundan las preguntas sobre los motivos de Covassi. ¿Se está vengando por un problema de dinero o por rencor? ¿Se ha asociado con los extremistas? Aumentando la incertidumbre sobre su credibilidad, el mes pasado un tribunal lo sentenció en ausencia a ocho meses de cárcel por comerciar en esteroides anabólicos cuando enseñaba box tailandés en un gimnasio en 2002.
Algunos funcionarios creen que está tratando de presionar al gobierno para eludir la pena de cárcel.
"A veces utilizas una fuente y todo sale mal", dijo un funcionario de seguridad suizo, que pidió permanecer anónimo. "No sé cuánto de lo que dice son disparates que utiliza para evitar el caso judicial".
Los Angeles Times confirmó partes fundamentales de la historia de Covassi en entrevistas con funcionarios de seguridad y legislativos suizos, agentes antiterroristas europeos y otros involucrados o familiarizados con los acontecimientos. Y Covassi respalda su historia proporcionando nombres y números de teléfono de sus contactos y conversaciones confidenciales por e-mail con esos contactos.
La comisión de supervisión de la inteligencia del Congreso suizo está investigando el caso. Pero las dudas persisten, especialmente en relación con la acusación de Covassi de que los jefes del espionaje conspiraron para desprestigiar al controvertido clérigo musulmán Hani Ramadan, vinculándolo con militantes relacionados con Iraq. El hermano de Ramadan, Tariq, es un intelectual musulmán internacionalmente conocido.
Sin comentar sobre detalles, el jefe de la policía federal Jean-Luc Vez dijo que no sabía que se hubiese cometido algún delito.
"El servicio de inteligencia respeta la ley", dijo Vez. "No conocemos ningún caso como para acusarlos de alguna actividad ilegal".
Pero Vez dijo que la historia y prestigio de Ramadan eran motivos para su investigación. "Sus escritos son ambiguos", dijo. "Es normal que se les preste atención".
Hani Ramadan dice que podría querellarse contra el gobierno, pero que esperará los resultados de la pesquisa parlamentaria. Se ha negado a hacer más comentarios.
"Siempre he dicho que el Centro Islámico de Ginebra no tiene nada que ocultar", dijo Ramadan en una declaración escrita. "Lo prueban los dos años de investigaciones secretas realizadas por un agente..., porque no se han traducido en ninguna investigación ni sanción oficial".
Ramadan y Covassi son personajes ambiguos en una ciudad de sombras.
Ginebra ha sido durante largo tiempo un cruce de intrigas porque es una base de instituciones internacionales, incluyendo a Naciones Unidas, un refugio de disidentes y un depósito de fortunas colosales y de origen dudoso de todo el planeta. Agentes soviéticos y occidentales se fastidiaron mutuamente aquí durante la Guerra Fría, en este territorio nominalmente neutral.
"Es un lugar plagado de espías", dijo el ex diputado y autor Jean Ziegler, amigo de la familia Ramadan.
Desde el 11 de septiembre de 2001, el juego de capa y espada tiene un nuevo foco. Las autoridades han congelado millones de dólares de sospechosos de ser financistas del terrorismo e investigado grupos locales presuntamente vinculados a Al Qaeda.
Los musulmanes constituyen un cuatro por ciento de la población suiza de 7.5 millones, la mayoría de ellos inmigrantes de los Balcanes que son considerados moderados. Pero Ginebra atrae a ideólogos musulmanes extremistas y yihadistas, que se han convertido en prioridades de las agencias policiales.

