alemania acusa a agentes de la cia
[Craig Whitlock] Agentes de la CIA acusados de secuestros y apremios físicos.
Berlín, Alemania. El programa clandestino de la CIA para secuestrar a sospechosos de terrorismo y trasladarlos a lugares secretos para ser interrogados se desenmarañó algo más el miércoles cuando fiscales alemanes emitieron órdenes de detención para trece operativos de la CIA, por el secuestro de un ciudadano alemán en los Balcanes en diciembre de 2003.
Es el segundo caso en el que fiscales europeos presentan cargos contra empleados de la CIA implicados en operaciones de contraterrorismo. Fiscales italianos han acusado a 25 operativos de la CIA y a un oficial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos por el secuestro de un clérigo extremista en una calle de Milán en 2003, para trasladarlo al El Cairo, donde asegura que fue torturado.
Las autoridades policiales europeas reconocieron que es altamente improbable que algún agente de la CIA -la mayoría de los cuales trabaja encubiertamente, usando falsas identidades- sea aprehendido o extraditado de Estados Unidos. Pero las órdenes de detención, emitidas en Munich, marcan otro caso en el que desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, las actividades de la CIA en Europa han puesto a prueba las relaciones diplomáticas y subrayado las profundas diferencias entre Estados Unidos y sus aliados transatlánticos sobre cómo luchar contra el terrorismo.
Christian Schmidt-Sommerfeld, el fiscal jefe en Munich, dijo que los trece operativos de la CIA eran buscados por sospechas de haber secuestrado e infligido lesiones físicas a Khaled el-Masri, un ciudadano alemán de origen libanés. Masri dijo que fue detenido por guardias fronterizos el 31 de diciembre de 2003 cuando iba de vacaciones a Macedonia, y entregado a la CIA, que lo trasladó a una cárcel secreta en Afganistán, donde fue interrogado sobre sus presuntos lazos con extremistas musulmanes en Alemania.
Después de cinco meses en detención, período durante el cual, dijo, fue agredido físicamente, Masri fue devuelto a los Balcanes y dejado en una ladera en Albania, después de que sus secuestradores concluyeran aparentemente que se habían equivocado de hombre. Los fiscales alemanes dijeron que al principio tenían sospechas de la bizarra historia que les contó, pero que más tarde han corroborado muchas partes de su versión.
Robert Wood, portavoz de la embajada estadounidense en Berlín, se negó a hacer comentarios sobre las órdenes de detención, como hizo igualmente el portavoz del Departamento de Estado en Washington. La CIA tampoco quiso hacer comentarios.
Fiscales alemanes dijeron que recibieron una lista de operativos de la CIA que son sospechosos de estar implicados en la desaparición de Masri y de un periodista en España. De acuerdo a libros de registro de hoteles, el equipo del avión contratado en privado por la CIA que transportaba a Masri desde los Balcanes a Afganistán, había parado durante unos días en la isla balneario española de Palma de Mallorca.
Los fiscales en Munich no mencionaron por nombre a los sospechosos y dieron a conocer algunos otros detalles sobre la pesquisa. Pero Schmidt-Sommerfeld dijo que todos los sospechosos usaron apodos y que los investigadores estaban tratando de descubrir sus verdaderas identidades.
"Los análisis en curso se concentrarán, entre otras cosas, en determinar los detalles personales correctos de los sospechosos", dijo.
La red de televisión estatal alemana NDR, dio a conocer una lista de once hombres y dos mujeres que dijo son mencionados en las órdenes de detención. De acuerdo al canal, algunos de los sospechosos son pilotos de la Aero Contractors, una firma aeronáutica con sede en Smithfield, Carolina del Norte. Los datos de vuelo muestran que Aero operó el Boeing 737 que trasladó a Masri hasta Kabul el 24 de enero de 2004.
Aero Contractors fue mencionada como acusada en un denuncia presentada por Masri al tribunal federal.
Un empleado que respondió el teléfono en la sede de Aero dijo que no había nadie disponible para comentar las órdenes de detención.
En una rueda de prensa en Augsberg, Alemania, el abogado de Masri dijo que las órdenes de detención eran "un gran triunfo" y que su cliente estaba "muy satisfecho" con el resultado de la investigación. Al mismo tiempo, el abogado, Manfred Gnjidic, dijo que se daba cuenta de que era dudoso que las autoridades alemanas fueran capaces de identificar a algún sospechoso para llevarlo a juicio.
"Es una señal muy clara de que los poderes gobernantes en Alemania no tolerarán esta acción, esta acción criminal contra un ciudadano alemán y que señalará responsables", dijo Gnjidic.
