júzguenlos o déjenlos en libertad
[Khalid Al-Odah] Padre de detenido exige debido proceso para secuestrados en Guantánamo.
Ciudad de Kuwait, Kuwait. Estados Unidos ha reaccionado hace poco, ante las presiones del gobierno alemán, liberando al detenido Murat Kurnaz de Bahía Guantánamo. Aunque pasó cuatro años en la cárcel norteamericana allá, Kurnaz no fue nunca acusado de ningún delito, y no hay indicios de que haya estado implicado en actividades terroristas. Si se le hubiese permitido gozar de su derecho constitucional a un debido proceso tras su detención, es muy probable que este hombre inocente no habría perdido esos cuatro años de su vida en una cárcel.
Hace dos años la Corte Suprema otorgó el derecho a un debido proceso a los prisioneros de Guantánamo. Más recientemente, en el caso de Hamdan v. Rumsfeld, la corte declaró que los tribunales militares no son un método apropiado para este tipo de juicios. Incluso, el gobierno de Bush sostiene que la resolución de Hamdan se aplica directamente a sólo diez de los detenidos que han sido clasificados formalmente como ‘combatientes enemigos'. ¿Qué ocurre con los otros 450 o más detenidos que no han sido acusados de ningún delito y que, como Murat Kurnaz, son probablemente inocentes?
Mientras cientos de hombres inocentes siguen en prisión, ¿por qué está el gobierno de Bush todavía luchando contra la idea de que los valores americanos incluyen el derecho a un juicio justo y que las deficientes comisiones militares no representan nada semejante?
Para mí, como padre de un prisionero kuwaití retenido en el campamento, las noticias de las últimas semanas han sido parte de mi vida de todos los días durante cuatro años y medio. Mi hijo, Fawzi, era maestro en una región cerca de la frontera afgano-paquistaní cuando fue secuestrado por cazadores de recompensa. Me dicen que ahora vive solo en una celda en Guantánamo; nuestro único contacto consiste en cartas viejas con párrafos enteros que han sido borrados. Para las familias que han sido mantenidas en la ignorancia durante cuatro años, mientras sus maridos, hijos y hermanos sufren en un mundo secreto, la angustia es interminable.
Espero que la gente entienda que los esfuerzos que hemos emprendido por nuestros familiares kuwaitíes en los tribunales estadounidenses, y en los tribunales globales de la opinión pública, no han sido nunca dictados solamente por la exigencia de que liberen a los detenidos. Nuestra exigencia ha sido que los juzguen y condenen, o que los dejen en libertad. Dad a los prisioneros un debido proceso de modo que se pueda determinar en justicia si son culpables o inocentes. En un país que presume la inocencia, es categóricamente injusto que se encarcele a tantos que son probablemente inocentes sólo para castigar a los pocos que podrían ser culpables.
Mi hijo no es un terrorista. Era, de hecho, un gran admirador de los valores políticos y principios jurídicos estadounidenses antes de que fuera secuestrado y enviado a Guantánamo. Nuestra familia, sin embargo, está dispuesta a sufrir la prueba del juicio y sentencia, si el gobierno estadounidense lo permitiera.
Ahora que la Corte Suprema ha resuelto en el caso de Hamdan, veremos si una reafirmación del principio del debido proceso por la corte tendrá más efecto que su resolución de hace dos años.
Sin embargo, es también una lamentable ironía que el gobierno de Bush vea ahora la clausura de la cárcel de Guantánamo como una opción positiva e incluso favorable, a pesar de las reacciones políticas adversas en el corto plazo. Porque con los detenidos fuera de la vista y fuera de la mente, el gobierno todavía podría evitar los problemas más amplios y continuar sus ilegales políticas sin restricción alguna. Guantánamo, un símbolo del temor e indecisión nacionales, podría ser cerrada convenientemente. La opinión pública mundial, así como la norteamericana, podría ser trágicamente diluida.
