violación en iraq
[Hamza Hendawi] Denuncian segundo caso de violación en Iraq.
Bagdad, Iraq. Cuatro soldados iraquíes han sido acusados de violar a una mujer sunní de cincuenta años y de intentar violar a sus dos hijas, en la segunda denuncia por agresión sexual presentada contra fuerzas iraquíes esta semana, dijo un oficial el jueves.
El general de división Nijm Abdullah dijo que la agresión ocurrió hace unos diez días en Tal Afar, la ciudad al norte del país, durante un allanamiento en busca de armas e insurgentes.
Un teniente y tres reclutas negaron los cargos, pero confesaron más tarde que habían sido confrontados por la mujer, una turcomana. Abdullah dijo que un quinto soldado sospechó que algo no marchaba bien, irrumpió en la casa y obligó a los otros, a punta de pistola, a poner fin a la agresión.
"Han sido puestos a disposición de las autoridades judiciales, de modo que reciban el castigo que merecen", dijo Abdullah, que en realidad actúa como alcalde de la ciudad.
Un líder tribal de Tal Afar, el jeque Mohammed Khalil Hanash, del clan Hawyat, dijo que la agresión tomó lugar el 8 de febrero. Dijo que la mujer le había dicho que lo único que hizo el oficial fue filmar la agresión con la cámara video de un teléfono celular.
Independientemente de la verdad, la segunda denuncia en una semana probablemente minará aun más la reputación de los servicios de seguridad, que Estados Unidos espera que remplacen a las tropas de la coalición para que los norteamericanos y sus aliados se pueden marchar a casa.
Dando un paso en esa dirección, el primer ministro Tony Blair dijo el miércoles que Gran Bretaña retirará unos 1,600 soldados de Iraq en los próximos meses y espera implementar otras reducciones de su contingente de 7,100 soldados este último verano.
El gobierno iraquí acogió la decisión, sobre la que el primer ministro Nouri al-Maliki dijo el jueves que era "una decisión en armonía con la intención del gobierno de asumir sus responsabilidades de seguridad en la provincia", refiriéndose a Basra, una zona predominantemente chií a 547 kilómetros al sudeste de Bagdad.
Un portavoz del presidente Jalal Talabani dijo también que la medida actuaría como un "catalizador para que las fuerzas iraquíes asuman responsabilidades de seguridad".
"Su Excelencia la considera una decisión positiva y agradece a las tropas británicas su papel en la liberación de Iraq de la dictadura y en la mantención de su estabilidad", dijo Hiwa Othman, portavoz de Talabani.
Las tropas británicas se quedarán en Iraq probablemente hasta 2008, adiestrando a las fuerzas locales, custodiando la frontera Irán-Iraq y manteniendo las rutas de suministro para las tropas norteamericanas y de la coalición en el centro de Iraq, dijo Blair a los legisladores.
Gran Bretaña podría reducir su nivel de fuerzas por debajo de cinco mil soldados una vez que la base en el Palacio de Basra sea colocada bajo control iraquí a fines de este verano, dijo Blair.
El anuncio, hecho el mismo día que Dinamarca anunciara que retirará su 460 soldados, se produce en momentos en que Estados Unidos está aumentando con 21 mil soldados su nivel de fuerzas en Iraq -colocando a Washington en una ruta opuesta a sus principales aliados en la coalición.
El jueves ensordecedoras explosiones resonaron en todo Bagdad cuando la campaña de seguridad en la capital entra en su segunda semana.
La violencia ha continuado asolando a la ciudad de seis millones de habitantes, a pesar de las reforzadas medidas de seguridad.
Un ataque con morteros impactó en el barrio predominantemente sunní de Adil, al occidente de Bagdad, dejando un cráter en el suelo e hiriendo al menos a cuatro personas, incluyendo a un niño, dijo la policía.
El ataque se produce después de que los insurgentes hicieran estallar ayer un camión que transportaba botes de gas cloro -el segundo ataque químico ‘sucio' en dos días.
