hija de desaparecidos
[Ty Burr] Criada por cómplices de los asesinos de sus padres.
Este es un dilema que provocaría pánico entre el público de ‘High School Musical': Imagina que llegas un día a la escuela y te dicen que no eres la que pensabas que eras. Que eres adoptada; que tus verdaderos madre y padre fueron secuestrados por el gobierno y probablemente murieron en una fosa. Que tienes una nueva familia que te quiere en casa, a partir de ahora.
Esta no es solamente la trama de ‘Cautiva' [Captive], la película argentina de 2003 que inaugura hoy el MFA, sino la verdadera historia de la película, repetida incontables veces. De los nueve mil estudiantes, trabajadores y activistas que ‘desaparecieron' a manos de la junta militar que gobernó al país de 1976 a 1983, muchos dejaron atrás bebés y niños que fueron criados por familias partidarias del régimen. Casi ochenta de ellos se han reunido con sus familiares legítimos; nadie sabe cuántos más hay.
Hace dos décadas, ‘La historia oficial' [The Official Story] (1985), que fue galardonada con un Oscar, trató este tema desde el punto de vista de una madre adoptiva que sospecha sobre el origen de su nuevo bebé. ‘Cautiva' podría ser la versión de ese hijo adulto. A los 15, Cristina (Bárbara Lombardo) es una apacible y guapa colegiala católica con una vida interior de la que sólo captamos fragmentos. Se desliza fluidamente por la adolescencia, a diferencia de su compañera de curso, Angélica (Mercedes Funes), que despotrica contra la hipocresía de sus profesores de historia que suavizan los detalles de esa remota ‘guerra sucia'.
Cristina es sacada de clases para que acuda al despacho de un juez, acompañada por una monja, un abogado y un psicólogo: Se trata de una reunificación familiar por mandato del estado. Le dicen que en realidad es Sofía Lombardi, y que su madre la dio a luz en la cárcel antes de desaparecer. Los análisis de ADN lo prueban; así su abuela (Susana Campos) se echa a llorar cuando reconoce los rasgos de su hija en el rostro de la chica desconocida.
La primera reacción de Cristina, por supuesto, es de terror. Sus cariñosos padres adoptivos, un ex policía federal (Osvaldo Santoro) y su esposa (Silvia Bayle), echan humo ante la arrogancia del gobierno antes de dejar que, poco a poco, se imponga la verdad. Su nueva familia tiene todos los derechos jurídicos y emocionales sobre Cristina/Sofía, pero ¿cuáles son sus derechos? ¿A quién debe lealtad? La respuesta es obvia, pero no para ella; ‘Cautiva' muestra cómo la rabia sin dirección de la niña se convierte en compasión a medida que se va enterando del destino de sus padres.
Parte historia de detective, parte saga de un era política, y todas esas crisis de identidad adolescente, ‘Cautiva' es la primera película escrita y dirigida por Gastón Biraben, que ha trabajado en Hollywood como editor de sonido desde principios de los años noventa. Ese profesionalismo se advierte en su fina película, así como en una ocasional tendencia hacia un melodrama más superficial de lo que merece la situación. La película es inusualmente equilibrada y elude la polémica, pero aunque Lombardo entrega una actuación de creciente seguridad, su personaje es una plantilla demasiado vacía como para que ‘Cautiva' cause gran efecto.
Contundentemente, la escena más fuerte e inquietante de la película es el recuerdo de alguien del nacimiento de Sofía. Sólo después de oírlo nos damos cuenta de que la chica puede comenzar su vida. Desgraciadamente, para entonces la película se acerca a su fin.
Esta no es solamente la trama de ‘Cautiva' [Captive], la película argentina de 2003 que inaugura hoy el MFA, sino la verdadera historia de la película, repetida incontables veces. De los nueve mil estudiantes, trabajadores y activistas que ‘desaparecieron' a manos de la junta militar que gobernó al país de 1976 a 1983, muchos dejaron atrás bebés y niños que fueron criados por familias partidarias del régimen. Casi ochenta de ellos se han reunido con sus familiares legítimos; nadie sabe cuántos más hay.
Hace dos décadas, ‘La historia oficial' [The Official Story] (1985), que fue galardonada con un Oscar, trató este tema desde el punto de vista de una madre adoptiva que sospecha sobre el origen de su nuevo bebé. ‘Cautiva' podría ser la versión de ese hijo adulto. A los 15, Cristina (Bárbara Lombardo) es una apacible y guapa colegiala católica con una vida interior de la que sólo captamos fragmentos. Se desliza fluidamente por la adolescencia, a diferencia de su compañera de curso, Angélica (Mercedes Funes), que despotrica contra la hipocresía de sus profesores de historia que suavizan los detalles de esa remota ‘guerra sucia'.
Cristina es sacada de clases para que acuda al despacho de un juez, acompañada por una monja, un abogado y un psicólogo: Se trata de una reunificación familiar por mandato del estado. Le dicen que en realidad es Sofía Lombardi, y que su madre la dio a luz en la cárcel antes de desaparecer. Los análisis de ADN lo prueban; así su abuela (Susana Campos) se echa a llorar cuando reconoce los rasgos de su hija en el rostro de la chica desconocida.
La primera reacción de Cristina, por supuesto, es de terror. Sus cariñosos padres adoptivos, un ex policía federal (Osvaldo Santoro) y su esposa (Silvia Bayle), echan humo ante la arrogancia del gobierno antes de dejar que, poco a poco, se imponga la verdad. Su nueva familia tiene todos los derechos jurídicos y emocionales sobre Cristina/Sofía, pero ¿cuáles son sus derechos? ¿A quién debe lealtad? La respuesta es obvia, pero no para ella; ‘Cautiva' muestra cómo la rabia sin dirección de la niña se convierte en compasión a medida que se va enterando del destino de sus padres.
Parte historia de detective, parte saga de un era política, y todas esas crisis de identidad adolescente, ‘Cautiva' es la primera película escrita y dirigida por Gastón Biraben, que ha trabajado en Hollywood como editor de sonido desde principios de los años noventa. Ese profesionalismo se advierte en su fina película, así como en una ocasional tendencia hacia un melodrama más superficial de lo que merece la situación. La película es inusualmente equilibrada y elude la polémica, pero aunque Lombardo entrega una actuación de creciente seguridad, su personaje es una plantilla demasiado vacía como para que ‘Cautiva' cause gran efecto.
Contundentemente, la escena más fuerte e inquietante de la película es el recuerdo de alguien del nacimiento de Sofía. Sólo después de oírlo nos damos cuenta de que la chica puede comenzar su vida. Desgraciadamente, para entonces la película se acerca a su fin.
tburr@globe.com
boston.com/ae/movies/blog
24 de febrero de 2007
9 de febrero de 2007
©new york times
©traducción mQh
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