Las órdenes de detención alemanas no son legalmente ejecutables en Estados Unidos, aunque los fiscales en Munich podrían tratar de detener a los sospechosos si viajan a otros países en la Unión Europea.
El gobierno alemán dijo que se había enterado del secuestro de Masri por Daniel R. Coats, entonces embajador estadounidense en Alemania, en mayo de 2004. Coats le contó a Otto Schily, entonces ministro del interior alemán, que Masri había sido detenido erróneamente, pero que se le había pagado para que guardara silencio, de acuerdo a funcionarios alemanes. Coats también pidió a Schily que lo considerara un asunto secreto. Masri ha negado haber recibido dinero.
Los funcionarios norteamericanos no han admitido públicamente ninguna culpa o responsabilidad. En diciembre de 2005, la canciller alemana Angela Merkel dijo que la ministro de relaciones exteriores norteamericana, Condoleezza Rice, reconoció en una reunión en Berlín que Masri había sido "detenido por error". Pero diplomáticos estadounidenses negaron que hubiera dicho eso.
Un año más tarde, cuando un periodista le preguntó en Washington si Estados Unidos debía ofrecer excusas a Masri, Rice se negó a hacerlo. "Hemos tratado de solucionar este asunto de modo responsable y, sabe usted, eso es todo lo que voy a decir sobre este caso", dijo.
Masri presentó una demanda contra la CIA, pero su denuncia fue desechada en mayo sobre la base de que podría perjudicar operaciones de la seguridad nacional. La demanda se encuentra en apelación.
Algunos detalles en torno a la desaparición de Masri siguen siendo turbios. El vendedor de coches con cola de caballo dijo que fue interrogado en Afganistán por un hombre llamado ‘Sam', que hablaba fluido alemán e insinuó que trabajaba para la inteligencia alemana. El gobierno alemán ha negado toda implicación en el secuestro o detención de Masri.
Johannes Jung, miembro del comité parlamentario alemán que ha estudiado el caso de Musri, dijo que las órdenes de detención envían un fuerte mensaje a Estados Unidos. El comité ha investigado los secuestros ilegales de otros dos ciudadanos alemanes, realizados por agentes del contraterrorismo norteamericano, una práctica conocida como ‘entrega extraordinaria'.
"Esta política de entregas tiene que terminar", dijo Jung, miembro del Partido Social-Demócrata. "Está totalmente fuera de control, y Estados Unidos necesita repensar su política a este respecto. No podíamos imaginar que esta política de entregas pudiera ser real, pero nos hemos enterado de que están ocurriendo de verdad".
Es el segundo caso en el que fiscales europeos presentan cargos contra empleados de la CIA implicados en operaciones de contraterrorismo. Fiscales italianos han acusado a 25 operativos de la CIA y a un oficial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos por el secuestro de un clérigo extremista en una calle de Milán en 2003, para trasladarlo al El Cairo, donde asegura que fue torturado.
Las autoridades policiales europeas reconocieron que es altamente improbable que algún agente de la CIA -la mayoría de los cuales trabaja encubiertamente, usando falsas identidades- sea aprehendido o extraditado de Estados Unidos. Pero las órdenes de detención, emitidas en Munich, marcan otro caso en el que desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, las actividades de la CIA en Europa han puesto a prueba las relaciones diplomáticas y subrayado las profundas diferencias entre Estados Unidos y sus aliados transatlánticos sobre cómo luchar contra el terrorismo.
Christian Schmidt-Sommerfeld, el fiscal jefe en Munich, dijo que los trece operativos de la CIA eran buscados por sospechas de haber secuestrado e infligido lesiones físicas a Khaled el-Masri, un ciudadano alemán de origen libanés. Masri dijo que fue detenido por guardias fronterizos el 31 de diciembre de 2003 cuando iba de vacaciones a Macedonia, y entregado a la CIA, que lo trasladó a una cárcel secreta en Afganistán, donde fue interrogado sobre sus presuntos lazos con extremistas musulmanes en Alemania.
Después de cinco meses en detención, período durante el cual, dijo, fue agredido físicamente, Masri fue devuelto a los Balcanes y dejado en una ladera en Albania, después de que sus secuestradores concluyeran aparentemente que se habían equivocado de hombre. Los fiscales alemanes dijeron que al principio tenían sospechas de la bizarra historia que les contó, pero que más tarde han corroborado muchas partes de su versión.
Robert Wood, portavoz de la embajada estadounidense en Berlín, se negó a hacer comentarios sobre las órdenes de detención, como hizo igualmente el portavoz del Departamento de Estado en Washington. La CIA tampoco quiso hacer comentarios.
