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el misterioso señor ramírez


[Luis Narváez] La otra pieza clave de la mafia de las facturas falsas.
Un ilícito tan lucrativo, que logró vender 25 mil facturas falsas y descontar parte del IVA que el fisco devolvía, no podía haber resultado sin los contactos que un ex alto funcionario del SII puso a disposición de Juan Meyerholz y compañía.
Encerrado 23 horas al día en su celda de la Cárcel de Alta Seguridad, sin visitas ni contacto con otros internos. Sólo gendarmes por todos lados. Tras su captura y formalización de cargos, Manuel Arancibia Morales entendió el viernes que su participación en la organización criminal dedicada a falsificar facturas le puede costar bastante caro. Ese día se le imputaron cinco delitos y arriesga una pena mínima de 10 años de prisión efectiva, sin ningún beneficio.
La fiscal Nancy González, pese a su suave tono de voz y su imagen de joven abogada, con falda corta y cartera tipo mochila colgada a la espalda, se jugó todas sus cartas para imputar en una audiencia pública, por primera vez en este caso y con Arancibia a pocos metros de distancia, su actuación como uno de los jefes de una asociación ilícita.
Fue una arriesgada maniobra de la prosecutora, pues aún no están claramente definidos todos los miembros y cargos de la banda. González señaló a Arancibia y al empresario Juan Meyerholz Godoy, prófugo en Brasil desde hace dos meses, como líderes de la organización. Pero altas fuentes allegadas a la investigación buscan dilucidar la participación de otros sujetos en el funcionamiento de esta mafia que, como se dijo ese mismo día de la audiencia, llegó a comercializar unas 25 mil facturas, y que se estima llegó a acumular más de mil millones de pesos sólo en ganancias por descuento de IVA y comisiones.En esa pesquisa aparecen tres nombres que habrían tenido diversa responsabilidad y que ya fueron mencionados en la edición pasada de LND: Claudio Zalaquett, Mario Hirmas Yarur y un tercer y misterioso personaje, identificado hasta ahora como ‘el señor Ramírez' o por su alias de ‘El Curicó'.
Según las líneas de investigación que se siguen, tanto por los testimonios del captador y cobrador de la banda, Federico Soto Calderón, como por antecedentes que han surgido del material incautado, la estructura tenía como otro de sus ejecutivos o ‘gerentes', junto a Meyerholz, a un personaje que realizaba los contactos con el Servicio de Impuestos Internos. Esta función era vital para la continuidad del negocio de la venta de facturas, ya que los timbrajes se realizaban con una exigencia de documentación mínima o casi nula, y sin verificación de los antecedentes.
Las fuentes señalan que el ‘señor Ramírez' sería un ex funcionario del SII "que llegó a tener cargos de importancia en esa entidad". El personaje, de entre 50 y 55 años, estaría retirado hace al menos 10 años de la institución, pero que mantenía buenos contactos con jefes de las oficinas comunales y regionales.
‘El Curicó' tendría actualmente una oficina de asesoría tributaria en la VI Región, con negocios que van desde Rancagua a San Fernando y Curicó. De allí que exista preocupación por la detección de eventuales facturas falsas vinculadas a esta banda en empresas o sociedades de esa zona.Otro aspecto que interesa a los investigadores son los vínculos políticos de este sujeto, pues se cree que podría haber sido el nexo para colocar las facturas en los comandos de campaña de algunos candidatos. Hasta ahora, quienes habrían mantenido dichos contactos son el propio Juan Meyerholz y el empresario Sergio Ready, que acercó los documentos a la campaña de Lily Pérez. También el ‘señor Ramírez' tendría este tipo de vínculos.

Las Platas

La fiscal Nancy González ubica a Manuel Arancibia dentro de la plana gerencial de la asociación ilícita, pero el ex tinterillo de tribunales, en su breve intervención del viernes, sostuvo escuetamente que "yo sólo era un empleado". En su defensa se argumenta que Arancibia no aparece como un beneficiado económicamente en un negocio que generó pingües beneficios. Cercanos a la investigación sostienen que el dinero está escondido o insinúan que lo habría ocultado Meyerholz. Algo de su otra realidad la relata su pareja, Isabel Nancy Ramírez, quien estaba en casa de su hermana, en Quilicura, cuando Arancibia fue capturado, y que el mismo viernes reclamó a viva voz por los destrozos que los detectives causaron en el lugar."Desde hace muchos meses que Manuel no recibía ningún tipo de sueldo y nosotros estábamos muy mal", sostiene Isabel Ramírez, quien conoció a Arancibia como cliente habitual del Café Copacabana, un reducto tradicional de jueces, abogados y tinterillos ubicado en calle Bandera, detrás del Palacio de Tribunales. "Ahí lo conocí, él me sacó de ahí, nos pusimos a pololear y me pagó los estudios", dice. Ramírez, quien estudia tercer año de la carrera de Criminalística, asegura también que su pareja no recibía más dinero que el que le pagaba Meyerholz. Por eso, la policía investiga la existencia de bienes o cuentas en bancos de todas las personas mencionadas en la causa, aunque se desconoce si hasta ahora se ha encontrado evidencia del destino de los fondos que produjo por este lucrativo negocio ilícito.

14 de enero de 2007
©la nación
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