¿Cuántas más muertes y años de injusticia serán necesarios para que Estados Unidos termine esta violación tanto de los derechos humanos como de las leyes estadounidenses, y acuse formalmente a los retenidos de la comisión de los delitos que estime, o les deje en libertad? Si el gobierno de Bush realmente quisiera cerrar Guantánamo, debería trabajar primero en aplicar un proceso jurídico justo para separar a los culpables de los inocentes.
Hace dos años la Corte Suprema otorgó el derecho a un debido proceso a los prisioneros de Guantánamo. Más recientemente, en el caso de Hamdan v. Rumsfeld, la corte declaró que los tribunales militares no son un método apropiado para este tipo de juicios. Incluso, el gobierno de Bush sostiene que la resolución de Hamdan se aplica directamente a sólo diez de los detenidos que han sido clasificados formalmente como ‘combatientes enemigos'. ¿Qué ocurre con los otros 450 o más detenidos que no han sido acusados de ningún delito y que, como Murat Kurnaz, son probablemente inocentes?
Mientras cientos de hombres inocentes siguen en prisión, ¿por qué está el gobierno de Bush todavía luchando contra la idea de que los valores americanos incluyen el derecho a un juicio justo y que las deficientes comisiones militares no representan nada semejante?
Para mí, como padre de un prisionero kuwaití retenido en el campamento, las noticias de las últimas semanas han sido parte de mi vida de todos los días durante cuatro años y medio. Mi hijo, Fawzi, era maestro en una región cerca de la frontera afgano-paquistaní cuando fue secuestrado por cazadores de recompensa. Me dicen que ahora vive solo en una celda en Guantánamo; nuestro único contacto consiste en cartas viejas con párrafos enteros que han sido borrados. Para las familias que han sido mantenidas en la ignorancia durante cuatro años, mientras sus maridos, hijos y hermanos sufren en un mundo secreto, la angustia es interminable.
Espero que la gente entienda que los esfuerzos que hemos emprendido por nuestros familiares kuwaitíes en los tribunales estadounidenses, y en los tribunales globales de la opinión pública, no han sido nunca dictados solamente por la exigencia de que liberen a los detenidos. Nuestra exigencia ha sido que los juzguen y condenen, o que los dejen en libertad. Dad a los prisioneros un debido proceso de modo que se pueda determinar en justicia si son culpables o inocentes. En un país que presume la inocencia, es categóricamente injusto que se encarcele a tantos que son probablemente inocentes sólo para castigar a los pocos que podrían ser culpables.
Mi hijo no es un terrorista. Era, de hecho, un gran admirador de los valores políticos y principios jurídicos estadounidenses antes de que fuera secuestrado y enviado a Guantánamo. Nuestra familia, sin embargo, está dispuesta a sufrir la prueba del juicio y sentencia, si el gobierno estadounidense lo permitiera.
Ahora que la Corte Suprema ha resuelto en el caso de Hamdan, veremos si una reafirmación del principio del debido proceso por la corte tendrá más efecto que su resolución de hace dos años.
Sin embargo, es también una lamentable ironía que el gobierno de Bush vea ahora la clausura de la cárcel de Guantánamo como una opción positiva e incluso favorable, a pesar de las reacciones políticas adversas en el corto plazo. Porque con los detenidos fuera de la vista y fuera de la mente, el gobierno todavía podría evitar los problemas más amplios y continuar sus ilegales políticas sin restricción alguna. Guantánamo, un símbolo del temor e indecisión nacionales, podría ser cerrada convenientemente. La opinión pública mundial, así como la norteamericana, podría ser trágicamente diluida.
¿Cuántas más muertes y años de injusticia serán necesarios para que Estados Unidos termine esta violación tanto de los derechos humanos como de las leyes estadounidenses, y acuse formalmente a los retenidos de la comisión de los delitos que estime, o les deje en libertad? Si el gobierno de Bush realmente quisiera cerrar Guantánamo, debería trabajar primero en aplicar un proceso jurídico justo para separar a los culpables de los inocentes.
El autor fundó hace cuatro años la Comisión de Familias Kuwaitíes para defender los derechos legales de los extranjeros encarcelados en la cárcel de Guantánamo.
2 de septiembre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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Israel F.F. -