el collar del dinero
T.J., Henrietta, William, y otros treinta más asisten a la Escuela Preparatoria Canina Diurna Vespertina Country Day [Dog Day Afternoons Country Day Prep]. T.J. es un perro de agua portugués, Henrietta es una bulldog inglés, y William un montañés de Berna.
La preparatoria Country Day es en el mundo de los perros lo que la Academia Milton en el mundo humano. Los perros deben pasar por un extenso proceso de admisión antes de ser aceptados. Muchos son rechazados. Como se lee en su página web: "No se aceptan perros picantes, chatarra ni los perros que son vestidos con poliéster".
"Tenemos algunas razas mezcladas", dice la co-fundadora Nora Meiners, apuntando a Gershwin, un ‘cariñito dorado', una mezcla de caniche y cobrador echado a la sombra en el enorme patio de la escuela. "Gershy, tú también eres guapo y listo", arrulla Meiners. Gershy menea el rabo.
Para ser admitidos, los amos de Gershwin debieron rellenar una solicitud de cuatro páginas, acompañarlo a una ‘entrevista personal', ser entrevistados ellos mismos y presentar dos cartas de recomendación -de su perro. En la solicitud, los ‘apoderados' deben describir el carácter y personalidad del perro, sus intereses y habilidades especiales, y responder algunas preguntas: "¿Ha visitado su perro, en los últimos dos años, a un orientador, psicólogo o terapeuta?"
La tuición es de treinta dólares al día, o 120 por cinco días.
La escuela dice que no discrimina "sobre la base de raza, color o edad". De acuerdo a su declaración de principios, la preparatoria Country Day es una "comunidad educacional altamente exclusiva... Guiamos a nuestros alumnos para que realicen razonablemente las múltiples obligaciones familiares y sociales que se espera de un perro en buena posición; los preparamos para que lleven vidas felices en casa, en el yate, en el club, en las colinas, o donde quiera que dicte el destino..."
Cerca de la mitad de los perros que solicitan son aceptados.
¿A quién se rechaza? "Los perros agresivos, los perros posesivos del alimento, los perros agresivos por los juguetes, los perros que no son demasiado sociales, los perros que no se llevan con otros perros, los perros que son vestidos con poliéster", dice el director Jeffrey Walker, que estudió en la Escuela Preparatoria Rutgers, en Somerset, Nueva Jersey, antes de estudiar en Penn y en Harvard, donde estuvo a punto de obtener su doctorado en Civilización Americana.
"Yo tuve una gran experiencia en la preparatoria y pensaba que todo el mundo debía vivirla", dice Walker, 30. "Ahí hice amigos para toda la vida".
Él y Meiners, que también estudiaron en escuelas privadas, abrieron Country Day en 1998. Opera en un almacén de 500 metros cuadrados en la Harrison Avenue en el Roxbury y la línea del Lado Sur, con un enorme terreno cercado. Los perros pueden venir a uno a cinco días a la semana, pero deben asistir de manera regular, para que aprendan a conocerse unos a otros. No se admiten perros sin aviso. Casi la mitad de ellos son recogidos en casa por personal de Country Day en la mañana, y llevados de vuelta a casa al final del día; los otros son llevados y recogidos por sus amos.
"Un montón de nuestros cientes tienen trabajos de alto nivel... y tienen horarios largos", dice Meiners, mientras cuenta las cabezas y apunta la asistencia. "Riley, Kenmore, Bailey, Pasha, Dutchess. . ."
Hace poco, dos docenas de perros de muchas variedades jugaban -o se echaban una siesta- en el terreno, vigilados por empleados que les rascaban las orejas, le frotaban los estómagos y les hablaban como a bebés. "El caniche normal es Jake, y el perro de caza vizla es Lily", dice Meiners, 31, que se graduó en Emerson College con un diploma en escritura creativa. "El montañés de Berna se llama Boots, y tiene un hermano llamado Louie, que es un labrador color de chocolate. El perro salchicha es Archie y tiene toneladas de ropa. Es el perro mejor vestido de la guardería".
Varios recipientes de metal se encuentran repartidos por el patio, rellenos de agua mineral Poland Spring. Pero, obviamente, los perros no conocen la diferencia entre agua del caño y agua mineral.