Un Recluta Inverosímil
De acuerdo a quienes le conocen y según él mismo, Covassi es un operador dedicado, atlético, infatigable y hábil.
Hijo de una jornalero italiano, creció aquí y se marchó a París a estudiar filosofía. Pero también acumuló dos condenas por fraude en Suiza. Rebotando por toda Europa, trabó amistad con activistas de extrema izquierda en Italia y vendedores de cocaína en la parrandera isla española de Ibiza entre 2001 y 2003, de acuerdo a su propia versión. Esos contactos lo ayudaron a desempeñarse como informante de la policía antinarcóticos en su ciudad natal, dijeron Covassi y funcionarios suizos.
Un amigo de infancia en la policía de inteligencia lo introdujo a agentes del servicio nacional de inteligencia, el Servicio de Análisis y Prevención, SAP. Los agentes lo ayudaron a salir de la cárcel después de ser detenido por cargos de fraude con tarjeta de crédito en febrero de 2004, dijo, y lo reclutaron para una misión apodada Operación Menfis.
"El SAP parecía estar preocupado del peligro terrorista en Suiza", dijo Covassi. "Yo no sabía nada sobre el islam. La Operación Menfis parecía útil. Yo no tenía salario. Se me pagaban los gastos más algunos ‘regalos'. En total me pagaron 12.200 dólares".
Covassi empezó a asistir al Centro Islámico de Ginebra, una mezquita administrada por Ramadan, 47. Ramadan y su telegénico hermano Tariq han sido espiados por los servicios secretos del mundo durante décadas.
Su abuelo materno fue Hassan Banna, un egipcio que fundó en 1928 la Hermandad Musulmana, un grupo radical a veces violento que busca el renacimiento del islam y rechaza la occidentalización. Las filosofías del grupo han inspirado a movimientos musulmanes en todo el mundo, incluyendo a los que engendraron a Al Qaeda.
Después del asesinato de Banna en 1949, su padre, Said Ramadan, ayudó a difundir la influencia del grupo en todo el mundo musulmán, pero huyó pronto de Egipto para evitar la represión del gobierno.
Los hermanos Ramadan son nacidos y criados en Ginebra, donde su padre obtuvo asilo político en los años cincuenta. Los dos clérigos dicen que han renunciado a los aspectos intolerantes de su legado.
Pero varios importantes funcionarios antiterroristas y académicos europeos los ven como ideólogos siniestros. Estados Unidos revocó un visado para Tariq Ramadan en 2004 cuando debía empezar una docencia en la Universidad de Notre Dame.
"Hemos estado interesados en los Ramadan durante un largo tiempo", dijo el funcionario de seguridad suizo. "Pero no hemos encontrado nada para acusarles judicialmente. Son compañeros de ruta... Son predicadores. Están difundiendo el radicalismo".
En 2002 el gobierno local despidió a Hani Ramadan de su trabajo como profesor de francés en una escuela pública debido a un artículo que escribió sobre la ley islámica en el que defendía la lapidación de las mujeres adúlteras. Un tribunal resolvió más tarde que el despido fue excesivo.
Los Ramadan también tienen defensores. El gobierno británico nombró a Tariq Ramadan, ahora profesor en Oxford, en una comisión asesora sobre el islam. Ziegler, el antiguo diputado, dice que los hermanos son moderados que han sido calumniados.
"Hay una campaña de difamación permanente de los hermanos Ramadan", dijo Ziegler. "Hani es un organizador, un pedagogo, menos brillante que su hermano. Pero hay una dimensión social en su trabajo en el Centro Islámico, donde ayudan a familias... Si quieres que los inmigrantes musulmanes se conviertan en europeos, tienes que apoyar a los Ramadan".
Para infiltrar el círculo íntimo de Hani Radaman, Covassi utilizó su nombre verdadero y una clásica historia de pantalla: Se presentó como un atormentado ex convicto que buscaba solaz espiritual. A los dos meses, Ramadan lo alentó a convertirse, dijo Covassi.
"Con otros musulmanes empecé un boletín de noticias, Al Qalam, y una asociación para defender los derechos de los musulmanes", dijo. "Por eso estaba en estrecho contacto con Ramadan y pasé muchas tardes con él en su oficina".
El SAP tuvo que recurrir a un informante debido a que las leyes nacionales sobre espionaje prohíben que sus agentes hagan trabajo encubierto e interceptaciones. Las severas restricciones colocan incluso a los agentes que controlan a los informantes en riesgo de quebrantar la ley.
Además de tratar de saber todo sobre los Ramadan, Covassi investigó las redes musulmanas que hacían reclutamiento para Iraq, un nuevo imán para los yihadistas. La radicalización es difícil de combatir incluso en países con estrictas leyes antiterroristas. Los discursos y actividades de muchos ideólogos no son ilegales, incluso si al final empujan a los jóvenes a la violencia.
"¿Qué es ilegal?", pregunta el funcionario de seguridad. "¿Decir a los ‘hermanos' que la invasión de Iraq fue ilegal y que hay que resistirla? ¿Dar a alguien la dirección de un amigo en Jordania?"
Covassi dijo que él no encontró nada que vinculara a Ramadan con el terrorismo.
"No te diré que todos los musulmanes que frecuentan el centro son santos, pero... los únicos hombres que estaban en contacto con grupos terroristas pertenecían a servicios de inteligencia de países extranjeros", dijo.
Mientras Covassi pasaba el tiempo en el Centro Islámico de Ramadan y en la mezquita de Ginebra, más grande y administrada por saudíes, dice que se dio cuenta de que sus organizaciones pululaban con colegas agentes de agencias de espionaje europeas y árabes. Informó a sus contactos sobre un ardiente extremista en la gran mezquita; le dijeron que era un espía sirio reclutando militantes para la guerra en Iraq, dijo.
Investigando la conexión siria, dice Covassi, acompañó hasta Damasco, la capital siria, a militantes que iban a Iraq en enero del año pasado. Allá pasó un tiempo en la mezquita de Fateh y en la escuela del Corán de Abu Nour, que han sido clasificadas en otras investigaciones europeas como centros de distribución internacionales que sostienen a la resistencia iraquí. Allá los militantes exigían 600 dólares para el pasaje a Iraq y 4000 dólares para armas, dijo.
En ambos lugares, dijo Covassi, "los servicios secretos sirios reclutaban para Iraq".
Si es verdad, sus hallazgos refuerzan las acusaciones de que Siria ayuda a la resistencia iraquí, una acusación que Damasco niega. Investigadores europeos dicen que los espías sirios probablemente permiten las actividades militantes en Damasco, pero que probar su participación directa era otra cosa.

