madre la criaba como animal
La policía rescató a una niña deficiente mental a quien su madre criaba como a un animal.
Rio de Janeiro, Brasil. Ana Carla da Silva, de 30 años, madre de la niña, que al parecer tiene 10 años, está prófuga desde que la policía llegó el martes a su casa por denuncias de vecinos.
La víctima rescatada vivía en un cubículo en el fondo del patio, junto con una gallina y un gato. Fue hallada completamente sucia, desnutrida, con sarna, piojos, garrapatas y heridas en todo el cuerpo. No habla ni camina, y apenas abre los ojos.
"No podemos creer que haya vivido así por lo menos cuatro años", dijo al diario O Globo Silvana Vitorino, del consejo tutelar de menores de Maricá.
Las autoridades llegaron hasta la casa por una denuncia anónima, que sostenía que la niña había sido vista arrastrándose e imitando el sonido de una gallina para alimentarse. "Fuimos entrando sin creer lo que veíamos. En medio de la inmundicia, había un colchón con una niña, junto a una gallina y un gato. Cuando nos acercamos se puso nerviosa, como si no estuviera acostumbrada a tratar con humanos", dijo Vitorino.
"El local era tan sucio, pero tan sucio, que me dolió la nariz por el mal olor. Había plumas de aves, pelo de animales y heces por todos lados", dijo uno de los policías. La niña fue llevada a un hospital de la ciudad, donde está siendo sometida a una serie de exámenes neurológicos y psicológicos y, según los médicos, su estado de salud es estable.
La víctima rescatada vivía en un cubículo en el fondo del patio, junto con una gallina y un gato. Fue hallada completamente sucia, desnutrida, con sarna, piojos, garrapatas y heridas en todo el cuerpo. No habla ni camina, y apenas abre los ojos.
"No podemos creer que haya vivido así por lo menos cuatro años", dijo al diario O Globo Silvana Vitorino, del consejo tutelar de menores de Maricá.
Las autoridades llegaron hasta la casa por una denuncia anónima, que sostenía que la niña había sido vista arrastrándose e imitando el sonido de una gallina para alimentarse. "Fuimos entrando sin creer lo que veíamos. En medio de la inmundicia, había un colchón con una niña, junto a una gallina y un gato. Cuando nos acercamos se puso nerviosa, como si no estuviera acostumbrada a tratar con humanos", dijo Vitorino.
"El local era tan sucio, pero tan sucio, que me dolió la nariz por el mal olor. Había plumas de aves, pelo de animales y heces por todos lados", dijo uno de los policías. La niña fue llevada a un hospital de la ciudad, donde está siendo sometida a una serie de exámenes neurológicos y psicológicos y, según los médicos, su estado de salud es estable.
18 de octubre de 2006
©la nación
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