Un portavoz militar norteamericano, el teniente Christopher Garver, dijo también que fuego terrestre obligó al aterrizaje forzoso de un helicóptero Black Hawk al norte de la capital. Los nueve tripulantes fueron rescatados.
El informe sobre la violación se produce después de una denuncia el lunes de una mujer sunní de veinte años, de que fue violada por tres agentes de la policía iraquí después de que fuera detenida en un allanamiento de su casa al oeste de Bagdad.
Fue trasladada a un cuartel de la policía donde tomó lugar la agresión el domingo, antes de que la mujer fuera rescatada por soldados norteamericanos, dijo.
El gobierno de al-Maliki absolvió a los agentes después de una pesquisa que duró menos de un día y acusó a activistas sunníes de inventar la acusación para socavar el prestigio de las fuerzas de seguridad durante la campaña en curso en Bagdad.
Pero su queja y la rapidez con que los agentes fueron absueltos provocaron una tormenta política, en la que políticos sunníes acusaron al gobierno chií de encubrir la violación. Las autoridades norteamericanas han iniciado su propia investigación.
La violación es considerada un delito especialmente grave en esta conservadora y tribal sociedad musulmana y las víctimas rara vez hablan sobre ello en público, por temor a la vergüenza e incluso a la muerte a manos de sus familiares que intentan ‘salvar' el honor de la familia.
En el caso de Tal Afar, la mujer apareció el jueves en el canal de televisión Al-Yazira, diciendo que los soldados la interrogaron sobre algunos individuos y la acusaron de mentir cuando insistió en que no los conocía.
"Me amenazaron con que si no cooperaba con ellos... me humillarían", dijo.
Interrogada sobre por qué no denunció de inmediato la agresión, dijo: "¿Ante quién me puedo quejar? No nos dejan quejarnos".
Abdullah se negó a especificar si los soldados acusados eran chiíes o sunníes, diciendo solamente que eran originarios del sur chií. Algunos legisladores chiíes dijeron que al menos dos de los tres acusados en el caso de Bagdad son árabes sunníes.
El general de división Nijm Abdullah dijo que la agresión ocurrió hace unos diez días en Tal Afar, la ciudad al norte del país, durante un allanamiento en busca de armas e insurgentes.
Un teniente y tres reclutas negaron los cargos, pero confesaron más tarde que habían sido confrontados por la mujer, una turcomana. Abdullah dijo que un quinto soldado sospechó que algo no marchaba bien, irrumpió en la casa y obligó a los otros, a punta de pistola, a poner fin a la agresión.
"Han sido puestos a disposición de las autoridades judiciales, de modo que reciban el castigo que merecen", dijo Abdullah, que en realidad actúa como alcalde de la ciudad.
Un líder tribal de Tal Afar, el jeque Mohammed Khalil Hanash, del clan Hawyat, dijo que la agresión tomó lugar el 8 de febrero. Dijo que la mujer le había dicho que lo único que hizo el oficial fue filmar la agresión con la cámara video de un teléfono celular.
Independientemente de la verdad, la segunda denuncia en una semana probablemente minará aun más la reputación de los servicios de seguridad, que Estados Unidos espera que remplacen a las tropas de la coalición para que los norteamericanos y sus aliados se pueden marchar a casa.
Dando un paso en esa dirección, el primer ministro Tony Blair dijo el miércoles que Gran Bretaña retirará unos 1,600 soldados de Iraq en los próximos meses y espera implementar otras reducciones de su contingente de 7,100 soldados este último verano.
El gobierno iraquí acogió la decisión, sobre la que el primer ministro Nouri al-Maliki dijo el jueves que era "una decisión en armonía con la intención del gobierno de asumir sus responsabilidades de seguridad en la provincia", refiriéndose a Basra, una zona predominantemente chií a 547 kilómetros al sudeste de Bagdad.
