tres hipótesis en caso dalmasso
[Raúl Kollmann] Las tres hipótesis que más fuerza tienen en el caso de Nora Dalmasso.
Son la del albañil (que ofreció vender un celular de la mujer), el hijo del vecino y el amante. Hoy se reconstruirá el crimen.
Un albañil, el hijo de un vecino, un amante. Aunque toda la atención estará hoy puesta en la reconstrucción del crimen de Nora Dalmasso, las claves de la investigación están pasando por otro lado. Hay fuertes versiones de que los fiscales del caso se concentran en una persona que estuvo trabajando en la casa que compartían el doctor Marcelo Macarrón y Norita y que en algún momento ofreció en venta uno de los celulares que el homicida se llevó de la casa la noche del crimen. El otro sospechoso que está en la mira es el hijo de un vecino que tenía acceso a la casa y cuya coartada está siendo estudiada en detalle. Por último, la hipótesis del amante que enfureció durante la relación sexual, presuntamente a raíz de un llamado telefónico, sigue siendo investigada, aunque con menos fuerza. Lo que sí está claro para los fiscales es que Dalmasso no esperaba a nadie esa noche, tal vez la mujer ya estuviera acostada, y que el acceso del sujeto que la mató fue sorpresivo. La hipótesis de la violación vuelve a estar sobre el tapete y los fiscales ya ordenaron una reevaluación de la autopsia, la que, de todas maneras, dejó abierta esa alternativa.
En los últimos días empezaron a acumularse elementos contra una persona que estaba trabajando en las tareas de remodelación de la casa. Se dice que hubo un intento de vender uno de los celulares que se robaron aquella noche y que incluso hay testigos que ya declararon en la causa. La hipótesis, en ese caso, fue que el hombre se fue excitando con la mujer, la abordó por sorpresa, la violó y luego terminó matándola porque ella lo conocía. Hay que agregar otro elemento: según los testimonios, Nora era muy estricta con el personal y eso también podía haber provocado no sólo excitación, sino también odio. Otra vertiente de la investigación se orienta hacia el hijo de un vecino. El hombre de mediana edad tiene una coartada apoyada por dos personas, pero los abogados de Macarrón, Benjamín Sonsini Astudillo y Tirso Pereyra, pidieron que se verificara esa coartada más a fondo. Por último, está la hipótesis del encuentro con un amante, que de ninguna manera fue descartada, pero sobre la que todavía no encuentran evidencias contundentes.
La reconstrucción que se hará hoy a la noche será muy limitada, ya que muchos aspectos de lo que ocurrió aquel 25 de noviembre siguen sin estar claros. Por ejemplo, será difícil determinar cómo entró el asesino a la casa de Norita: podría ser que ella le hubiera abierto la puerta (la hipótesis del amante), tal vez entró por una ventana que estaba abierta y daba a una habitación que apareció mojada porque esa noche llovía (el albañil), no es imposible que se haya colado en la casa antes de que ella llegara (también el albañil) e incluso que tuviera una copia de la llave (el vecino sospechado).
Lo que ya es convicción de los investigadores es que ella no esperaba al asesino. De acuerdo con todos los testimonios, Norita era muy celosa de su apariencia y no se sacaba el maquillaje antes de irse a dormir. Cuando la mataron, sin embargo, el maquillaje se lo había sacado. Pese a que se habló de la existencia de una serie de amantes, lo cierto es que se comprobó la relación con uno solo, el contador Guillermo Albarracín. Este declaró que nunca mantuvo un encuentro con Nora en la casa de ella, ni siquiera cuando su marido estaba de viaje. Por lo tanto parece improbable que ella hubiera citado a un amante allí. Tampoco en el entrecruzamiento de llamadas hay evidencias de que hubo una comunicación con alguien que luego pudiera traducirse en un encuentro esa noche. Por último, los fiscales sostienen que la ropa de la mujer estaba doblada con todo cuidado, lo que indicaría que, cuando el hombre llegó, posiblemente ella ya se había desvestido. Es probable incluso que la encontrara cuando ya estaba en la cama.
Con la reconstrucción de hoy se tratará de establecer, por ejemplo, por qué el cuerpo de Nora quedó en la cama casi contra la pared, con las piernas separadas. Para ello se utilizará a una agente de policía de su misma talla y contextura física y se probará con distintas alternativas: si la agarraron del cuello, prácticamente la desvanecieron de esa manera y la violaron, o si la relación fue consentida y tal vez algo, por ejemplo un ataque de celos, produjo el desenlace fatal. En esta idea encaja que Norita recibió un cariñoso mensaje de texto de Albarracín a las 3.15 de la mañana.
Los forenses coinciden en que es difícil pronunciarse sobre si las lesiones en la vagina y el ano son producto de una relación consentida que igual tuvo cierta violencia o fueron provocadas por una violación. La mayoría de los fiscales se inclinaba más por la relación consentida, sobre todo porque hay pocos rastros de resistencia y poco desorden en la habitación. Sin embargo, en las últimas semanas ha vuelto al centro de la escena la hipótesis de la violación.