Fiscales alemanes dijeron que recibieron una lista de operativos de la CIA que son sospechosos de estar implicados en la desaparición de Masri y de un periodista en España. De acuerdo a libros de registro de hoteles, el equipo del avión contratado en privado por la CIA que transportaba a Masri desde los Balcanes a Afganistán, había parado durante unos días en la isla balneario española de Palma de Mallorca.
Los fiscales en Munich no mencionaron por nombre a los sospechosos y dieron a conocer algunos otros detalles sobre la pesquisa. Pero Schmidt-Sommerfeld dijo que todos los sospechosos usaron apodos y que los investigadores estaban tratando de descubrir sus verdaderas identidades.
"Los análisis en curso se concentrarán, entre otras cosas, en determinar los detalles personales correctos de los sospechosos", dijo.
La red de televisión estatal alemana NDR, dio a conocer una lista de once hombres y dos mujeres que dijo son mencionados en las órdenes de detención. De acuerdo al canal, algunos de los sospechosos son pilotos de la Aero Contractors, una firma aeronáutica con sede en Smithfield, Carolina del Norte. Los datos de vuelo muestran que Aero operó el Boeing 737 que trasladó a Masri hasta Kabul el 24 de enero de 2004.
Aero Contractors fue mencionada como acusada en un denuncia presentada por Masri al tribunal federal.
Un empleado que respondió el teléfono en la sede de Aero dijo que no había nadie disponible para comentar las órdenes de detención.
En una rueda de prensa en Augsberg, Alemania, el abogado de Masri dijo que las órdenes de detención eran "un gran triunfo" y que su cliente estaba "muy satisfecho" con el resultado de la investigación. Al mismo tiempo, el abogado, Manfred Gnjidic, dijo que se daba cuenta de que era dudoso que las autoridades alemanas fueran capaces de identificar a algún sospechoso para llevarlo a juicio.
"Es una señal muy clara de que los poderes gobernantes en Alemania no tolerarán esta acción, esta acción criminal contra un ciudadano alemán y que señalará responsables", dijo Gnjidic.
Las órdenes de detención alemanas no son legalmente ejecutables en Estados Unidos, aunque los fiscales en Munich podrían tratar de detener a los sospechosos si viajan a otros países en la Unión Europea.
El gobierno alemán dijo que se había enterado del secuestro de Masri por Daniel R. Coats, entonces embajador estadounidense en Alemania, en mayo de 2004. Coats le contó a Otto Schily, entonces ministro del interior alemán, que Masri había sido detenido erróneamente, pero que se le había pagado para que guardara silencio, de acuerdo a funcionarios alemanes. Coats también pidió a Schily que lo considerara un asunto secreto. Masri ha negado haber recibido dinero.
Los funcionarios norteamericanos no han admitido públicamente ninguna culpa o responsabilidad. En diciembre de 2005, la canciller alemana Angela Merkel dijo que la ministro de relaciones exteriores norteamericana, Condoleezza Rice, reconoció en una reunión en Berlín que Masri había sido "detenido por error". Pero diplomáticos estadounidenses negaron que hubiera dicho eso.
Un año más tarde, cuando un periodista le preguntó en Washington si Estados Unidos debía ofrecer excusas a Masri, Rice se negó a hacerlo. "Hemos tratado de solucionar este asunto de modo responsable y, sabe usted, eso es todo lo que voy a decir sobre este caso", dijo.
Masri presentó una demanda contra la CIA, pero su denuncia fue desechada en mayo sobre la base de que podría perjudicar operaciones de la seguridad nacional. La demanda se encuentra en apelación.
Algunos detalles en torno a la desaparición de Masri siguen siendo turbios. El vendedor de coches con cola de caballo dijo que fue interrogado en Afganistán por un hombre llamado ‘Sam', que hablaba fluido alemán e insinuó que trabajaba para la inteligencia alemana. El gobierno alemán ha negado toda implicación en el secuestro o detención de Masri.
Johannes Jung, miembro del comité parlamentario alemán que ha estudiado el caso de Musri, dijo que las órdenes de detención envían un fuerte mensaje a Estados Unidos. El comité ha investigado los secuestros ilegales de otros dos ciudadanos alemanes, realizados por agentes del contraterrorismo norteamericano, una práctica conocida como ‘entrega extraordinaria'.
"Esta política de entregas tiene que terminar", dijo Jung, miembro del Partido Social-Demócrata. "Está totalmente fuera de control, y Estados Unidos necesita repensar su política a este respecto. No podíamos imaginar que esta política de entregas pudiera ser real, pero nos hemos enterado de que están ocurriendo de verdad".
Glenn Kessler y Julie Tate en Washington contribuyeron a este reportaje.
9 de febrero de 2007
©washington post
©traducción mQh
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