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murió liz renay


[Adam Bernstein] Actriz y escritora, a los ochenta.
Washington, Estados Unidos. Liz Renay, que murió el 22 de enero en un hospital de Las Vegas de derrame gástrico, fue novia de un gángster, ex convicta, escritora, pintora, striptisera, streaker del Hollywood Boulevard, actriz y pofesora en una academia de buenos modales. Tenía ochenta.
En 1959, fue condenada por perjurio durante el juicio federal por evasión de impuestos de su amigo el mafioso Mickey Cohen. Condenada a tres años de prisión, a los 27 meses fue dejada en libertad, por buena conducta.
"Estoy segura que lo que destruyó mi carrera fue Terminal Island", dijo una vez sobre la cárcel de baja seguridad de California. "Podría haber sido una gran estrella, si no hubiese ido a la cárcel".
Su apreciación de su potencial era indudablemente exagerado, como casi todo lo demás de esta principiante que se fanfarroneaba de sus medidas. Una vez ganó un torneo de look-alikes de Marilyn Monroe, patrocinado por los estudios de Twentieth Century Fox.
Su carpeta actoral consistía de papeles en películas como ‘The Thrill Killers', ‘Interlude of Lust' y su último largometraje, de 2002, ‘Mark of the Astro-Zombies'.
El director John Water fue responsable de su papel mejor recordado como Muffy St. Jacques en ‘Desperate Living' (1977) "la asesina de la comida para perros". Ese papel le exigió asfixiar a una niñera dopada en Alpo.
Su status de culto ya lo había ganado. Apareció en el libro ‘American Tabloid', del escritor de novelas policiales James Ellroy. Escribió un libro sobre consejos cosméticos y varias memorias, publicadas por Lyle Stuart, incluyendo ‘My Face for the World to See' y ‘My First 2,000 Men'.

Pearl Elizabeth Dobbins nació el 16 de abril de 1926 en Chandler, Arizona, sobre lo que solía señalar que era el mismo año de nacimiento de Monroe. Para angustia de sus padres evangélicos, trató de triunfar como bailarina y modelo de sujetadores en Las Vegas.
En 1950 se convirtió en una figurante en una escena de la mafia cuando una cinematográfica rodó en Phoenix. Su precoz conducta en el plató le ganó un reportaje fotográfico de cinco páginas en la revista Life, titulada ‘Pearl's Big Moment'. Para entonces, se había casado dos veces y tenía dos hijos.
Se hizo camino a Nueva York vía Washington; su marido trabajaba para la Casa de Moneda norteamericana. Trabajó como modelo de Fred y como striptisera en clubes repletos de personajes del hampa. Salió con Tony Coppola, un guardaespaldas del jefe de Murder Inc., Albert Anastasia.
En 1957, se marchó a Hollywood y conoció a Cohen, que la ayudó a encontrar actuaciones para la televisión. Ganó mil dólares por responder correctamente preguntas sobre el programa de televisión de Groucho Marx, ‘You Bet Your Life'. También trabajó en una academia de buenas maneras.
En general, se la veía en fotos de tabloides compartiendo miradas íntimas, -y, una vez, un helado de crema- con Cohen. Fue también una notoria presencia en juicios por asesinatos entre mafiosos y un caso de evasión de impuestos contra Cohen, que fue acusado de lavado de dinero a través de ella. Ella se negó a declarar contra su marido.
En la cárcel, escribió un libro de memorias, empezó un grupo de teatro que montó ‘Terminal Island Follies' y enseñó a pintar al óleo a otras reclusas.
Tras su puesta en libertad, encontró un nicho haciendo de madama en películas de explotación, algunas pornográficas. Como un truco publicitario en 1974 corrió desnuda por el Hollywood Boulevard a mediodía.
Atrajo a multitudes y también al despacho del fiscal de la ciudad, que la acusó de exhibición indecente y de ser intencionadamente lasciva.
Fue absuelta por un jurado de ocho hombres y cuatro mujeres. Un jurado le pidió un autógrafo "para su hijo de quince". Entretanto, la striptisera Jennie Lee, que empezó un Exotic Dancers Hall of Fame, colocó a Renay en su lista de las diez bailarinas más desvestidas.
En el juicio, su abogado distribuyó fotografías del ‘sitio del suceso' para promocionar el acto burlesco de Renay.
Renay alentó a su hija Brenda, a unirse a ella en las tablas.
Siguieron trabajando juntas hasta que Brenda se suicidara en 1982, en su cumpleaños número treinta y nueve.
Los siete matrimonios de Renay terminaron en divorcio. Deja un hijo de su segundo matrimonio, con John McLain, de Sierra Vista, Arizona.

29 de enero de 2007
©new york times
©traducción mQh
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