"Pero nosotros sí", dice Walker.
Observa que su propio bulldog inglés, Wellington (de apodo ‘Fatty' [Gordito]) conoce la diferencia entre el poliéster y el cachemir. "Tiene un armario lleno, con al menos veinte suéteres, impermeables y botas para el invierno, sombreros, gafas de sol y guantes".
Maestros de Mascotas
La mayoría de los perros comen antes o después de la escuela. Sin son cachorros, o tienen una dieta especial, pueden almorzar en el campus. Pero al menos durante 45 minutos después de la escuela se les prohíbe jugar. "Tienden a hincharse si se echan a correr muy pronto", explica Meiners.
Este verano los perros participaron en un test de cocina para la nueva empresa de Walker: helados para perros. Frostbite comparte oficinas con la preparatoria Country Day. A los parroquianos que están pasando el verano en su segunda casa, Walker ofrece muestras de hielo seco. "Empezamos mezclando hierbas con vitaminas, que es muy saludable. Es bajo en azúcar y bajo en lactosas", dice. De momento tiene 15 sabores, incluyendo Brezo con Huesos. Los favoritos de Walker son los de jalapeño y queso, que él y su perro comparten.
En los días calurosos, los empleados trasladan los chapoteaderos fuera, o colocan lonas y las cubren con agua y plaquetas de hielo para que los perros se puedan dejar caer y deslizarse mejor, o simplemente lamer el hielo. Pero si está ardiendo, o si hace frío o llueve, el tiempo que pueden pasar fuera es limitado.
En el vestíbulo del almacén, un tablón de anuncios hace las veces de álbum fotográfico, con las fotos de los alumnos prendidas con alfileres. El suelo está cubierto de esteras de caucho, las paredes están cubiertas con papel mural forestal. Hay algunas rampas y túneles para que puedan jugar. Los proyectos de arte incluyen pintar con las garras en papel o en las baldosas. Se proyectan películas como ‘Todos los perros van al cielo' [All Dogs Go to Heaven] y, por supuesto, la serie de ‘Wishbone'. "Les encantan los efectos sonoros", dice Meiners.
Para los cumpleaños se piden tartas a una panadería para perros cercana y los perros llevan sombreros de fiesta. Las bolsas de regalos llevan golosinas y juguetes. Y los dueños también reciben cestas con regalos para sus cumpleaños.
Luego también están los informes escolares. Vinny, un terrier Wheaton de suave pelaje, de Back Bay, tuvo un informe muy favorable. "Hoy, el mejor amigo de Vinny fue Dakota. Su pasatiempo favorito es luchar con sus amigos. Hoy pasó un día feliz. Vinny es tan dulce y le gusta a todo el mundo. Hace amigos rápidamente, especialmente con los recién llegados y les hace sentirse bien".
A la escuela le gustaría tener una piscina interior, y está gestionando para obtener los permisos municipales. "Sería grandioso para nuestros perros mayores", dice Meiners. "Les fortalece sus articulaciones. Un montón de nuestros perros se reponen aquí".
Henrietta es una de ellas. Su ama, Margaret Brady, llama a Country Day "el Canyon Ranch de los perros". "Yo no puedo ir al Canyon Ranch, pero mi perro sí", dice Brady, 36, que trabaja en una firma de relaciones públicas. Henrietta va a la escuela cinco días a la semana. La recogen en casa a las siete de la mañana y la vuelven a dejar antes del atardecer.
Brady vive en un pequeño apartamento en Beacon Hill, y dice que no podría vivir sin la guardería canina. "A Henrietta le encanta. Tengo todos sus informes escolares. Hicieron pintura con los dedos y tengo todas sus patas en pergamino en mi nevera. Nos enviaron un DVD con fotos de Henrietta en toda la escuela. Henrietta con su mejor amigo, con fotos de su mejor amigo. Hen descansando, Hen jugando. Te tranquiliza saber que está segura y feliz y corriendo por todas partes".
Brady agrega: "Y bebe mejor agua que yo".
1 de agosto de 2006
©boston globe
©traducción mQh
0 comentarios