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juzgados en el banquillo 10


[William Glaberson] Dispensando justicia en un pueblo chico: una mezcla de ensayos y errores. País en el límite.
Los problemas de Gori y sus colegas jueces no son nada nuevo. En 1973, la Comisión Estatal de Investigaciones llegó al pueblo del condado de Franklin, Saranac Lake, para examinar el trabajo de un juez, un trabajador de mantención y vendedor de aspiradoras, cuya "inepto y torpe manejo", dijo, había estropeado un caso de robo.
Lo que descubrieron los investigadores les alarmó. Faltaba dinero. Las actas eran chapuceras. En una gaveta sin llave había un montón de dinero proveniente de multas. Las relaciones del juez con la policía eran demasiado estechas, y uno de sus libros de leyes tenía 44 años.
Asombrados, los investigadores ampliaron su pesquisa para incluir a todos los juzgados del condado y luego la extendieron a Nueva York. Llamando a una reforma en todo el estado, concluyeron que "esas deficiencias e ineptitudes" en los juzgados "simplemente no deben tolerarse".
Pero desde entonces es poco lo que ha cambiado en los juzgados del condado de Franklin.
En noviembre pasado, un juez de pueblo de toda la vida, Roy H. Kristoffersen, un vendedor, renunció después de que los funcionarios empezaran a investigar unas acusaciones, que él negó, de que "tomó decisiones favorables" para el hijo de otro juez de pueblo - en Saranac Lake, el mismo lugar que provocó la investigación hace 33 años.
Otro juez, Maria A. Cook, conductora de un bus escolar que todavía tiene el cargo en el juzgado de Chateaygay, no solamente arreglaba las multas por exceso de velocidad a petición de otro colega juez, sino también era tan ignorante de las reglas éticas, determinó la comisión el otoño pasado, que levantó acta oficiale del arreglo: "Reducido en interés del juez Danny LaClair".
Otro juez de pueblo, el que había dejado en libertad a un acusado de violación como favor a un amigo, trató de explicar las cosas a la comisión: "Quizás usted no sepa lo que pasa en el North Country, pero aquí todos somos amigos".
Estos casos no sólo sugieren la dimensión del problema en los juzgados de Franklin. Una revisión para este artículo de los archivos de apelaciones rara vez consultados en el condado de Franklin mostraron un preocupante reguero de torpezas legales e ignorancia judicial en los últimos cinco años.
Un juez parecía no solamente no entender que los cargos criminales debían ser probados más allá de toda duda razonable, escribió el juez del juzgado del condado, Robert G. Main Jr. Otro juez omitió la protección constitucional que otorga un abogado a todo acusado. Inmediatamente después de que una mujer acusada de fraude dijera que no podía pagarse un abogado, dijo el juez Main, el juez del pueblo tomó su declaración de culpabilidad, en lugar de asignarle un abogado.
Estos problemas no son noticias nuevas para los muchos abogados que hacen la ronda de los juzgados del condado de Franklin. Algunos dicen que los evitan porque los jueces a menudo tienen problemas en entender sus alegatos.
En un lugar tan pobre y remoto como el condado de Franklin, los defectos de esos modestos juzgados pueden verse grandes. Casos demasiado pequeños como para llamar la atención del resto del sistema jurídico -desalojos, cargos de delitos menores, riñas entre vecinos, infracciones de carretera y solicitudes de fianza- tienen serias consecuencias para los vecinos de pueblos chicos, que tienen poco dinero o acceso a un abogado.
Alexander Lesyk, abogado de oficio del condado de Franklin durante quince años hasta hace algunos meses, dijo que aunque tuvo algunos logros ante los jueces locales defendiendo a clientes pobres, "creo que ninguno de ellos posee suficiente formación como para presidir un juicio, dirimir cuestiones institucionales, hacer frente a un abogado o controlarlo cuando sea necesario".
Pero oponerse a un juez puede ser malo para los negocios, dicen algunos abogados.
El fiscal de distrito Champagne dijo que cuando su despacho se entera de algún juez que se aparta de la ley, tiene que actuar con cuidado. "No nos vamos a enfrentar con un juez que tenga que presidir una audiencia preliminar en un caso criminal la próxima semana", dijo.

26 de septiembre de 2006
©new york times

©traducción mQh
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1 comentario

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