Un albañil, el hijo de un vecino, un amante. Aunque toda la atención estará hoy puesta en la reconstrucción del crimen de Nora Dalmasso, las claves de la investigación están pasando por otro lado. Hay fuertes versiones de que los fiscales del caso se concentran en una persona que estuvo trabajando en la casa que compartían el doctor Marcelo Macarrón y Norita y que en algún momento ofreció en venta uno de los celulares que el homicida se llevó de la casa la noche del crimen. El otro sospechoso que está en la mira es el hijo de un vecino que tenía acceso a la casa y cuya coartada está siendo estudiada en detalle. Por último, la hipótesis del amante que enfureció durante la relación sexual, presuntamente a raíz de un llamado telefónico, sigue siendo investigada, aunque con menos fuerza. Lo que sí está claro para los fiscales es que Dalmasso no esperaba a nadie esa noche, tal vez la mujer ya estuviera acostada, y que el acceso del sujeto que la mató fue sorpresivo. La hipótesis de la violación vuelve a estar sobre el tapete y los fiscales ya ordenaron una reevaluación de la autopsia, la que, de todas maneras, dejó abierta esa alternativa.
En los últimos días empezaron a acumularse elementos contra una persona que estaba trabajando en las tareas de remodelación de la casa. Se dice que hubo un intento de vender uno de los celulares que se robaron aquella noche y que incluso hay testigos que ya declararon en la causa. La hipótesis, en ese caso, fue que el hombre se fue excitando con la mujer, la abordó por sorpresa, la violó y luego terminó matándola porque ella lo conocía. Hay que agregar otro elemento: según los testimonios, Nora era muy estricta con el personal y eso también podía haber provocado no sólo excitación, sino también odio. Otra vertiente de la investigación se orienta hacia el hijo de un vecino. El hombre de mediana edad tiene una coartada apoyada por dos personas, pero los abogados de Macarrón, Benjamín Sonsini Astudillo y Tirso Pereyra, pidieron que se verificara esa coartada más a fondo. Por último, está la hipótesis del encuentro con un amante, que de ninguna manera fue descartada, pero sobre la que todavía no encuentran evidencias contundentes.
La reconstrucción que se hará hoy a la noche será muy limitada, ya que muchos aspectos de lo que ocurrió aquel 25 de noviembre siguen sin estar claros. Por ejemplo, será difícil determinar cómo entró el asesino a la casa de Norita: podría ser que ella le hubiera abierto la puerta (la hipótesis del amante), tal vez entró por una ventana que estaba abierta y daba a una habitación que apareció mojada porque esa noche llovía (el albañil), no es imposible que se haya colado en la casa antes de que ella llegara (también el albañil) e incluso que tuviera una copia de la llave (el vecino sospechado).
Lo que ya es convicción de los investigadores es que ella no esperaba al asesino. De acuerdo con todos los testimonios, Norita era muy celosa de su apariencia y no se sacaba el maquillaje antes de irse a dormir. Cuando la mataron, sin embargo, el maquillaje se lo había sacado. Pese a que se habló de la existencia de una serie de amantes, lo cierto es que se comprobó la relación con uno solo, el contador Guillermo Albarracín. Este declaró que nunca mantuvo un encuentro con Nora en la casa de ella, ni siquiera cuando su marido estaba de viaje. Por lo tanto parece improbable que ella hubiera citado a un amante allí. Tampoco en el entrecruzamiento de llamadas hay evidencias de que hubo una comunicación con alguien que luego pudiera traducirse en un encuentro esa noche. Por último, los fiscales sostienen que la ropa de la mujer estaba doblada con todo cuidado, lo que indicaría que, cuando el hombre llegó, posiblemente ella ya se había desvestido. Es probable incluso que la encontrara cuando ya estaba en la cama.
Con la reconstrucción de hoy se tratará de establecer, por ejemplo, por qué el cuerpo de Nora quedó en la cama casi contra la pared, con las piernas separadas. Para ello se utilizará a una agente de policía de su misma talla y contextura física y se probará con distintas alternativas: si la agarraron del cuello, prácticamente la desvanecieron de esa manera y la violaron, o si la relación fue consentida y tal vez algo, por ejemplo un ataque de celos, produjo el desenlace fatal. En esta idea encaja que Norita recibió un cariñoso mensaje de texto de Albarracín a las 3.15 de la mañana.
Los forenses coinciden en que es difícil pronunciarse sobre si las lesiones en la vagina y el ano son producto de una relación consentida que igual tuvo cierta violencia o fueron provocadas por una violación. La mayoría de los fiscales se inclinaba más por la relación consentida, sobre todo porque hay pocos rastros de resistencia y poco desorden en la habitación. Sin embargo, en las últimas semanas ha vuelto al centro de la escena la hipótesis de la violación.
8 de febrero de 2007
©página 12
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