Cambio de Opinión
Al volver, Covassi peleó con sus contactos. Los acusó de obligarlo a introducir nombres de militantes sospechosos de marcharse a Iraq en ordenadores del Centro Islámico para comprometer a Ramadan en la red de reclutamiento.
Covassi dijo que para entonces él había empezado a admirar al clérigo "por sus cualidades humanas y la ayuda que me dio en mi conocimiento del islam".
Como resultado, Covassi se distanció del SAP, pero no del espionaje. Empezó a trabajar para el servicio de contraespionaje suizo, conocido por sus iniciales francesas de SRS, e infiltró redes terroristas en Europa y en Oriente Medio.
El nuevo trabajo lo involucró en una dura rivalidad entre el SAP y su nueva agencia, dijo. Covassi proporcionó al Times con fragmentos de conversaciones por e-mail con su contacto en la agencia de contraespionaje. Utilizando nombres secretos, analizan fotos de vigilancia, una cita clandestina en una estación de trenes, una presunta conspiración para atacar un avión de pasajeros israelí con un lanzagranadas en el aeropuerto de Ginebra a fines del año pasado.
Covassi y su contacto se burlan de agentes del SAP, a los que llaman "los Osos".
En un e-mail fechado al 3 de diciembre, un excitado Covassi se queja de que sus antiguos jefes habían renovado sus presiones sobre él para que espiara a Ramadan, al que llama ‘el Gurú'. Se refiere a un apartamento utilizado para operaciones de vigilancia en el Centro Islámico. Y amenaza con revelarlo todo.
"[El agente] me habla todos los días sobre el apartamento frente [al Centro Islámico] y me ha confirmado que los Osos lo quieren usar para espiar al Gurú", escribe Covassi. "Quiero enfatizar unos puntos: 1) Está completamente excluido que yo vaya a participar en este plan y por tanto colocar nombres en las fotos que me muestra [el agente]. 2) Tal como te dije durante nuestra reunión en las montañas, si la situación empeora para el Gurú no dudaré ni un instante en exponer mi colaboración con los Osos y la información que poseo".
Pronto Covassi estaba al borde del abismo. Tuvo dos airadas reuniones con sus antiguos contactos. Dio una entrevista al diario Tribune, de Ginebra, denunciando lo que llamó la persecución de Ramadan.
En los días siguientes, dice, recibió amenazas, su apartamento fue allanado y fue atacado por dos árabes en la calle que lo golpearon salvajemente.
Decidió escapar.
A pesar de su tirada pública, dice Covassi, el 19 de febrero sus contactos en el servicio de contraespionaje lo ayudaron en su fuga. Un agente lo llevó al aeropuerto, le pagaron un billete a España y le dieron unos ocho mil dólares en contante. El SRS ya le había pagado unos 33 mil dólares por sus servicios, dijo.
Interrogado sobre el aparente conflicto entre agencias de espionaje, los funcionarios suizos dijeron que estaban trabajando para mejorar la colaboración.
"Siempre hay competencia entre las agencias", dice Vez, el jefe de policía. "Es algo endémico. Creo que la función de un jefe es asegurarse de que la competencia no sea contraproductiva".
Covassi dijo que viajó de las Islas Canarias a Mauritania, eludió apenas su detención, y luego viajó a Egipto, donde tenía amigos. Dice que ha estado allá desde marzo.
Desde su escondite envía e-mails a periodistas y políticos. Amenaza con revelar secretos bien documentados si la comisión parlamentaria no lo lleva de regreso a Suiza a prestar declaración. A pesar de la familia de Ramadan y de sus vínculos ideológicos con Egipto, Covassi insiste en que la Hermandad Musulmana no le ha dado cobijo.
El espía fugitivo suena lastimero, perdido en su laberinto.
"No tengo dinero", dice Covassi. "He hecho esfuerzos para evitar que me ayuden grupos musulmanes, para que nadie pueda decir que estoy siendo manipulado. Estoy absolutamente solo".

21 de mayo de 2006
©los angeles times

©traducción mQh
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1 comentario

ibrahim -

Assalamalaikoum, je voudrais savoir ce que dit l' islam sur l' achat de maison avec hypoteque .