Un portavoz del presidente Jalal Talabani dijo también que la medida actuaría como un "catalizador para que las fuerzas iraquíes asuman responsabilidades de seguridad".
"Su Excelencia la considera una decisión positiva y agradece a las tropas británicas su papel en la liberación de Iraq de la dictadura y en la mantención de su estabilidad", dijo Hiwa Othman, portavoz de Talabani.
Las tropas británicas se quedarán en Iraq probablemente hasta 2008, adiestrando a las fuerzas locales, custodiando la frontera Irán-Iraq y manteniendo las rutas de suministro para las tropas norteamericanas y de la coalición en el centro de Iraq, dijo Blair a los legisladores.
Gran Bretaña podría reducir su nivel de fuerzas por debajo de cinco mil soldados una vez que la base en el Palacio de Basra sea colocada bajo control iraquí a fines de este verano, dijo Blair.
El anuncio, hecho el mismo día que Dinamarca anunciara que retirará su 460 soldados, se produce en momentos en que Estados Unidos está aumentando con 21 mil soldados su nivel de fuerzas en Iraq -colocando a Washington en una ruta opuesta a sus principales aliados en la coalición.
El jueves ensordecedoras explosiones resonaron en todo Bagdad cuando la campaña de seguridad en la capital entra en su segunda semana.
La violencia ha continuado asolando a la ciudad de seis millones de habitantes, a pesar de las reforzadas medidas de seguridad.
Un ataque con morteros impactó en el barrio predominantemente sunní de Adil, al occidente de Bagdad, dejando un cráter en el suelo e hiriendo al menos a cuatro personas, incluyendo a un niño, dijo la policía.
El ataque se produce después de que los insurgentes hicieran estallar ayer un camión que transportaba botes de gas cloro -el segundo ataque químico ‘sucio' en dos días.
Un portavoz militar norteamericano, el teniente Christopher Garver, dijo también que fuego terrestre obligó al aterrizaje forzoso de un helicóptero Black Hawk al norte de la capital. Los nueve tripulantes fueron rescatados.
El informe sobre la violación se produce después de una denuncia el lunes de una mujer sunní de veinte años, de que fue violada por tres agentes de la policía iraquí después de que fuera detenida en un allanamiento de su casa al oeste de Bagdad.
Fue trasladada a un cuartel de la policía donde tomó lugar la agresión el domingo, antes de que la mujer fuera rescatada por soldados norteamericanos, dijo.
El gobierno de al-Maliki absolvió a los agentes después de una pesquisa que duró menos de un día y acusó a activistas sunníes de inventar la acusación para socavar el prestigio de las fuerzas de seguridad durante la campaña en curso en Bagdad.
Pero su queja y la rapidez con que los agentes fueron absueltos provocaron una tormenta política, en la que políticos sunníes acusaron al gobierno chií de encubrir la violación. Las autoridades norteamericanas han iniciado su propia investigación.
La violación es considerada un delito especialmente grave en esta conservadora y tribal sociedad musulmana y las víctimas rara vez hablan sobre ello en público, por temor a la vergüenza e incluso a la muerte a manos de sus familiares que intentan ‘salvar' el honor de la familia.
En el caso de Tal Afar, la mujer apareció el jueves en el canal de televisión Al-Yazira, diciendo que los soldados la interrogaron sobre algunos individuos y la acusaron de mentir cuando insistió en que no los conocía.
"Me amenazaron con que si no cooperaba con ellos... me humillarían", dijo.
Interrogada sobre por qué no denunció de inmediato la agresión, dijo: "¿Ante quién me puedo quejar? No nos dejan quejarnos".
Abdullah se negó a especificar si los soldados acusados eran chiíes o sunníes, diciendo solamente que eran originarios del sur chií. Algunos legisladores chiíes dijeron que al menos dos de los tres acusados en el caso de Bagdad son árabes sunníes.
22 de febrero de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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