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senado autoriza apremios


[Vicki Allen] Senado da visto bueno a proyecto de ley sobre detención de terroristas.
Washington, Estados Unidos. El jueves el senado norteamericano dio su aprobación final al proyecto de ley que permite la aplicación de severos métodos de interrogatorio a sospechosos de terrorismo, después de que el presidente George W. Bush se impusiera tras una serie de reveses de sus medidas con respecto a detenidos por Estados Unidos.
El senado aprobó el proyecto por 65-34, horas después de que Bush visitara el Capitolio para instar a los republicanos a apoyar la publicitada medida antes de las elecciones del 7 de noviembre que determinarán quién controla el congreso.
La Cámara Baja aprobó el mismo proyecto el miércoles y debe introducir un cambio técnico para que coincida con el del senado. Se espera que Bush lo firme poco después de eso.
Aunque el proyecto fue aprobado en el senado por un cómodo margen, apenas sobrevivió una revisión anterior que casi lo retrasó y, posiblemente, lo habría anulado.
"El senado envía una fuerte señal a los terroristas de que continuaremos usando todos los elementos del poder nacional para perseguir a nuestros enemigos y prevenir ataques contra Estados Unidos", dijo Bush en una declaración después de la votación del senado.
"La Ley de Comisiones Militares de 2006 permitirá la continuación del programa de la CIA que ha sido una de las herramientas más efectivas en la lucha contra el terrorismo", dijo Bush.
El proyecto define normas para el interrogatorio de sospechosos, pero mediante un complejo conjunto de reglas que grupos de derechos humanos dicen que permitirá el uso de severas técnicas de apremio similares a la tortura, como la privación de sueño y la hipotermia inducida.
Instituye los tribunales militares que permitirán el uso de evidencias obtenidas bajo coacción, aunque da a los defendidos acceso a evidencias clasificadas que se usen para condenarlos.
El proyecto de ley también amplía la definición de ‘combatientes enemigos', la mayoría de ellos retenidos en la prisión norteamericana de Bahía Guantánamo, Cuba, e incluye a las personas que proporcionen armas, dinero y otro tipo de apoyo a grupos terroristas.
La Corte Suprema revocó el primer sistema de Bush de comisiones militares para procesar a los sospechosos, dejando en el limbo, y sin proceso, a los detenidos a partir del 11 de septiembre de 2001. Bush entonces debió hacer frente a una rebelión contra su proyecto corregido, que tres importantes senadores republicanos dijeron que permitiría interrogatorios abusivos y juicios injustos.

Permite Apremios
Después de arriesgadas negociaciones, Bush obtuvo gran parte de lo que quería en el proyecto para continuar con el programa antes secreto de detención y agresivos interrogatorios de detenidos de la CIA que los críticos dicen que son tortura.
Demócratas y algunos republicanos criticaron el compromiso porque despoja a los detenidos del derecho a impugnar sus detenciones en tribunales.
Con una votación de 51-48, los republicanos derrotaron enmienda que habría restaurado esos derechos y, potencialmente, descarrilado el proyecto. Cuatro republicanos y un demócrata se apartaron de las decisiones de sus partidos a la hora de votar.
El presidente del Comité Judicial del senado, Arlen Specter, de Pensilvania, dijo que el derecho a impugnar la propia detención era un derecho fundamental en la ley estadounidense, y que la Corte Suprema rechazará el proyecto si efectivamente es anulado ese derecho.
"Esto es un error. Es inconstitucional. Es poco americano", dijo Patrick Leahy, de Vermont, el más importante demócrata en el comité. Dijo que tenía la intención de obstaculizar el acceso a Guantánamo para "precaverse de que el gobierno de Bush-Cheney no pase nunca más la vergüenza de que una resolución de la Corte Suprema revise sus ilegales abusos de poder".
La mayoría de los republicanos dijeron que las demandas de los reclusos de Guantánamo estaban atascando los tribunales y distraían de la guerra contra el terrorismo.
El senador de Alabama, Jeff Sessiones, dijo que el proyecto no debería "crear problemas a largo plazo con los tribunales sobre cada uno de los detenidos. Conducir la guerra es función de los militares y del poder ejecutivo".
Los republicanos superaron estrechamente otras impugnaciones de los demócratas que dijeron que el proyecto no se ajustaba a normas judiciales justas y que desencadenaría el escándalo internacional por el tratamiento de los prisioneros desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
"Este proyecto da al gobierno que cabildeó por la tortura exactamente lo que quería", dijo el senador John Kerry, demócrata de Massachusetts.
Pero el presidente del Comité de las Fuerzas Armadas, John Warner, republicano de Virginia, dijo que los combatientes enemigos eran "ilegales de acuerdo a toda norma internacional por el modo en que conducen la guerra y sin embargo este gran país... les va a tratar con justicia".

Matt Spetalnick y Richard Cowan contribuyeron a este artículo.

28 de septiembre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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